Encuesta: qué imagen tienen los argentinos del campo, los movimientos sociales, los sindicatos y la Justicia
Un reciente estudio da cuenta de la valoración que las personas hacen de estos y otros actores de la sociedad argentina; también revela una creciente mirada crítica de las “corporaciones políticas”
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Una reciente encuesta relevó la mirada que la sociedad argentina tiene sobre las principales organizaciones, actores y sectores que la conforman. El estudio evaluó la imagen del campo, los movimientos sociales, los sindicatos y la Justicia, entre otros órganos, colectivos y entidades. Además, hizo un relevamiento en torno a las “corporaciones políticas” que dio cuenta de la visión cada vez más crítica que la ciudadanía posee respecto de ellas.
El trabajo fue desarrollado por la Universidad de San Andrés y propone varias categorías a través de las que los diferentes actores son evaluados. De esta forma, distingue la opinión de los encuestados en “Muy buena”, “Algo buena”, “No sé”, “No lo conozco”, “Algo mala” y “Muy mala”.
Quienes tienen la mayor imagen positiva son los científicos, las Pymes y el campo, que obtuvieron respectivamente la calificación “Muy buena” en el 38%, 26% y 19% de los casos y “Muy mala” en el 4%, 8% y 14%.
En tanto, los escaños más bajos de la tabla los ocupan el Fondo Monetario Internacional (FMI), el kirchnerismo y los jueces, cuyo concepto es muy bueno para el 4%, 5% y 0% de los entrevistados y muy malo para el 41%, 67% y 59%. En la parte inferior del ranking también aparecen otros espacios políticos como el peronismo y Pro e instituciones como la Iglesia Católica, los bancos, los movimientos sociales, los sindicatos y Congreso.
Diego Reynoso, director de la encuesta de la Universidad de San Andrés, investigador del Conicet y profesor de Opinión Pública de la Universidad, en diálogo con LA NACIÓN, explicó: “Es una encuesta sobre satisfacción política: medimos las actitudes hacia diferentes cuestiones públicas, una de ellas es este listado de 24 sectores y organizaciones”.
“La encuesta viene dando hace tiempo así. La variación que encontramos del 2017 para acá es la caída de la Iglesia. Y si comparamos con las viejas encuestas realizadas desde los años 90, las fuerzas armadas y la gendarmería estaban muy abajo en la consideración pública y fueron creciendo. Hoy diría que están bastante bien posicionados en líneas generales. Con la Iglesia ocurrió lo opuesto”, detalló Reynoso.
Sobre el por qué de esta cambio, analizó: “Mi hipótesis con respecto a las FF.AA. es que se ‘desdictadurizaron’, por así decirlo. Se fueron modificando desde su composición social, intelectual y profesional y su rol. Esto, en cierta medida, los eliminó de la consideración pública como un actor político con un poder de veto. En un contexto de desorden asumió un rol de orden”.
“En segundo lugar, a la Iglesia la acompañan dos procesos. En primer lugar, la secularización de la sociedad argentina creció mucho. Estudios de años anteriores nos daban que un 20% de las personas se definían como agnósticas o ateas. Algo que en los años ochenta daba cerca del 2%. Además, durante los últimos 15 años la mayoría de los escándalos de la Iglesia estuvieron relacionados más con cuestiones sexuales que económicas. Eso creo que impactó muchísimo en su reputación a escala planetaria. Y a escala legal yo diría que la orientación ideológica de Bergoglio está asociada con uno de los grandes espacios u orientaciones políticas de la Argentina. Esto hace que aumente el rechazo de quienes no simpatizan con esa opción”, dijo Reynoso.
