
Escándalo cripto: cómo fueron las horas desconcertantes de Milei, antes y después del tuit con el que promocionó $LIBRA
El Presidente defendió a “Viva la Libertad Project” incluso entrada la noche del viernes, hasta que el Gobierno reaccionó
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La historia de Javier Milei con “Viva la Libertad Project”, la iniciativa que lanzó la criptomoneda $LIBRA, comenzó hace tiempo. El Presidente se encontró con su creador, Julian Peh -CEO de la empresa KIP Protocol- en octubre. Tuvo una audiencia con él en el Tech Forum, que se celebró en el Hotel Libertador. Al jefe de Estado y al Peh los presentó, a su vez, un viejo conocido de los hermanos Milei, Mauricio Novelli, un joven trader que conoce al líder libertario al menos desde 2021. En esa época, el economista hacía videos en sus redes (a modo influencer) promocionando los cursos de N&W Profesional Traders, fundada por Novelli. No solo eso: también daba capacitaciones en ese instituto, meses antes de convertirse en diputado.
En el Gobierno aseguran que Milei, puertas adentro, defendía el proyecto $LIBRA incluso horas después de haber publicado el tuit de lanzamiento el viernes a las 19.01, desde Olivos. Hay quienes señalan que algunos le aconsejaron, en la previa, que fuera cauto. Pero el Presidente decía a su entorno que KIP Protocol le parecía una compañía seria, con las certificaciones correspondientes en blockchain. De hecho, luego del tuit, el jefe de Estado llegó a asegurarle al sitio Bloomberg Línea que el proyecto era “real” y “de financiamiento privado”. Varios libertarios se ocuparon de aclarar que al Presidente no lo habían hackeado, que no se había equivocado.
Minutos después de hacer el tuit de promoción de $LIBRA, Milei se conectó a un zoom. Del otro lado estaba Luis Caputo, el ministro de Economía. Hablaron de la macro y de retenciones. El Presidente estuvo un buen rato en esa reunión de trabajo, sin seguir lo que pasaba en X, mientras la cripto subía y bajaba.
Recién con el correr de las horas, cuando comenzó a hacerse evidente que podía ser un engaño del tipo rug pull (que dejó a escasísimos ganadores y miles de billeteras cripto estafadas) el Gobierno puso freno de mano. Pasada la medianoche, Milei borró el tuit de las 19.01 e hizo su descargo. Dijo que él no tenía vínculo con “Viva la Libertad Project” y que no estaba “interiorizado de los pormenores del proyecto”. “Luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole difusión”, agregó el Presidente en su tuit.
El mensaje original de Milei en X fue clave para sembrar confianza en la iniciativa $LIBRA que movió millones de dólares en minutos para después derrumbarse. Pero en el Gobierno buscaban equiparar este caso con las decenas de inversiones y emprendimientos afines a la perspectiva libertaria a los que Milei les da difusión a diario.
“Le llevaron un emprendimiento, le dijeron que era para promover empresas argentinas y le avisaron que estaban por lanzarlo. Él lo comunicó, como siempre. Se vio la repercusión que tuvo y, ante la duda de que hubiera algo sospechoso, se bajó la publicación”, se limitaron a señalar en la Casa Rosada.
Hace unas horas publiqué un tweet, como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna.
— Javier Milei (@JMilei) February 15, 2025
No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole…
Incluso con la escalada del escándalo, cerca de Milei se negaban a calificar a $LIBRA como una meme coin y como una estafa. “No sabemos bien qué fue y qué no fue”, se atajaban.
Defensa
Luego de publicado su tuit de defensa, Milei habló por teléfono con sus asesores legales de confianza para conocer las implicancias jurídicas de lo que había sucedido. El consejo fue que no siguiera diciendo que desconocía el proyecto -de hecho, lo conocía- sino que hiciera hincapié en una eventual puesta en escena de parte de la compañía KIP Protocol para exhibirse como regular y con trayectoria. Como publicó LA NACION, alguna figura penal podría desestimar la defensa del desconocimiento.
El Gobierno entró en un fuerte hermetismo luego del episodio. En la Casa Rosada se limitaban a decir que Milei “comparte 200 millones de cosas por día” y que la oposición está armando una “ola desestabilizadora”. Una apelación a la fórmula del “mandatario-hombre común” que no cambia por la investidura presidencial. Como si sus actos ahora no tuvieran mayor repercusión e impacto, además de implicancias a nivel legal.

Horas después del descargo de Milei, quien salió a defenderlo fue su habitual abogado para temas penales, Francisco Oneto. Posteó en X una defensa jurídica alegando que la conducta del Presidente “no configuró ningún delito por ausencia de dolo”. “El dolo es conocer que con el comportamiento propio se va a cometer un delito y aún así seguir adelante”, dijo Oneto, anticipándose a futuros planteos judiciales. La oposición ya habla de “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “estafa”.
La orden hacia adentro del Gobierno fue no hacer más alusiones al tema, más allá de la explicación oficial de Milei. “No comments”, fue la respuesta repetida de los colaboradores oficiales. Solo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, salió en defensa del Presidente.
“Una cosa increíble pedir juicio político por un tuit”, dijo la ministra, que es una una de las voces políticas del gabinete. Bullrich dijo que la intención del Presidente fue promover una iniciativa que tenía como fin hacerle “bien al país”.
“Es como cuando él va a una empresa, a inaugurar una empresa. ¿Eso qué significa? ¿Qué le está diciendo a la gente ‘compre ese auto’, si es una empresa automotriz? ¿O un laboratorio, compre estos remedios? No. Va a apoyar emprendimientos”, sostuvo Bullrich. Ese es el marco que el Gobierno buscará darle a la controversia, si es que no logra acallarla.
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