Facundo Manes: “Esto no lo cambia alguien del sistema; creo que en 2023 se va a votar entre lo nuevo y lo viejo”
Frente a la irrupción de Milei, el médico dice que la Argentina “no necesita líderes mesiánicos” y asegura que JxC definirá su identidad en las PASO
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Atento a la crispación social con la “elite argentina”, Facundo Manes intuye que habrá un cambio de ciclo histórico en el país. A casi un año de su debut electoral, Manes se entusiasma con llegar a la Casa Rosada en 2023 con un perfil de outsider y un mensaje anti-grieta. Mientras el Pro y la UCR se trenzan en el debate por la identidad de Juntos por el Cambio, Manes apuesta a posicionarse como la contracara de Javier Milei. A la pesca de los desencantados con Mauricio Macri y Cristina Kirchner, la fuente del libertario, Manes dice que la Argentina no necesita “líderes mesiánicos”, sino “estadistas” que conviertan “la resignación en esperanza”. “Esto no lo cambia alguien del sistema; yo creo que en 2023 se va a votar entre lo nuevo y lo viejo″, remarca.
-¿La elección de su hermano como titular de la Convención Nacional de la UCR es un aval a su plan presidencial?
-La Convención reflejó varias cosas. Primero, la ratificación de la pertenencia de la UCR a la coalición opositora. Segundo, que el radicalismo es un partido que se renueva y que va a competir en todas las categorías, con sus valores históricos y las ideas nuevas que necesitamos para encarar los desafíos del siglo XXI.
Esas ideas no son estatistas y antiguas, como nos quieren endilgar. Ese dilema entre mercado o Estado es falso.
-¿Hubiese sido una torpeza excluir el nombre del espacio del documento de la Convención Nacional?
-A veces, se generan creencias o chusmeríos falsos. Nunca estuvo en juego la pertenencia a Juntos, lo que queríamos era una nueva identidad. Es lo que planteé en la campaña pasada. En esa elección, el Pro, con el aparato territorial, económico, empresarial y mediático, sacó alrededor del 20% de los votos. Si no hubiéramos extendido la coalición, no se le hubiera ganado al peronismo unido.
-¿JxC es la mejor herramienta para derrotar al kirchnerismo o el espacio debe cambiar su fisonomía para volver al poder?
-El desafío es ganarle al kirchnerismo, pero además hay que transformar el país. Para eso, hay que generar una nueva mayoría. Van a quedar afuera los fanáticos de los extremos, que no van a querer esto. Pero el 70% de los argentinos quiere previsibilidad y salir de la incertidumbre.
La pandemia nos quebró por dentro. Estamos frustrados y depresivos, sin futuro. Los chicos se van. Hay un fin de ciclo. La elite argentina -la política, el periodismo, los empresarios- ha fracasado desde la democracia hasta ahora en darnos bienestar. Entonces, nuestro rol no es solo ganar una elección, sino entender el clima de época y encaminarnos hacia el futuro. Si no hacemos esto, podemos salir peores.
-¿Pueden convivir el proyecto liberal que propone Macri con la apuesta de la UCR vinculada a la socialdemocracia?
-El radicalismo fue furgón de cola durante Cambiemos. Claramente, el Pro ahora puede nos puede acompañar. La sociedad va a decidir, porque nosotros vamos a ir a disputar las PASO con el Pro. Entonces, lo bueno es que podemos ofrecerle a la sociedad un espectro amplio de oposición, con un trazado grueso de país. Queremos estar insertos de manera inteligente en el mundo, aumentar la productividad, hacer una revolución educativa y tener cohesión social. En 2023 la sociedad va a elegir la identidad de la oposición.
"La UCR decidió es que no habrá más alianzas por encuestas, modas o focus group, sino por ideas"
-¿Lo inquieta la chance de una ruptura en JxC o no?
-Te lo respondo con consistencia, porque la gente ya no cree en nada. Yo entendí que tenía que involucrarme porque vi una decadencia y que la pandemia era un cambio de ciclo. ¿Qué hicimos en 2021? Ensanchamos la coalición. Entonces, si hablamos de unir al país, convocar a todos los sectores por etapas y ampliar, ¿cómo se va a fracturar Juntos o el radicalismo o el Pro? Estoy respondiendo dilemas falsos, que se contradicen con lo que yo vengo a proponer: ampliar.
-¿Usted se prepara para competir en un escenario de fragmentación del sistema político?
-Hay una crisis del sistema, que excede al político. Hay sindicalistas y políticos millonarios, cuando la gente se empobrece y no llega a fin de mes. Hay periodistas que no pueden explicar muchas cosas. Entonces, hay un sistema que ya no da más y vamos a ser sinceros: hoy la gente sospecha de todos. Eso se traduce en más caos o en un partido democrático, histórico, que se puso de pie y quiere convocar a una nueva mayoría.
No podemos seguir con los personalismos y entre los extremos. Ojo con la grieta porque no es solo un tema político, sino de prosperidad. Lo que tenemos que hacer para evitar el caos y que haya más pobreza es salir por arriba del laberinto. No importa quién lo encabece.
