Estados Unidos vuelve a advertir por la relación con China, tras el inesperado acercamiento de Javier Milei
Un vocero del Departamento de Estado habló de los potenciales “riesgos” del vínculo con el gigante asiático; marcó “actividades problemáticas” que podrían “infringir la soberanía”
- 4 minutos de lectura'
WASHINGTON.- El inesperado acercamiento de Javier Milei a China y su próximo viaje a Pekín, un ejercicio de realpolitik de su gobierno luego de que afirmara en la campaña presidencial que mantendría la distancia con uno de los principales socios comerciales del país, no pasó inadvertido en Washington, donde la administración de Joe Biden volvió a remarcar una vez más los potenciales “riesgos” que puede conllevar el vínculo con el gigante asiático.
Durante la campaña presidencial, Milei había dicho que como presidente no promovería una relación con China. “Nosotros no hacemos pactos con comunistas”, dijo en una entrevista con Bloomberg. Pero ya en la Casa Rosada, suavizó primero el tono de sus declaraciones y ahora enviará a su hermana, Karina Milei, en una misión a Pekín antes de emprender luego él mismo una visita.
Si bien Milei ha dicho que su política exterior se alineará con Estados Unidos e Israel, el giro de 180 grados respecto de China ha sido uno de los cambios más notables en su política exterior.
Un vocero del Departamento de Estado dijo a LA NACION que el gobierno norteamericano no pide a sus socios que elijan entre Estados Unidos y China, pero sí enumeró una serie de beneficios y advertencias que, a los ojos de Washington, colocan a Estados Unidos un paso delante de su principal competidor actual en la arena global.
“China es parte integral de la economía mundial y de nuestra capacidad para resolver los desafíos regionales e internacionales. Sabemos que la República Popular de China sigue siendo el mayor socio comercial de muchos países de la región. También es un socio comercial de primer orden para los Estados Unidos. Sin embargo, ciertas actividades de la República Popular de China conllevan grandes riesgos para los países de la región, en particular las inversiones en infraestructura crítica y sectores sensibles”, indicó el vocero.
“Seguiremos trabajando con los gobiernos de América Latina y el Caribe para crear conciencia sobre las actividades problemáticas de la República Popular de China, en particular aquellas que pueden infringir su soberanía”, advirtió.
Estados Unidos, continuó el portavoz del Departamento de Estado, busca impulsar una “agenda económica positiva para el Hemisferio Occidental, incluso mediante el apoyo a la inversión de alta calidad en infraestructura, que cumpla con los estándares internacionales y el desarrollo económico que crea empleos”. Y luego diferenció: “Con socios y aliados que piensan como nosotros, ofrecemos alternativas de inversión en infraestructura de mayor calidad, adquiridas y gobernadas de manera transparente, que respetan las salvaguardas laborales, ambientales y sociales y fomentan el crecimiento inclusivo en línea con las mejores prácticas internacionales”.
El avance de China en América latina es un motivo de preocupación en Washington, una inquietud compartida por demócratas y republicanos. La Argentina aparece como uno de los epicentros regionales salientes de esa inquietud. El estrecho vínculo entre Pekín y Buenos Aires es un tema recurrente en las charlas de los funcionarios y políticos que pisan la capital norteamericana.
Temas sensibles
Los funcionarios norteamericanos tienen una lista de temas “sensibles”: el futuro de la Hidrovía, la red 5G, el litio, el desarrollo de infraestructura crítica, la estación espacial en la Patagonia –a la que el New York Times le dedicó un amplio artículo en 2018, y que sigue siendo motivo de controversia–, y el proyecto para construir un puerto en Ushuaia, un punto estratégico de conexión entre el Pacífico y el Atlántico, a unos 1.000 kilómetros de distancia de la Antártida.
El gobierno de Milei dio una muestra contundente de alineamiento con Estados Unidos al adquirir aviones caza F-16 promovidos por Washington en detrimento de una oferta que tenía el respaldo de China para vender aviones de guerra JF-17. Pero más allá de los gestos y de las declaraciones, el nuevo acercamiento en momentos en los que el gobierno libertario busca fondos frescos para encarrilar la economía y apuntalar la recuperación vuelve a generar llamados de atención desde la capital norteamericana, donde siempre siguen muy de cerca los movimientos diplomáticos que involucran a su principal rival geopolítico.
Otras noticias de Estados Unidos
- 1
El Colegio de Abogados de la Ciudad repudió la fiesta del fiscal Ramiro González
- 2
La Justicia dispuso el desalojo de la ocupación ilegal en el Parque Nacional Los Alerces
- 3
Escala la pelea en la Corte Suprema: Lorenzetti estalló contra sus colegas, que le respondieron con dureza
- 4
El “desastre” que ve venir parte del peronismo si Cristina Kirchner y Axel Kicillof llevan su enfrentamiento al límite