Falleció Rubén Blanco, ex embajador en el Vaticano
Fue legalislador y reconocido dirigente del balbinismo
El viernes último murió, a los 89 años, Rubén Víctor Manuel Blanco, quien fuera embajador argentino ante el Vaticano, diputado y senador nacional, y auténtico exponente de la vieja guardia de dirigentes del balbinismo.
Hombre de consulta de varias generaciones de dirigentes radicales, y especialmente abocado a los temas educativos, Blanco ocupó diversos cargos partidarios y legislativos.
De profesión abogado, tuvo un papel destacado en la mediación de Juan Pablo II -por intermedio del cardenal Samoré- en la resolución del conflicto limítrofe con Chile en 1978, cuando era embajador ante la Santa Sede.
Nacido el 21 de julio de 1916 en Arrecifes, provincia de Buenos Aires, ya desde muy joven ingresó en las filas del radicalismo. En 1942 se graduó como abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y seis años después resultó electo concejal municipal por su ciudad natal.
Entre 1951 y 1955 se desempeñó como diputado provincial por la segunda sección electoral y allí se convirtió en el vértice del proyecto de Ricardo Balbín en ese distrito. Tras la caída del peronismo y la división de la Unión Cívica Radical (UCR) la figura de Blanco fue tomando cada vez más relevancia dentro de la UCR del Pueblo.
En 1957 tuvo una destacada actuación como secretario de la Comisión Redactora en la Convención Nacional Constituyente que, reunida en Santa Fe, restableció la vigencia de la Carta Magna de 1853 e incorporó el artículo 14 bis, que consagra los derechos laborales y sociales.
En 1958 fue electo diputado nacional por Buenos Aires, junto a dirigentes como Anselmo Marini, Conrado Storani, Carlos Becerra y Juan Manuel Casella Piñero. Allí Blanco tuvo un especial protagonismo en la defensa de la educación, tarea a la que se dedicó durante toda su vida.
A pesar de ser reelecto, su mandato fue interrumpido en 1962, al disponerse la clausura del Congreso Nacional. Un año después, ya durante la presidencia de Arturo Illia. volvió al Congreso, esta vez como senador nacional.
En la Cámara alta fue presidente de la Comisión de Educación y vicepresidente de la de Relaciones Exteriores y Culto y se transformó en uno de los pilares de la estrategia oficialista.
Algunos años después, en 1976, fue designado embajador ante el Vaticano y ocupó ese puesto durante todo el gobierno de Jorge Rafael Videla, en consonancia con numerosos dirigentes conservadores, peronistas, demócrata progresistas e intendentes del interior que desempeñaron diferentes cargos durante la dictadura.
En ese destino jugó un papel muy importante durante el conflicto limítrofe con Chile, que finalmente fue resuelto gracias a la mediación de Juan Pablo II y su enviado, el cardenal Antonio Samoré.
Con el retorno de la democracia, Blanco fue convocado por el entonces presidente Raúl Alfonsín para conducir la Escuela de Defensa Nacional, y se convirtió en el primer civil en ocupar ese puesto, desde el cual adaptó la currícula a la nueva misión de las Fuerzas Armadas.
Referente partidario, hombre de consulta y dirigente respetado por los mayores líderes del radicalismo de la segunda mitad del siglo XX -desde Balbín hasta Raúl Alfonsín- en los último años de su vida fue distinguido por su trayectoria como miembro de número del Instituto Yrigoyeniano.