El fiscal federal Federico Delgado cuestionó la propuesta que hizo Alberto Fernández en la apertura de sesiones legislativas sobre una reforma del sistema judicial y dijo estar "preocupado" por la falta de compromiso de la dirigencia para definir qué Justicia debe tener la Argentina.
Invitado al programa Mesa Chica, emitido por LN+, el fiscal sostuvo que hay que terminar con el 'eterno durante', dado que "las causas empiezan pero no terminan jamás". Además, señaló que algunas se prolongan hasta 20 años y esto no solo tiene que ver con causas de corrupción, sino también por despidos laborales, accidentes de tránsito, entre otras.
"Ahí hay que poner la lupa para hacer las reformas. No sé si es tan necesario discutir semejante cambio sistémico, si no empezar a inspeccionar lo que tenemos, analizar cada caso concreto y, de una vez por todas, introducir incentivos que tengan que ver con premios y castigos. Mientras sigamos en esta bruma, quizás consigamos que algunas cosas mejoren pero seguimos sin atacar la causa de la infección", opinó.
Sobre la reforma judicial que planteó el Presidente, Delgado dijo que "nadie tiene detalles". "Lo que más me preocupa es que no hay un compromiso franco de la dirigencia política de sentarse a la mesa sin ningún 'ismo' (kirchnerismo, macrismo, socialismo, etc.), ponerse de acuerdo en cuatro o cinco cosas y definir qué Justicia nos merecemos los argentinos, que nos dé tranquilidad y que sintamos, cuando vamos a los tribunales, que vamos a salir con una solución y no con otro problema".
Consultado por las prisiones preventivas y la reciente liberación de Julio De Vido, el fiscal dijo que se desarrolló el hábito de "utilizar a las sentencias judiciales como una mercancía" para hacer política. "'Cuando me conviene me paro de un lado de la vereda y la reivindico, cuando no me conviene me paro del otro y le tiro piedras'. Lo que estamos haciendo con eso es desgastar el sistema. La democracia no funciona sin una administración de justicia razonablemente creíble. Cuando empezamos con estos tironeos se estiran los conceptos, se mercantilizan las sentencias y el resultado final es la deslegitimación del propio sistema".
Además, agregó que la Justicia "está sospechada en su conjunto" y que cualquier cosa que diga un juez no es aceptada por la comunidad como debería ser. "Estamos inmersos en un clima de sospecha que lo que genera además es una espiral de violencia porque radicaliza posiciones. Es una situación límite".
Para concluir, Delgado sostuvo que la oportunidad que tiene hoy ese poder de asistir a una reforma es muy importante, ya que se mezcla con un escenario de crisis general y las crisis también son oportunidades.
LA NACION