Falleció el ex diputado Lázara
Tenía 57 años; fue un hombre polémico y dotado de un gran sentido del humor.
El ex diputado nacional y vicepresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Simón Lázara, falleció ayer, poco después de las 11, como consecuencia de una crisis cardíaca.
Lázara, de 57 años, murió en su casa de la avenida Belgrano, en el barrio porteño de Balvanera. Sufría de problemas cardíacos y respiratorios, agravados por su conocido sobrepeso, y estaba bajo control médico desde hacía varios años. Había pasado una mala noche. Sus problemas pulmonares lo tuvieron a maltraer, al punto que se comunicó telefónicamente con su amigo Juan José Canals, ex prosecretario parlamentario del Senado, para avisarle. Hablaron de internación. Por la mañana, Canals se comunicó con el ex presidente Raúl Alfonsín, que puso a disposición de la familia a sus médicos personales. Nada se pudo hacer. Su corazón dijo basta. Según indicó su hija Paula, "tuvo una descompensación cardíaca a media mañana y, automáticamente, perdió el conocimiento. Lo trataron de revivir, pero no fue posible".
Hombre polémico, dotado de un gran sentido del humor y directo en sus definiciones, había nacido en la ciudad de Mar del Plata y, según su propia definición, era "un libriano incorregible". Abogado de profesión, se casó con Silvia, con quien estaba en el momento de su fallecimiento, y tuvieron tres hijos: Patricia (de 36 años), Edgardo (35) y Paula (33), los que le dieron cuatro nietos.
"El socialismo siempre tuvo una gran presencia en la política argentina, insertándose tanto en la Unión Cívica Radical como en el peronismo", solía decir. El era un fiel ejemplo de ello: fue una de las principales figuras de la multipartidaria, que integraban dirigentes de diversos políticos durante la dictadura militar y pugnaban por el regreso de la democracia. Luego apoyó en las elecciones presidenciales de 1983 a Italo Luder y, en 1985, a Antonio Cafiero, en los comicios internos del PJ. Finalmente decidió brindarle su apoyo incondicional a Alfonsín, que mantuvo hasta ayer.
Larga militancia
Lázara tenía una larga militancia política que se había iniciado, en su juventud, en el comunismo y, luego, se trasladó al socialismo, desde donde integró, en 1973, el Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), que llevó a Héctor J. Cámpora al poder.
En aquella época fue concejal. Austero y demócrata apasionado, durante el Proceso se dedicó activamente a la defensa de los derechos humanos.
Gran entusiasta del debate político y muy querido por todos los sectores, creó el Partido Socialista Unificado (PSU) al comienzo de los ochenta y, luego del triunfo de Alfonsín, en octubre de 1983, Lázara, que había apoyado la candidatura del justicialista Luder, se acercó al presidente radical, gracias a lo cual pudo integrar las listas de diputados de la UCR y así ingresó en la Cámara baja. Ocupó su banca hasta 1991.
Su relación con Alfonsín lo llevó a convertirse en su vocero.
Como diputado impulsó la acusación contra el médico policial Jorge Bergés y promovió la expulsión de la Cámara del catamarqueño Angel Luque, padre de Guillermo Luque, uno de los condenados por el asesinato de la adolescente María Soledad Morales.
Fue un importante protagonista en las conversaciones entre el menemismo y la oposición que, en 1994, luego del Pacto de Olivos, desembocaron en la reforma constitucional que permitió la reelección del entonces presidente Carlos Menem. Muchas de las reuniones clave de la negociación se realizaron en su casa.
De la APDH a los libros
Fundador de la APDH, su buena relación con Alfonsín lo llevó a convertirse en su vocero. Ultimamente formaba parte del directorio del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi), en representación de la APDH. Además de su pasión por la política, Lázara tenía un hobby: le gustaba escribir. Solía hacerlo para distintos medios periodísticos y acababa de terminar un libro sobre la gestión de Alfonsín.
El ex presidente, que suspendió un viaje a Rosario donde iba a participar en un acto político junto con el vicepresidente Carlos Alvarez, dijo que "los argentinos, los demócratas, los radicales, le damos nuestro adiós con tristeza y con gran respeto a un hombre ejemplar por su vocación solidaria sin claudicaciones, su hombría de bien y su utopía de luchar para concretar la libertad y la igualdad para las generaciones por venir".
Por esas cuestiones inexplicables de la vida, la muerte de Lázara se produjo el mismo día en que, hace 35 años, falleció uno de los hombres más admirados por él: el primer diputado socialista de América, Alfredo Palacios.
Sus restos son velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso y serán inhumados hoy, en el cementerio Jardín de Paz.
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