Falleció Framini, el gobernador que no llegó a serlo
En 1962, con el PJ proscripto, el dirigente textil fue elegido en Buenos Aires, pero anularon los comicios
Consecuente con su militancia, al dirigente gremial Andrés Framini lo encontró la muerte en una tribuna, defendiendo -como lo hizo durante toda su vida- lo que se dio en llamar “la resistencia peronista”.
El dirigente de la Asociación Obrera Textil (AOT), de 87 años, falleció anteanoche de un ataque al corazón tras pronunciar un emocionado discurso en el microcine de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), después de ver la película de Leonardo Favio Perón, sinfonía de un sentimiento, que narra la vida del fundador del justicialismo.
Sus restos fueron velados en Quito 3779 y recibieron sepultura en el cementerio de la Chacarita.
Casado y con dos hijos (Carlos y Alicia), su actividad sindical empezó a descollar en el gremio textil después del 17 de octubre de 1945, al que adhirió fervorosamente. Fue delegado de la fábrica Pitaluga, luego secretario general de la comisión interna y posteriormente ocupó la jefatura de la AOT. A partir de allí, fue vocal en la Confederación General del Trabajo (CGT). Pero su tarea más destacada estaría por llegar.
Framini tuvo tres etapas de su actuación pública bien diferenciadas.
La primera fue la que lo contó como sindicalista. Firme defensor de un “peronismo nacional y combativo”, resistió la Revolución Libertadora de septiembre de 1955. Frente a la renuncia de todo el secretariado de la CGT y para evitar la intervención militar en la central obrera, se hizo cargo de la conducción cegetista junto con el dirigente Natalini, del gremio telefónico. “Fue una etapa heroica. Framini debió poner la cara para defender el peronismo en un momento de fuerte control militar”, dijo a La Nacion el dirigente político Juan Gabriel Labaké.
Años difíciles
La resistencia no duró mucho tiempo y Framini fue encarcelado. Las diferencias del gremialista con el presidente Arturo Frondizi y con las administraciones posteriores terminaron con igual destino para aquél.
En un reportaje de unos años atrás, dijo Framini: “Cuando se hizo cargo Aramburu (Pedro Eugenio) de la Presidencia, declaré tres días de huelga. Me vinieron a buscar a mi casa en Lugano. Le dije a mi esposa: «Voy al Departamento de Policía y vuelvo...» Tardé nueve meses en hacerlo. Entre permanecer prófugo y detenido pasaron como cuatro años. Muchas veces era peor estar prófugo que estar preso”, recordó.
Aunque en los sesenta inició su etapa política, Framini criticó siempre a lo que se denomina “la burocracia sindical” y fue enemigo del vandorismo, encarnado en el dirigente metalúrgico Augusto Vandor. Mientras que éste consideraba que, con Perón en el destierro, el movimiento debía continuar sin su líder, para Framini eso era una herejía.
Con el peronismo proscripto, Framini protagonizó en 1962 el suceso por el que más se lo recuerda: fue elegido gobernador bonaerense el 18 de marzo por el partido Unión Popular, que en realidad contaba con el apoyo de Perón. Pero esos comicios, junto con los realizados en otras provincias, fueron anulados por el presidente Arturo Frondizi.
A los diez días de la anulación. Frondizi fue depuesto por un golpe militar.
La tercera etapa de Framini fue la “testimonial”, según Labaké. Desde las distintas agrupaciones que integró y condujo, resaltó el “ideario nacional y peronista”. También, fue crítico con Menem y lo acusó de abandonar los postulados del líder de su movimiento.