"Está claro que el Gobierno y Bonadio son la misma cosa"

En su segundo discurso público desde que regresó a la escena política, Cristina Kirchner redobló ayer las críticas contra el juez Claudio Bonadio y el presidente Mauricio Macri, a los que acusó, una vez más, de perseguirla judicialmente. "Mañana [por hoy] parto para el Sur, si Dios, el Gobierno y Bonadio me lo permiten", dijo, durante un encuentro con agrupaciones de militancia. Y enseguida remató: "Está claro que son una misma cosa".

La frase, celebrada por unas 600 personas que llenaron el teatro ND Ateneo, le sirvió como introducción para reiterar las denuncias que hizo esta semana contra los funcionarios macristas y contra el magistrado que le tomó declaración como sospechosa en la causa del dólar futuro. "Tan claro está que son la misma cosa -retomó- que fui citada a indagatoria por beneficiar a terceros inescrupulosos y resulta que ahora nos enteramos de que todos integran el mismo gobierno."

La ex presidenta, que anteayer pidió ser querellante en una causa contra Bonadio, hizo alusión así a que Gustavo Lopetegui, secretario de Coordinación de Políticas Públicas; Mario Quintana, secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, y José Torello, jefe de Asesores de la Presidencia, figuran en una lista de compradores de dólar futuro, conocida esta semana. Cristina los acusa de haberse beneficiado con la última devaluación.

Aunque no lo mencionó por su nombre, Cristina también apuntó al padre del Presidente, Franco Macri, que en los últimos días había vinculado al gobierno anterior con el tráfico de drogas. Tras hablar de las empresas offshore de la familia presidencial, la ex presidenta dijo: "Quiero recordar una frase de Néstor". Desde la platea le retrucaron: "¡Mauricio es Macri!". Ella entonces completó: "Lo quisieron ocultar, pero ahora volvió a aparecer todo junto. La realidad, tarde o temprano, aflora".

La escuchaban militantes de unas 50 organizaciones políticas y sociales del kirchnerismo. Además de Andrés Larroque y Oscar Parrilli, los anfitriones, en las primeras filas estaban Luis D'Elía, Edgardo Depetri, Emilio Pérsico, Víctor Santa María, Martín Sabbatella, Agustín Rossi y Leopoldo Moreau, entre otros. Los tres últimos después tuvieron encuentros a solas con la ex presidenta. También había una silla vacía, con el nombre de Milagro Sala, detenida hace tres meses.

Las críticas al Gobierno fueron uno de los ejes de un discurso de casi una hora y media, en el que reiteró el llamado a formar un "frente ciudadano" para resistir el ajuste, y puso en cuestión el papel de los sindicatos en la organización del campo popular. Esta crítica cayó mal a los dirigentes del Movimiento Evita, que, entre las agrupaciones que estuvieron ayer en el encuentro, es la más crítica de la conducción de Cristina.

No se salvó de las críticas ni el paquete de medidas sociales lanzado el fin de semana. "Aumentar el seguro de desempleo es una pésima señal a la economía y a los empresarios. Que sea el sostenimiento del trabajo lo que nosotros premiemos y financiemos", dijo. Además, pidió "severidad" en los castigos a funcionarios por las muertes en Costa Salguero.

Después de que ella pidió que se convocara a los sindicatos, alguien del público gritó: "¡El 29 vamos todos!", en referencia a la concentración que convocan las cinco centrales obreras. "Bien", se limitó a decir Cristina. Y agregó: "La primera regla para lo que viene tiene que ser no creerse la columna vertebral de no sé qué cosa", en alusión a la concepción que indica que los gremios deben ser la columna vertebral del peronismo. "Si no tenés cabeza -remató Cristina-, con la columna vertebral no vas a ningún lado."

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