Euforia y brindis en una feria repleta de empresarios
De la mano de Moreno, Cristina Kirchner recorrió uno a uno los stands de la exposición argentina
LUANDA, Angola.- Guillermo Moreno estaba a los codazos intentando abrir el paso para que Cristina Kirchner pudiera saludar a cada expositor. Al llegar al stand de frutas y verduras del Mercado Central, la Presidenta divisó globos blancos con una leyenda en rojo. "Ay, Guillermo, quitá lo de Clarín miente", le pidió al secretario de Comercio Interior, uno de los impulsores de la lluvia de agravios a la prensa.
Un día después de lo previsto y con una gran concurrencia, la Presidenta inauguró la exposición de productos argentinos en la Feria Internacional de Luanda. "Trajimos la Argentina para todos los angoleños", gritó desde un escenario, vitoreada por cientos de empresarios eufóricos que le suplicaban que nombrara las marcas que habían participado de la aventura africana.
Durante la recorrida, Cristina Kirchner saludó casi uno por uno a los más de 300 hombres de negocios que llegaron aquí en un Jumbo de Aerolíneas Argentinas. Moreno hacía de anfitrión: la guiaba y se los presentaba a todos. Cuando ella dio su discurso, el secretario también le apuntó datos al oído.
En uno de los stands, Carlos Spadone, ícono del menemismo, la esperaba con un champagne listo para descorchar. "Brindo por la Argentina y por Angola", dijo la Presidenta, con la copa en alto. Se mojó los labios y siguió camino.
Durante el recorrido hubo algunos tumultos. Hasta los funcionarios se empujaban para salir en la foto junto con la Presidenta. Fue en el comienzo. Luego algunos caminaron por la feria por separado. Tal vez en busca de algún choripán o sándwich de lomo, el menú de la noche.
Se exhibieron productos de todo tipo. Desde alimentos y animales hasta equipamiento agrícola y médico. Hasta se exportó la famosa feria de La Salada, con gran stock de remeras con el logo de YPF. "La Salada es parte de la Argentina", celebró la Presidenta.
"Me miró y me hizo muuu?", bromeó Cristina Kirchner al acariciar a la vaca que dio a luz a un ternero en alta mar (bautizado Guillermito), durante la travesía en el barco que cruzó los productos desde el puerto de Buenos Aires al de Luanda.
Cristina Kirchner también aprovechó la visita a la feria para montar su propio show. Se subió a todo tipo de vehículo: tractor, auto, moto y hasta a un cuatriciclo. En todos, al estar al volante, jugó a tocar la bocina. Eso sí, no se trepó a las cosechadoras de la polémica.
En la primera misión a Angola, hace dos meses, el Gobierno se había entusiasmado al informar que una firma nacional había vendido 18 cosechadores a 300.000 dólares cada una. Ayer, en la feria, el vicepresidente de la empresa Grandes Máquinas lo desmintió. "Se firmó una carta de intención de venta, nada más. La mala comunicación nos perjudicó indirectamente", explicó Sergio Scravaglieri.
Eufórica, antes de irse, la Presidenta dejó su impresión sobre el rumbo de la economía: "Para los agoreros que dicen que nos va mal, lamento decirles que nos va muy bien".
De Narváez aclara
El diputado Francisco de Narváez aclaró a LA NACION que su hijo Martín no preside la firma Ayuí, de su propiedad, presente en la delegación empresaria que acompaña en Angola la misión oficial. De Narváez dijo que su hijo no "cayó conquistado" por Moreno, como consignó ayer LA NACION: "Es un juicio de valor que nos afecta directamente por tratarse de una falacia".
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