Espías apartados de la AFI, eje de las sospechas oficiales
Desde que Mauricio Macri llegó al Gobierno, casi mil agentes fueron desvinculados de manera formal de la Agencia Federal de Inteligencia ( AFI ). Otros espías, en tanto, tuvieron un paso fugaz por el organismo. Al menos en los papeles, fueron contratados y despedidos en pocos meses, según pudo reconstruir LA NACION.
Ese ejército de "mano de obra desocupada" hoy desvela a distintos actores de Cambiemos, tanto en la Nación como en la provincia. Preocupa, sobre todo, un grupo de expolicías de la Bonaerense que luego fueron contratados por la AFI. Se trata de un puñado de excomisarios que habían sido pasados a retiro entre 2004 y 2014. En algunos casos, no estaban limpios, y tenían en sus legajos sumarios internos por causales como enriquecimiento ilícito, irregularidades con cajas chicas y evasión.
La trama de espionaje inquieta centralmente a la gobernadora María Eugenia Vidal, que ya había vivido un controvertido episodio a fines de 2017 con los expolicías de la Bonaerense y devenidos en empleados de la AFI. En La Plata ahora vieron a los mismos fantasmas con el caso del falso abogado Marcelo D’Alessio.
Purga y contratos
Cuando el jefe de los espías, Gustavo Arribas , y su segunda, Silvia Majdalani, desembarcaron en la AFI, se encontraron con una nómina de unos 1800 empleados. De inmediato procedieron con una purga de unos 600 agentes que habían sido nombrados durante la gestión de Oscar Parrilli en la "casa". Algunos, incluso, habían ingresado al organismo después de las elecciones presidenciales de 2015.
Otros 300 agentes, en tanto, fueron desvinculados por distintos motivos. Algunos fueron despedidos y otros se jubilaron. Y un grupo más tuvo un pasaje temporal por el plantel de espías oficial.
En el Gobierno, en los últimos días, reconocieron que esos exagentes de inteligencia hoy se convirtieron en una amenaza, porque uno o varios de ellos pueden estar haciendo "cuentapropismo" con su expertise en espionaje. "Los espías retirados son un problema acá y en el mundo", justifican.
Pero tanto en el gabinete de Macri como en el equipo de Vidal también cuestionan algunas contrataciones de agentes que en estos tres años hizo la AFI, que hoy tiene unos 1550 empleados. Porque si bien Arribas intentó hacer limpieza y contrató a egresados de la Escuela Nacional de Inteligencia, también hubo castings en los "sótanos", y al organismo entraron expolicías pasados a retiro de la Policía Bonaerense.
Uno de ellos fue el excomisario de la Bonaerense Ricardo Bogoliuk. Según reveló este medio, en los papeles, estuvo contratado por la AFI entre el 4 de mayo y el 31 de diciembre de 2017. Algunos, sin embargo, lo señalan como un ladero de Majdalani desde el día uno.
D’Alessio declaró ante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, que trabajaba para Bogoliuk y para el expolicía Aníbal Degastaldi. El día después de su declaración, la AFI denunció a D’Alessio, y lo desconoció como parte de su plantel.
En la causa que lleva Ramos Padilla contra D’Alessio por presunto espionaje ilegal, en tanto, fue encontrada una carpeta con información de Vidal.
Según pudo conocer LA NACION, cuando la trama de espionaje salpicó al interior de Cambiemos, tanto Arribas como Majdalani hablaron por teléfono con la gobernadora bonaerense para asegurarle que el organismo de inteligencia nunca la espió. "Vidal les creyó, no tiene otra opción", señalaron en La Plata.
Los antecedentes complicaron la trama. Porque dos años atrás, la AFI intentó desembarcar con bases de inteligencia en el conurbano para ayudar a combatir el narcotráfico. En ese entonces, a los oídos de la gobernación bonaerense llegaron escuchas registradas en el marco de una causa que llevaba el juez federal de Morón Néstor Barral contra una banda de La Matanza, donde los espías de la AFI que se habían instalado en la provincia hablaban de desestabilizar al ministro de seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. Desde La Plata se quejaron ante la AFI, que aseguró que desmanteló la red bonaerense a fines de 2017.
La AFI desvinculó a los comisarios devenidos en espías. Entre otros, a el exsuperintendente Daniel Salcedo, retirado de la Bonaerense en 2009 y que tenía en su legajo un sumario por presunto enriquecimiento ilícito.
También a Pedro García y Antonio Melito, pasados a retiro de la fuerza en 2011 y 2013 respectivamente, con sumarios internos. Otros tres expolicías que habían tenido un retiro activo obligatorio y que tuvieron un paso fugaz por la AFI fueron los comisarios José Luis Fiorentino, Gustavo Carreiras y la comisario general Gabriela Regina Zonta.
Tanto en la provincia como en parte del gabinete nacional evalúan la contratación de los excomisarios en la AFI como una grave equivocación. "Más que un error fue un horror", señaló un funcionario al tanto de los movimientos en la inteligencia.
En la AFI, más allá de las actividades de contrainteligencia, alegan deben esperar a una orden judicial para poder hacer seguimiento a exagentes o falsos espías. A su lista de problemas se sumó el exespía Hugo Barreiro, que debía declarar ayer en el juzgado de Ramos Padilla.
Frente a las sombras que proyecta el espionaje, Elisa Carrió pidió cerrar la AFI. En el Gobierno hoy no hay planes para hacerlo. "El espionaje legal es necesario en un país, para prevenir el terrorismo o el narcotráfico y combatir también el espionaje ilegal", señalaba esta semana una fuente oficial.
Arribas y Majdalani irán la semana próxima a brindar explicaciones a la Comisión Bicameral de Inteligencia. "Van a presentarse en la comisión con la clara predisposición de sumar al esclarecimiento de toda esta situación y colaborar para llegar finalmente a la verdad", señalaron desde la AFI. La oposición se prepara para acorralarlos con preguntas.
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