-¿La irrupción de Milei se explica por el desgaste de la dirigencia tradicional o también es una consecuencia de la decepción de la clase media con Macri?
-Primero, no creo que haya un giro hacia la derecha de la sociedad. Hay enojo, frustración y tristeza. Y el desafío es convertir eso en esperanza. La Argentina no necesita líderes mesiánicos ni dueños, sino partidos políticos y democráticos. Lo disruptivo no es más grieta, bronca u odio, sino un plan estratégico de país, instituciones fuertes, Justicia independiente, políticas de Estado y aprovechar la oportunidad que el mundo nos da: se necesitan alimentos o energías renovables. Tenemos un gran potencial.
-¿Lo de “dueños” y “líderes mesiánicos” lo dice por Cristina y Macri o Milei?
-Hablar de nombres en la Argentina fue otro de los problemas. Los países desarrollados tienen un plan estratégico e instituciones fuertes, no proyectos personales.
Uno de los inconvenientes del país es que los líderes han tenido proyectos autobiográficos, no de Nación. Una vez, Charles de Gaulle se preguntó: ¿cuál es la idea de Francia? Entonces, tenemos que discutir la idea de la Argentina, no de personas.
-Habla de ampliar. ¿Macri es un obstáculo para sumar a Schiaretti, Lavagna o Javkin?
-Una de las cosas que la UCR decidió en la Convención Nacional es que no habrá más alianzas por encuestas, modas o focus group, sino por ideas. Lo que se va a hacer ahora es un plan estratégico de país. Y ese será el eje de las alianzas.
"El que pueda convertir la resignación en esperanza, va a tener chances de liderar la Argentina"
-Larreta propone un gobierno del 70% y usted habla de edificar una nueva mayoría. ¿Es lo mismo o el alcalde apuesta a un “acuerdo corporativo”?
-Yo coincido en que el desafío no es ganar, sino transformar la Argentina. Para eso, una vez que se gane la elección, hay que convocar a otros sectores a una unidad nacional. Esto no se hace con una mesa de dirigentes, sino como ocurrió con la ola de la democracia. En el 83, la otra opción era [Italo] Luder, que era el pacto cívico militar. Entonces, no podemos hacer algo para que nada que cambie. Esto no lo cambia alguien del sistema; yo creo que en 2023 se va a votar entre lo nuevo y lo viejo. En el fondo, Cambiemos fue una alianza anti-kirchnerista y el Frente de Todos, una alianza anti-Pro. Y la gente va a votar por primera vez en positivo. Habrá que ver quién es el Luder y quién, el Alfonsín.
"La Argentina no necesita ni líderes mesiánicos ni dueños"
-¿A usted le hace ruido el vínculo entre Morales y Massa?
-No conozco el vínculo entre ellos. No puedo hablar. La política es diálogo. Yo dialogo con todos, pero en forma transparente. Cuando uno tiene las convicciones fuertes, puede dialogar con todos. Y cuando uno no las tiene, el diálogo se convierte en sospecha.
-¿Le creyó a Morales su explicación sobre el diálogo con Massa por las vacantes en el Consejo? ¿Eso fue poco transparente?
-Sí, le creí. Y, además, tengo un gran respeto por Gerardo. Está haciendo un gran trabajo para que haya un presidente radical.
-Cuando empresarios le preguntan a quién imagina como ministro de Economía, ¿usted menciona a Eduardo Levy Yeyati, Martín Redrado o Carlos Melconian?
-Yo hablo con todos. Si quiero la unidad nacional, tengo que dialogar con movimientos sociales, radicales, peronistas, liberales y socialistas. A los empresarios les digo que el problema excede lo económico. Nos falta una estrategia de país, cohesión social e instituciones fuertes. El problema estructural del país es falta de confianza, de productividad y de visión a largo plazo. Los empresarios entienden esto. Y coincidimos que tiene que haber un plan integral de shock, como el plan Austral o la convertibilidad o el Plan Real, para bajar la inflación.
-¿Se necesitará un ajuste para frenar la inflación?
-Se necesita consenso político. Sin eso, no se puede hacer nada. Y le digo al Presidente: hágalo ya y arregle sus problemas internos. No tenemos que esperar a la próxima elección para hacer esto.
Sin consenso político, ningún dirigente o partido podrá hacer los cambios estructurales que se necesitan en el país. Y esto excede al peronismo, radicalismo y Pro. Es un nuevo contrato social.
-¿Hay que avanzar con un recorte del déficit fiscal?
-Hay un tema con los planes sociales. En un país con el 50% de pobreza, tenemos que ayudar a la gente. El gobierno anterior y esta administración fallaron en no convertir los planes en empleo y en dar una herramienta educativa para trabajar. Otra cosa: privatizaron el manejo de los planes. Es increíble que el Estado casi que tercerice el manejo de miles y miles de millones de pesos de los planes.
El Estado debe ser fuerte, de calidad y dinámico. Pero en la Argentina es todo lo opuesto.
