Escenas de la gira europea: las perlitas del viaje de Alberto Fernández
Una ciudad tomada por el temor al coronavirus
Ni el Brexit ni, por supuesto, la visita del presidente argentino. El tema principal de conversación de los taxistas de Roma es el coronavirus, la enfermedad originada en China. Los que trabajan en la parada del aeropuerto internacional de Fiumicino se proveyeron de barbijos. Algunos los usan de manera permanente, otros los tienen a mano para colocárselos en caso de que deban llevar a un pasajero con rasgos orientales.
Preocupación por el dólar en el recibimiento
Una familia porteña integró el pequeño grupo de argentinos que fueron a ver al Presidente a la sede de la embajada argentina ante el Vaticano. La pareja, con dos hijos, no tenía especial fascinación por el Presidente, pero se habían comprometido a tomarle una foto para una amiga. "Le queremos preguntar por qué se le fue a ocurrir poner el impuesto del 30% justo cuando vinimos a Europa", se lamentó entre risas el argentino.
En busca de un chip telefónico por Via Crescenzio
Cuando caía la tarde en Roma, Guillermo Oliveri, secretario de Culto, debió salir en busca de un objeto indispensable para su trabajo durante la visita del Presidente. Ante la falla del roaming debió comprar un chip telefónico en Via Crescenzio, un boulevard lleno de puestos de venta callejera. Cuna de la moda, los puestos ofrecen camisas de calidad a 25 euros, que los turistas compran sin probarse. Son más baratas que los chips telefónicos.
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