Expectativa y reparos de las organizaciones sociales ante el arranque de Zabaleta
El nuevo ministro abre interrogantes en los grupos piqueteros, que en público saludan su llegada, pero puertas adentro temen un avance de los intendentes del PJ sobre los programas sociales
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El desembarco de Juan Zabaleta en el gabinete nacional abre una nueva era en la por momentos tensa relación de las organizaciones sociales con el gobierno de Alberto Fernández. En un marco de conflictividad social creciente, el exintendente de Hurlingham asumió ayer como ministro de Desarrollo Social con un mensaje llano: continuidad. Sin embargo, aunque los dirigentes oficialistas dicen confiar en “su espíritu no confrontativo”, en privado no dejan de mostrar sus precauciones respecto de la futura gestión. Temen un avance de los intendentes del PJ sobre los programas sociales.
“Tendremos una mirada crítica cuando creamos que se puede hacer algo mejor y acompañaremos cuando tengamos la posibilidad de coincidir, siempre en el marco del respeto”, señaló a LA NACION Gildo Onorato, referente del Movimiento Evita y secretario gremial de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
Desde las organizaciones resaltan que “lo principal es construir la pospandemia” y “transformar la política social en política productiva”, una agenda que ya venía siendo dialogada con Daniel Arroyo, quien tuvo su agradecimiento público el sábado pasado en boca del propio Onorato, durante el masivo acto por San Cayetano que protagonizaron los movimientos sociales en Plaza de Mayo.
En ese acto, y pese a los gestos de respaldo hacia el Gobierno, la lista de demandas planteadas por las organizaciones oficialistas se leyó también como una enumeración de cuentas pendientes con la administración de Alberto Fernández: la creación de un salario básico universal que cubra la canasta básica familiar, el reconocimiento de la personería gremial a la UTEP y la generación de créditos no bancarios para el desarrollo productivo de los trabajadores informales fueron algunos de los reclamos centrales.
En el Movimiento Evita reconocen puntos en común con Zabaleta. Con él compartieron, sin demasiado éxito, la aventura electoral de Florencio Randazzo en las elecciones legislativas de 2017. Aunque admiten, al mismo tiempo, que los “matices” no son pocos. “Es un intendente”, sintetizan. En las últimas semanas, un encumbrado dirigente social renegó de la figura del exintendente en medio de una reunión entre organizaciones oficialistas y opositoras. “Este viene a reventarle la cabeza a los movimientos y eso nos incluye a ustedes y a nosotros”, advirtió, según pudo reconstruir este diario.
Así y todo, son los referentes sociales opositores quienes advierten públicamente con mayor claridad un potencial cambio de eje en la política social del Frente de Todos. “El tipo no va a venir a hacer lo mismo que Arroyo, si no para qué lo pondrían”, deslizó Eduardo Belliboni, dirigente del Polo Obrero, en diálogo con LA NACION. “A Zabaleta lo han puesto los intendentes, que tienen un problema de territorialidad muy fuerte”, agregó.
Sucede que, más allá de sus alianzas coyunturales, los líderes comunales del peronismo siempre convivieron en tensión en sus territorios con las organizaciones sociales, que canalizan y ordenan la asistencia social y contienen demandas donde el Estado no llega, pero también compiten a la hora de captar recursos provinciales y nacionales. Las alianzas políticas a veces aplacan pero no eliminan esas tensiones.
Según describió Belliboni, los punteros que responden a los municipios fueron parcialmente desplazados por los de las agrupaciones, “que expresan un canal de lucha, de organización y que tienen menos vicios que los otros”. Y apuntó que Zabaleta viene a intentar poner en cuestión esa hegemonía de las organizaciones, porque “los intendentes perdieron mucho control en los barrios y quieren volver a tener el manejo total de los planes”.
Esa puja política mucha veces subterránea quedó expuesta recientemente en La Matanza. En el principal distrito bonaerense, los movimientos sociales intentaron enfrentar en internas al intendente Fernando Espinoza. Pero al Frente Vecinal de La Matanza, que lidera la diputado provincial Patricia “Colo” Cubría, no le permitieron participar de las PASO. La dirigente denunció “proscripción antidemocrática” y “mezquindad política” por parte de Espinoza y negó que la lista no tuviera avales. Cubría es la esposa de Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita.
En un contexto de fuerte discusión interna, la intención del Movimiento Evita y sus aliados es apoyar un mayor protagonismo de los planes Potenciar Trabajo, al tiempo que La Cámpora insiste en desarrollar las políticas “generales” de ayuda social, como la Tarjeta Alimentar. Es un programa que maneja la secretaria de Inclusión Social, Laura Alonso, y cuyo alcance fue ampliado en los últimos meses de la gestión de Arroyo. Militante de La Cámpora, Alonso tiene a su cargo la distribución de fondos para que las organizaciones compren alimentos frescos para los más de 10.000 comedores y merenderos de todo el país, con demanda siempre en ascenso.
Programas como la Tarjeta Alimentar limitan la intermediación política y de las organizaciones en la distribución de recursos, pero tampoco incentivan la creación de trabajo, una meta que, en los discursos, comparten Arroyo, Zabaleta y los movimientos sociales. En la práctica, queda por ver quiénes articularán la promocionada transformación de los planes sociales en puestos laborales. Una disputa que nunca se resolvió mansamente en el territorio.
Protestas
Este martes, un sector del Polo Obrero-Tendencia -facción que responde al dirigente de izquierda Jorge Altamira- se manifestó sobre la 9 de Julio para exigir una reunión con el flamante ministro. “Acá la solución que se plantea al problema del trabajo es más precarización, más esclavitud, y nosotros no estamos de acuerdo con eso”, señaló la dirigente Eva Gutiérrez, precandidata a diputada nacional bonaerense por el partido Política Obrera.
Por su parte, Belliboni adelantó a LA NACION que están preparando una movilización para la semana que viene, junto a las demás organizaciones no alineadas al oficialismo. Se encargó de aclarar, sin embargo, que la acción no tendrá que ver específicamente con la llegada de Zabaleta al ministerio de Desarrollo Social, sino con “problemas que vienen de arrastre y que, en el marco de la pandemia, se han profundizado a lo largo de la gestión de [Alberto] Fernández”.
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