Encuentros privados, tensiones y la peor noticia: cómo fueron las horas previas al nuevo episodio de salud del Presidente
Fernández comenzó el lunes a sufrir los dolores, que se agravaron un día después; debió suspender su visita a Chaco, Lanús y Entre Ríos, mientras espera a ser intervenido esta semana
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Alberto Fernández será objeto en las próximas horas de un bloqueo radicular tras sufrir una dolencia en la zona lumbar. El diagnóstico, confirmado en la noche de este martes, obligará al mandatario guardar reposo y suspender buena parte de su agenda en una semana caliente para el Gobierno. El episodio llega como corolario de meses de cortocircuitos en la coalición gobernante y luego de dos días en los que Fernández estuvo sin agenda pública. Este miércoles tenía previsto reaparecer en Chaco, acompañado por el gobernador Jorge “Coqui” Capitanich, quien asoma como potencial candidato en las próximas elecciones.
Los dolores que marcaron el nuevo cuadro médico del mandatario, a exactos cuatro meses de lo sucedido en Bali, Indonesia, donde sufrió una descompensación gástrica, comenzaron el lunes por la tarde. Ese día, el mandatario trabajó toda la jornada en Balcarce 50. En su despacho mantuvo un encuentro con el presidente de River Plate y directivo Banco Macro, Jorge Brito (h). También tuvo reuniones de trabajo con la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra; con el ministro de Defensa, Jorge Taiana, y con el asesor presidencial Ricardo Forster.
En medio de la renegociación con el FMI, Fernández se mantuvo toda esa jornada en permanente diálogo con el titular de Hacienda, Sergio Massa, según contaron cerca del mandatario, y recién se fue a la medianoche de Casa Rosada a Olivos.
El martes, ya más dolorido, prefirió quedarse en Olivos. Fue allí donde se reunió con la flamante titular de la Oficina Anticorrupción (OA) Verónica Gómez, la abogada que él mismo eligió para el cargo. El puesto llevaba casi tres meses vacante tras la renuncia de Félix Crous.
A las 16 llegó el golpe que el Gobierno buscaba evitar: el Indec comunicó que la inflación de febrero fue del 6,6% y que, de ese modo, la suba interanual de precios superó los dos dígitos y alcanzó el 102,5%, el mayor registro en los últimos 32 años. Hace exactamente un año Fernández anunciaba que tres días después, el viernes 18 de marzo, empezaría la “guerra contra la inflación”.
Los diálogos con Massa se extendieron durante el martes. “Seguiremos haciendo todo lo posible para bajarlo”, fue la respuesta de fuentes de Casa Rosada ante la consulta sobre el índice que golpea de lleno los bolsillos de los argentinos.
Con el correr de las horas, cada vez más dolorido, Fernández fue revisado allí por Federico Saavedra, el titular de la Unidad Médica Presidencial, que ordenó la realización de la resonancia magnética. Comenzaron entonces los preparativos con el Sanatorio Otamendi para la realización de los estudios. El traslado estuvo, como siempre, en manos de la custodia de Policía Federal, encabezada por Diego Sandrini, y la Casa Militar. Ellos y los responsables de la Unidad Médica fueron los acompañantes del mandatario durante las casi dos horas que estuvo en el lugar.
Allí se determinó que tenía una hernia de disco lumbar, por lo que se le hará en los próximos días un bloqueo radicular y se le indicó reposo. Las actividades del Presidente quedarán restringidas a las reuniones y conversaciones que pueda mantener en Olivos. Fernández había sufrido una dolencia similar hace 15 años, poco después de convertirse en jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, según pudo saber LA NACION.
El episodio obligó a suspender la agenda que Fernández tenía programada para los próximos días y que incluía el viaje de este miércoles a Chaco, una visita a Lanús el jueves y otra a Entre Ríos, el viernes.
En Chaco Fernández tenía previsto romper el silencio público en el que se sumió desde el sábado en Luján, cuando asistió a un evento religioso en la previa del acto en el que la militancia kirchnerista pidió, desde Avellaneda, por una candidatura de Cristina Kirchner, con duros dardos al mandatario.
La interna al rojo vivo y los planes que se complican ante el “3 que no llega”
“Parece mentira muchas veces que tras la persecución del partido judicial y del hostigamiento, haya compañeros que están más interesados en ganarle a Cristina que sacar el Gobierno adelante. Esas son las diferencias claras que hay”, fue una de las frases que dejó Máximo Kirchner el sábado en Avellaneda, en relación a Fernández, aunque sin nombrarlo. El albertismo aún respiraba aliviado porque la vicepresidenta no lo había cruzado con dureza el viernes, en Río Negro. Cerca de Fernández relativizaron el impacto de los dichos del líder de La Cámpora, que se dan en el marco de la interna feroz que marca al oficialismo con miras a las próximas elecciones.
Fernández se mostró públicamente por última vez el sábado al mediodía en Luján, en el encuentro organizado por el Padre Pepe Di Paola, del que participaron dirigentes de la oposición y del kirchnerismo, como el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Allí el mandatario dijo que se “necesita terminar con los desencuentros y recuperar la paz” y llamó a “terminar con el narcotráfico y trabajar por los caídos”.
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