Espionaje ilegal: quién es el expolicía investigado por la Justicia que desató el escándalo
Luego de 25 años en la Policía Federal, donde trabajó en el área de inteligencia, el agente inorgánico estuvo ligado a un medio de Junín; sus solicitudes a la empresa SudamericaData lo sacaron a la superficie
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Ariel Zanchetta, el expolicía que hoy se encuentra preso, emergió en el centro de la escena pública a partir de un pedido de Gerardo Pollicita a la empresa SudamericaData. El fiscal Pollicita investigaba el hackeo de la línea telefónica asociada a Mauricio D’alessandro, el exministro de Seguridad de la ciudad, mediante el cual se hicieron públicas las conversaciones que revelaron el controversial encuentro en el sur entre jueces federales, funcionarios judiciales y directivos del grupo Clarín.
En su investigación, el fiscal Pollicita dio con Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro, el hacker misionero detrás de varias operaciones contra magistrados y descubrió que parte de la información con la cual se puso en marcha la intervención de las líneas de teléfono fue brindada por la empresa SudamericaData, un banco de datos privado. Pollicita le solicita a la firma que revele quién requirió la información sobre los jueces y de ese pedido surge “Arjunin”, el nombre del usuario con el que Zanchetta operaba en el banco de datos.
¿Quién es?
Ariel Zanchetta es un policía retirado de 57 años, nacido en Junín, que desde junio de este año, a raíz de la investigación impulsada por Pollicita, se encuentra preso en la cárcel de Marcos Paz. Sobre él recae con fuerza la sospecha de ser un agente inorgánico de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), exSIDE. De una pesquisa informática sobre una de sus computadoras -uno de los tantos dispositivos secuestrados por la policía tras su detención- surge un documento que describe lo que sería el comienzo de su carrera al margen de la ley.
Zanchetta detalla allí que sus servicios como agente fueron solicitados por el “sub mayor Pereyra Joaquín”. Su “red de informantes y sus largos años de contactos” son el resultado, según el documento, de su labor en el área de inteligencia de la Policía Federal, fuerza en la que trabajó entre 1988 y 2013. “Me reclutó como inorgánico”, sostiene Zanchetta en el documento, en alusión a Pereyra.
Ya bajo el reflector de la Justicia, Zanchetta negó tener vínculo con los servicios de inteligencia. Señaló, además, que su membresía a la empresa Sudamericadata –de donde obtenía parte de la información que almacenaba- y los más de 1000 informes de inteligencia en su poder -en los que reunía información de distinto orden sobre políticos, magistrados, empresarios y distintas personalidades de la vida pública- obedecían a su profesión de periodista.
Giro vocacional
En el dictamen de Pollicita -en donde se solicita realizar una nueva indagatoria y un allanamiento- se adjunta el curriculum vitae del expolicía. Allí, Zanchetta señala que, además de haber estudiado un año la Carrera de inteligencia Criminal en la Universidad de la Policía Federal, realizó un curso de periodismo y de comunicación social y otro de “contrainteligencia” en la escuela del “cuerpo federal”. Bajo el rótulo de relación laboral, el presunto agente inorgánico escribió: “Corresponsal y colaborador actual para el diario grupo Clarín de buenos aires CABA [SIC]”. Sin embargo, en el medio no existe ninguna nota que lleve su firma.
Figura allí, también, que fue director del diario La Verdad de Junín y director de la radio del mismo medio. Según pudo reconstruir este diario, Zanchetta fue empleado de Pincen, una empresa ligada al Arzobispado de Mercedes-Luján, referenciado también en su curriculum. Una fuente consultada por este medio liga esa relación laboral al fallecido periodista Omar Bello, el director del diario La Verdad entre 2008 y 2015, y de quien Zanchetta fue “guardaespaldas”. Por menos de dos años, mientras era “seguridad” de Bello, el expolicía ofició de “subdirector” de la radio del Arzobispado. La foto que tiene a Zanchetta frente a un micrófono dentro de un estudio es de su época como “subdirector” de la radio de Junín. “Todo el mundo sabía que trabajaba para Bello”, dice una fuente que lo trató en alguna ocasión y que no lo recuerda como alguien particularmente sagaz. “Jamás me imaginé que fuera espía”, completa.
El vínculo de Zanchetta con el periodismo no se agota en su relación con el Arzobispado y con su “efímero” paso por la radio. Según ratificó en su indagatoria –antes de ser detenido-, el expolicía colaboró con mayor o menor regularidad con distintos portales de noticias. Dixitp, Real Politik y Agencia Nova son algunos de los sitios en los cuales el expolicía prestó su pluma, pero el medio Enclave, del cual afirmó ser propietario en partes iguales con un socio, se pone en relieve por sobre los otros.
Allí se publicaron notas asociadas a conversaciones que Zanchetta -según surge del dictamen del fiscal- mantuvo con el camporista Fabián “Conu” Rodríguez, que durante un corto periodo fue director de la agencia Telam. ”Necesitas un parte. O armo algo para portal. De esta tengo todo”, le pregunta Zanchetta a “Conu” Rodriguez, en alusión a la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, uno de los “objetivos” que el expolicía “caminaba”. “Todo suma”, le responde Rodríguez.
Zanchetta agrega en la conversación que armaría una nota sobre el tema “country”. En Enclave -el portal que según Pollicita fue financiado con dinero público y que recibió casi dos millones de pesos de la provincia de Buenos Aires por pauta oficial- se publicó una que trata sobre el country en el que vive Tolosa Paz, cerca de City Bell, entre tantas otras notas que la tuvieron como blanco.
A su vez, Zanchetta, sobre quien hay muy pocos registros –uno de ellos es una nómina de infractores de Junín-, está asociado, según marcan algunos medios -como Semanal Junín o Rio Negro- a varios pseudónimos. Uno de ellos es el de Alexis Di Capo, un nombre cuyo rastro solo figura en algunos portales de noticias, como Real Politik, el medio del que fue colaborador Zanchetta. Además, Di Capo, figura como director de Enclave -el sitio que es propiedad de Zanchetta- y como el redactor de varios artículos en otros medios, como El Informador Público. La última nota de Di Capo en ese medio está fechada 20 días después de que Zanchetta fuese detenido.
Para Pollicita, Zanchetta fue incorporado como agente “inorgánico” a la SIDE, “por lo menos hasta fines del 2015″ y en ese rol “habría realizado actividades de inteligencia para funcionarios de dicho organismo”. Según el fiscal, Zanchetta nunca abandonó sus tareas de espía al servicio de terceros: “Cuanto menos, desde comienzos del año 2016 y hasta su detención el 26 de junio de 2023, se habría dedicado en forma constante y permanente a la realización de actividades de inteligencia ilegal”. De este período también surgen sus intercambios con el diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade, a quien le proveía de informes generados por el espionaje ilegal.
Según pudo averiguar este medio, el expolicía realizó sus tareas de investigación y seguimiento -plasmadas en los informes- con drones, cámaras ocultas, una docena de teléfonos celulares, y canales de comunicación encriptados con seguridad militar. De todos los aparatos secuestrados por la Policía, solo fueron peritados un celular y una computadora. Resta indagar sobre otros 17 dispositivos.
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