-¿Esos movimientos que administran planes garantizan la paz social?
-Sí. Por eso, es ridículo sacar los planes en un país con 50% de pobreza, pero no los podemos tener eternamente. Además, sin productividad, ¿cómo se puede sostener ese gasto social? Hay que aumentar la productividad y mantener la ayuda, pero reconvertir los planes, con un estímulo educativo para la reinserción laboral. Tenemos una dirigencia que no está pensando en un plan estratégico de país, sino en la rosca y el poder. Y eso se quebró y no va más.
-¿Se requiere una reforma laboral y previsional, como plantean Larreta o Bullrich?
-Sí. Veo que muchos hablan según la estrategia electoral. Bajan un punto en la encuesta y salen a decir algo.
-¿Lo dice por Larreta?
-No, lo digo en general. El sistema es así. Soy médico, científico, docente y escritor, y no voy a salir de ahí. No me voy a convertir en alguien que piense por encuesta o focus. Para entrar a la modernidad no hay que hacer ninguna encuesta, pero tenemos que ser sensatos.
Acá hay que hacer muchas reformas, pero la mayor es salir del atraso e ir a la modernidad. Eso requiere de un consenso político y una visión estrategia de país.
-Habla de “cambiar el statu quo”, ¿estaría dispuesto a enfrentar a Hugo Moyano?
-La sociedad lo va a enfrentar. En el 84, los militares eran más fuertes que Moyano. Si los líderes le contamos a la sociedad que la Argentina tiene una nueva oportunidad de convertirse en un gran país y la ciudadanía lo internaliza, podemos pasar de la resignación a la esperanza. Gestores hay muchos, pero no hay gente que inspire a la sociedad. Si la sociedad venció a los dictadores, ¿cómo no va a vencer al statu quo actual?
"Lo disruptivo no son los líderes mesiánicos, sino un plan estratégico de país"
-¿Qué haría con la Justicia en caso de llegar al poder?
-No te voy a contestar como Facundo Manes, es decir, qué haría yo con la Justicia si fuera presidente. Pertenezco a un partido político que representa el respeto a las instituciones democráticas en la Argentina.
-¿Macri y Cristina avanzaron contra la independencia del Poder Judicial?
-Cuando uno se siente dueño de un espacio político o un líder mesiánico tiene una mayor tentación a trasgredir las reglas. Esa es la reflexión que quiero hacer. No quiero hablar de temas específicos que uno lee en los diarios.
-El kirchnerismo denuncia un avance de Morales sobre la Justicia en Jujuy. ¿Qué dice?
-Jujuy era inviable respecto del control social y la corrupción. Gerardo Morales y el radicalismo restablecieron la ley en la provincia. Es un ejemplo de que la UCR pude gobernar con decisión, coraje y convicción.
¿La Argentina debe acercarse a EE.UU. o China frente al nuevo escenario geopolítico por la guerra entre Rusia y Ucrania?
-La Argentina tiene que saber que la economía del siglo XXI pasa por la capacidad de los países y los ciudadanos de generar valor.
Necesitamos una geopolítica adaptada al proyecto de desarrollo argentino. Como no lo tenemos, es difícil evaluar, aunque me guste más la alianza con Europa que con Rusia.
-¿Visualiza una crisis alimentaria?
-Sí, lamentablemente. Se viene un mundo que necesita energía y alimentos, entre otras cosas. Y nuestra ineficacia en esas materias nos puede hacer perder otra oportunidad. Entonces, necesitamos coherencia y estrategia de país, y una dirigencia que hable de esto.
-Para ser presidente, se necesita un candidato a gobernador en Buenos Aires. ¿Apostará por Emilio Monzó o buscará un outsider en la provincia?
-La Argentina necesita un liderazgo que transforme la resignación en esperanza. Ahí siento que puedo hacer un aporte. Y yo tengo una visión estratégica de país: sé hacia donde quiero que vaya la Argentina en una década. Después, hay que convocar a la gente que sepa gobernar, como gobernadores o intendentes, porque vamos hacia un gobierno de unidad nacional. Los candidatos los va a poner la gente.
-¿Le gustaría tener a Carolina Losada como compañera de fórmula?
-Representa el coraje de alguien que se involucró en un momento histórico. Tiene inteligencia, frescura y personalidad. Ambos tenemos muchas coincidencias y la misma visión: el país necesita un proyecto amplio.
-¿Aceptaría una PASO “cruzada”, con fórmulas mixtas, o la interna de JxC será Pro versus UCR?
-Eso es una decisión que me excede. Tiene que haber identidades claras: no somos todos lo mismo.
-¿Le entusiasma más la idea de enfrentar a Macri o Larreta en las PASO de 2023?
-Si uno quiere cambiar la Argentina, tiene que estar dispuesto a todo. Cuando uno se mete a tratar de cambiar su país y su tierra, no importa quién esté enfrente.
¿La permanencia de la UCR en JxC está garantizada en 2023?
-La UCR quiere ampliar. No solo tenemos mantener lo que está, sino ampliarlo.
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