Enrique Petracchi: un juez que defendió desde la Corte sus convicciones liberales
Murió ayer Enrique Santiago Petracchi. Ha desaparecido así una figura decisiva en una parte importante de la historia judicial más reciente, y tal vez quien haya sido uno de los ministros más liberales que tuvo la doctrina sentada por la Corte Suprema de Justicia desde el regreso de la democracia.
A primera vista, podría parecer sesgado definir a un hombre que falleció a los 78 años por lo que ha hecho antes que por lo que ha sido. Pero en su caso esa absoluta coincidencia entre las convicciones y la actuación profesional y judicial, entre la vida privada y la magistratura, constituyó un dato sobresaliente de su trayectoria.
La personalidad de Petracchi trascendía el ámbito ceñido a la actuación estricta del magistrado. Nació en 1935, tuvo cuatro hijos y dos matrimonios. Disfrutaba del buen vivir, amaba veranear en el sur de Brasil y se regocijaba con los placeres de la tertulia después de una buena mesa. Su voz gruesa y pausada coincidía con un carácter formal, por momentos distante y hasta adusto, pero que podía seducir cuando se entregaba con humor ácido.
Los amigos de toda la vida, los que disfrutaban de largas charlas en su casa de la avenida Córdoba, o en la señorial casona de Monte Grande -que había sido el casco de estancia de un lugarteniente de Rosas-, sabían que, invariablemente, la conversación con Petracchi terminaría en alguna de sus tres grandes pasiones: el derecho, la política y, como hobby especial, la caza mayor, actividad que lo había llevado a andar por muchas latitudes.
Su abuelo había sido escribano. Y su padre, Enrique Carlos Petracchi, titular de la Procuración del Tesoro durante la primera gestión de Juan Domingo Perón (1949-1955) y, luego, de la Procuración General de la Nación, en los gobiernos de Héctor Cámpora, Juan Domingo Perón (en su mandato de los años setenta) y María Estela Martínez de Perón.
Para Petracchi, esa filiación política era una suerte de herencia familiar. Pero, por convicción, razonaba y decidía como un liberal. Ésa fue, posiblemente, su característica más distintiva.
Luego de egresar del Colegio Nacional de Buenos Aires, se graduó como abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Lo hizo con diploma de honor. Fue ayudante en las cátedras de Filosofía del Derecho y de Derecho Procesal; dirigió la Revista Lecciones y Ensayos de la UBA y se desempeñó como profesor adjunto ordinario de Introducción al Derecho de esa facultad entre 1971 y 1983, y también como titular de la cátedra de esa misma disciplina en la Facultad de Derecho de la Universidad de Morón (1963-1972).
Además, fue miembro de la Asociación de Teoría del Derecho y autor de importantes trabajos en revistas especializadas sobre los problemas de la Justicia y los derechos humanos. Más aún que en el campo académico, Petracchi descolló y brilló en el desempeño judicial.
Pasos en la Justicia
Había ingresado en Tribunales en 1956, como auxiliar mayor en un juzgado civil, tras lo cual pasó a ocupar distintos cargos letrados en la Corte Suprema. Allí trabajó a las órdenes de un destacado funcionario y jurista, el procesalista Lino Palacio, y también estuvo cerca de Esteban Imaz, uno de los más eminentes estudiosos del derecho que estuvieron en la Corte, primero como secretario letrado y, más tarde, como ministro del tribunal.
A partir de 1964, y por dos años, Petracchi se desempeñó como secretario de primera instancia del Juzgado Civil y Comercial Federal N° 4. En 1966 la Corte lo nombró en la Procuración General, un organismo que era, en aquella época, parte integrante del alto tribunal. Allí llegó a convertirse, en 1973, en procurador fiscal de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal de la Capital, cargo al que renunció en 1982.
Ese año, la justicia electoral lo había nombrado veedor en el Partido Justicialista. En 1983, el presidente electo Raúl Alfonsín, que necesitaba dotar a la Corte Suprema de una nueva integración, ofreció al candidato derrotado del Partido Justicialista, Ítalo Lúder, entrar en el tribunal. Lúder declinó el ofrecimiento. Entonces, Alfonsín convocó para el cargo a Petracchi.
La Corte se encarnó en una vocación con la cual Petracchi estuvo dispuesto a seguir hasta el final. Así fue que interpuso una medida cautelar con la que obtuvo de la Justicia autorización para superar el límite de edad de 75 años que había establecido la reforma constitucional de 1994. En dos oportunidades, entre 1989 y 1990, y entre 2004 y 2006, fue elegido por sus colegas para presidir el máximo tribunal.
En la condición que reivindicaba de peronista y liberal -aunque sus amigos radicales siempre le señalaron la incompatibilidad de ambas, que él defendía por igual-, sintonizó con las ideas de Alfonsín mejor que otros jueces, incluso los más radicales. Por eso, intentó junto con el presidente radical buscar una solución que cicatrizara definitivamente la cuestión militar, que no logró, pero que constituyó un esfuerzo más por dejar sentadas las bases para hacerla posible algún día a favor de la unión nacional de los argentinos.
Este juez fue el autor, junto con su colega Jorge Bacqué, del fallo "Sejean", que le abrió la puerta al divorcio vincular en la Argentina. Sentó los cimientos de la doctrina más importante sobre libertad de prensa en la causa "Ponzetti de Balbín". Y también admitió, en los tempranos noventa, la formación de la Comunidad Homosexual Argentina, una asociación que hasta entonces había sido resistida por el gobierno nacional.
Diferencias con Menem
Cuando el presidente Carlos Menem llegó al poder y se propuso ampliar la Corte Suprema de cinco a nueve jueces, Petracchi, junto con Augusto Belluscio, Carlos Fayt y Jorge Bacqué, dictó la Acordada 44, para resistirse. No logró su objetivo y siempre consideró que haber llevado la conformación de la Corte Suprema de cinco a nueve miembros "fue uno de los mayores errores históricos de Menem", según dijo en alguna entrevista.
Si bien luego logró una convivencia bastante armónica con la Corte menemista, Petracchi pasó a votar en disidencia en muchas de las causas que llegaron al máximo tribunal en ese período. Y, en más de una oportunidad, votó con Belluscio, Fayt y Gustavo Bossert, en oposición a la llamada mayoría automática que de modo seguro daba razón a las tesis de Menem.
Durante la gestión que comenzó en 2003, Petracchi buscó asegurarse su permanencia en el cuerpo, más allá del límite de 75 años. El límite de edad que había establecido la reforma de 1994 no le era aplicable ni a él ni a Fayt. Y, en los últimos años, sus posiciones liberales lo llevaron a votar junto con Carmen Argibay, con quien compartió muchas decisiones.
Sus restos serán inhumados hoy en el cementerio de la Recoleta, a las 11.45.
Tres décadas como ministro
Dos momentos en la trayectoria de Enrique Petracchi en la Corte Suprema
2006
Como presidente de la Corte
Enrique Petracchi ocupó ese lugar en dos oportunidades, entre 1989 y 1990 y entre 2004 y 2006, elegido por sus pares. En este último período le tocó tomarle juramento a Raúl Eugenio Zaffaroni (foto) cuando asumía la presidencia del jury de enjuiciamiento en el Consejo de la Magistratura
2013
En pleno
Petracchi junto al resto de sus colegas en una de las últimas fotografías que compartieron con la composición de siete miembros, cuando el 29 de octubre del año pasado declararon constitucional la ley de medios. Entonces, aún vivía la ministra Carmen Argibay, que murió en mayo pasado
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