Facundo Manes rearma su equipo y redefine su estrategia para ser competitivo en las elecciones de 2023
Su choque con Macri fue un quiebre en la carrera presidencial del médico; contrató a Sergio Doval, de la consultora Taquion, como coordinador de campaña
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La ofensiva no planificada contra Mauricio Macri por el “populismo institucional” durante el gobierno de Cambiemos se convirtió en un punto de inflexión en su camino hacia las presidenciales de 2023. Cuando faltan nueve meses para las PASO, el médico radical Facundo Manes optó por “parar la pelota”, reorganizar su equipo de campaña y redefinir su estrategia con el objetivo de resurgir en el tablero opositor. Quienes lo rodean aseguran que está decidido a competir por la sucesión de Alberto Fernández y que no contempla por ahora bajarse de la pelea nacional, pese a que su imagen sufrió el impacto del affaire con Macri, según las encuestas que consumen en Juntos por el Cambio, y sus posibilidades electorales y su eventual capacidad de gestionar una crisis como la actual están bajo discusión para los jefes de la UCR, hasta hace poco sus principales promotores.
Frente a un panorama incierto por la crisis y las incógnitas en torno a las eventuales postulaciones de Macri y Cristina Kirchner, Manes prefirió correrse del centro de la escena para rearmar su tropa de asesores. Dispuesto a subirse al ring para competir en las PASO, aún se jacta de tener el apoyo de un sector del radicalismo tras el desplante de Gerardo Morales y Martín Lousteau, designó a Sergio Doval, de la consultora Taquion, como nuevo coordinador de su campaña. El dato fue revelado el domingo pasado por LA NACION. Hasta ahora, la jefa de la estrategia es la politóloga Ana Iparraguirre, que continuaría como asesora externa, según una fuente cercana a Manes. Otros integrantes del entorno del médico niegan que haya cambios de fondo y aseguran que Iparraguirre seguirá al mando de la estrategia. En rigor, Doval, que se desvinculará en los próximos días de la encuestadora para dedicarse full-time al proyecto de Manes, ya había colaborado con el equipo del neurólogo durante los últimos meses.
Con la reestructuración de su mesa chica y el nuevo reparto de roles, Doval incidirá en la estrategia y la coordinación de la campaña del médico. En otra señal de que sigue lanzado en la carrera presidencial, Manes abrió un búnker en Palermo. Allí, reunirá a sus leales y a los equipos técnicos de ConArgentina, su usina de ideas, que diseñan un plan de gobierno. Maximiliano Abad, jefe de la UCR bonaerense, que aspira a posicionarse en la pelea por la sucesión de Axel Kicillof, seguirá colaborando con la construcción del plan presidencial de Manes. Lo propio harán Josefina Mendoza, quien asesora del neurocientífico en el Congreso, y Manuel Terrádez, un dirigente clave en el esquema de Manes. Su hermano, Gastón, es su principal armador y Ernesto Sanz es el consejero del médico en las sombras.
Si bien los estrategas del médico relativizan los cambios en el equipo y niegan que preparan un relanzamiento electoral, Manes volverá a levantar el perfil en un intento de reposicionarse en la disputa por la presidencia. Retomará las recorridas, volverá a dar entrevistas en medios y presentará una reedición de uno de sus últimos libros, una forma de promocionarse.
Mientras busca escudería en el universo opositor, Manes pretende reinstalarse en un escenario inestable por la coyuntura económica y política. “Tiene ganas y determinación. Pero falta mucho y hay mil variables por resolver”, dicen cerca del médico.
Manes redujo su exposición pública después de la polémica por sus críticas al fundador de Pro, a quien vinculó con el espionaje ilegal y los operadores judiciales. El viaje al exterior -estuvo en España con Felipe González en un acto del PSOE y cumplió con compromisos académicos- le permitió tomar distancia de la interna de JxC. La furiosa reacción de los popes de Pro ante sus críticas no lo sorprendieron. En cambio, el pronunciamiento del comité nacional de la UCR, que motorizó Morales y avaló Lousteau, fueron un cimbronazo para el médico y su equipo. Desde hace meses, Manes percibe que un sector del radicalismo se siente más cómodo secundando al Pro que disputando los puestos de poder para liderar JxC. Nota en algunos de sus correligionarios una suerte pánico escénico ante la posibilidad de volver a gobernar. Y cree que la ruidosa interna de Pro por el resurgimiento de Macri y las tensiones entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich favorecen las chances del radicalismo. Confía que, pese que Morales o Lousteau allanan el terreno para un acuerdo electoral con los herederos del macrismo, una parte del centenario partido conserva la vocación de conducir a la coalición opositora.
Manes no pretende ser candidato a gobernador bonaerense ni acompañar en la fórmula presidencial a uno de los aspirantes de Pro. De hecho, su aversión no es solo hacia Macri. Es que, más allá de que coinciden en que la Argentina necesita sortear la grieta y apostar por un modelo aperturista y de consenso para sanear la economía, sería muy difícil que exista un entendimiento entre Manes y Larreta. Hablan más de lo que trasciende, pero el médico no le perdona al alcalde su accionar subterráneo durante la última campaña para desgastarlo. Pese al coqueteo del larretismo, el vínculo está roto.
Manes quiere ser candidato a presidente y competir en la interna de JxC. Aún no sabe con qué escudería se ubicará en la grilla de partida. Es decir, si logrará aglutinar al radicalismo -ahora más proclive a negociar con el Pro- o si jugará con un esquema novedoso. En su mente, eso implicaría arrastrar a un parte del radicalismo y sumar aliados de otro grupo.
Pese a que Cristina Kirchner y Macri ganan cada vez más protagonismo en la escena pública, Manes cree que una mayoría de la sociedad apostará por figuras “nuevas” para el cambio en 2023. Es lo que define como una opción superadora a Pro y el kirchnerismo. Su conversación con Felipe González lo convenció de que, pese a que los extremos son ruidosos, debe apostar por la mayoría silenciosa. “El futuro es convocando a la mayoría de los argentinos”, dijo el jueves durante un acto en Martínez que compartió con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien fue aliado de Larreta y Diego Santilli en Buenos Aires en las legislativas pasadas. El evento, organizado por la Universidad Nacional Scalabrini Ortiz, ya estaba planificado hace meses.
El médico se mostró inquieto por la escalada inflacionaria y el aceleramiento de la crisis. Sus pares en el radicalismo le piden que reinvente su narrativa y se enfoque en los temas económicos, más que los ejes de salud o educación que tuvieron mayor lugar en la agenda pública durante la pandemia. “Muchos argentinos se sienten desencantados con la política”, deslizó Manes. Y agregó: “No hay más tiempo que perder en especulaciones políticas. Tenemos que hacer lo que nunca hicimos: encarar el camino del desarrollo”. ¿Él también está desencantado con la clase dirigente? Quienes lo frecuentan lo notan decepcionado con su experiencia en el Congreso, por el nivel internismo y los sinsabores de la rosca. Es más, entre sus compañeros de interbloque lo notaron desconectado durante las últimas reuniones de comisión.
Confiado en los síntomas que percibe en sus recorridas, el médico aspira a probarse en las PASO mida o no bien en las encuestas. Confía, dicen cerca suyo, más en el termómetro de la calle que en los resultados de los sondeos. ¿Cómo hará para conseguir financiamiento si no luce competitivo en las encuestas? ¿Podrá construir su figura e instalarse a nivel nacional sin la estructura de la UCR? Un enigma que el neurólogo deberá descifrar. “Si no mide, va a ir igual, pensando en 2027″, comentan.
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