Sobre las fuerzas políticas, contó: “Los partidos políticos analizados se mantienen más o menos en el mismo lugar desde 2017 o 2016. No despiertan simpatías y es lógico, solo despiertan las de sus simpatizantes. Sí encontré un giro, una rotación. Todavía es experimental, pero la semana pasada presenté un paper donde veo todas las correlaciones entre las opiniones de la gente. Por un lado, tenés un cluster de entrevistados, en su gran mayoría votantes de JxC, que tienen actitudes positivas hacia el Pro, el FMI, el campo y en algo a la Gendarmería y los bancos. En la otra punta está un 60% de los votantes del FdT que tienen una actitud muy positiva hacia el kirchnerismo, las madres y abuelas de Plaza de Mayo y el movimiento feiminista. En menor medida el peronismo, los sindicatos y muy favorable hacia los movimientos sociales”.
“Esto rotó, porque en los años 40 muy probablemente un votante peronista tenía actitudes positivas hacia industriales, sindicatos, las FFAA y la Iglesia. Esta coalición se fue rompiendo en el peronismo. Pero hoy lo curioso es que los industriales y la Iglesia no son fuertemente predictoras de una posición como el campo, el FMI y el Pro, pero no están correlacionados con el peronismo. Y cada vez menos el peronismo y los sindicatos están relacionados con el cluster que surge alrededor de los votantes del FdT. Hubo un realineamiento”, analizó el investigador y sumó: “En una segunda dimensión, hay un grupo de votantes que tiene una actitud casi mayoritariamente contraria hacia la mayoría de los grupos: los libertarios”.
Reynoso cerró: “Yo sostengo que hay un descontento con la política en general y las instituciones no visibilizadas como políticas son las que mejor imagen tiene: los científicos, el campo, las FF.AA. Pero en la medida que se politicen, mi impresión es que la imagen irá decayendo, al igual que ocurrió con la Iglesia a medida que la gente la fue viendo más politizada. La tendencia la venimos midiendo desde 2016 y 2017″.
El análisis de Carlos Pagni
Según el periodista Carlos Pagni, que anoche en LN+ analizó el presente trabajo, la mirada de la sociedad sobre los actores evaluados revela un “desencanto político” creciente, el cual no responde al accionar de una fuerza en particular, sino que se da a nivel sistema.
“Las corporaciones políticas parecen estar bajo la lupa o en tela de juicio ¿Y eso en qué se refleja? En una radicalización. Empiezan a predominar figuras, corrientes, discursos que se ponen en contra de todo”, señaló Pagni y contrastó: “También empieza a aparecer como una especie de reivindicación de organizaciones que la gente tiene asociada con el orden, como la Gendarmería y las Fuerzas Armadas”.
A continuación, el periodista volvió sobre la aparición de posiciones radicalizadas e indicó: “Por la izquierda, el lunes pasado alguien del trotskismo nos aclaraba: ‘Nosotros somos antisistema y estamos en contra de un sistema económico y de una forma de organización de la sociedad’. Y por el lado de la derecha hay un fenómeno que no dice ‘voy en contra del sistema’, pero va en contra de una casta (los jueces, el Congreso, los partidos políticos, etc.). Ese es [Javier] Milei, que crece sin estructura, con un discurso de agitación en contra del status quo”.
De acuerdo con Pagni, el crecimiento de este último referente se da en parte porque mucha gente adhiere a un “planteo antiEstado”, que “es lo que pasa siempre cuando hay alta inflación y se presume que tiene que ver con el exceso del gasto público”. Sin embargo, agregó: “Pero hay más que eso, también crece Milei porque mucha gente lo ve enojado y ve que en ese enojo está su enojo”.
Finalmente, observó que el robustecimiento de ambos polos tiene como efecto un achicamiento de los espacios de centro. Esto fue visible en las elecciones de 2021, donde el Frente de Todos (FdT) perdió 4 millones de votos y Juntos por el Cambio (JxC) alrededor de 1 millón en comparación con el 2019. “Esos votos van a hacia estas expresiones y también al voto en blanco y a la abstención”, insistió el periodista y concluyó que lo que se observa “es un problema de confianza en el sistema político y en la democracia”.