En un guiño a la clase media, el Presidente pide ahora combatir “los delitos menores”
En una reunión del Consejo de Seguridad, Alberto Fernández apeló al “crimen permanente” y reclamó soluciones a la Justicia y los gobiernos provinciales
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En un evidente giro en relación a las prioridades de la política de seguridad del kirchnerismo, el presidente Alberto Fernández pidió hoy a gobernadores y responsables de las fuerzas de seguridad atender “al crimen permanente en las calles”, como arrebatos, entraderas y robo de celulares, “que muchas veces se lleva la vida de la gente”.
“Más allá de lo conmocionante de los efectos del crimen organizado, hay un crimen cotidiano, permanente en las calles, ese delito menor pero no tan menor, que muchas veces se lleva vidas, bienes y sobre todo la tranquilidad de la gente”, afirmó el Presidente en la apertura del Consejo de Seguridad Interior, el primero al que asiste como primer mandatario, en la cúpula del Centro Cultural Kirchner (CCK).
“La sensación que siente alguien cuando ve que entraron a su casa, revolvieron sus cosas, le sacan la billetera, le roban el auto, es muy difícil de reparar. Prestemoslé mucha atención a los delitos locales”, reiteró el Presidente. Fuentes oficiales reconoceron que “le habló a la clase media”, en un intento por empatizar con los problemas cotidianos de inseguridad, que junto a la inflación son las dos preocupaciones principales en todos los sondeos.
Un discurso alejado de la perspectiva más “ideológica” que signó las posturas del kirchnerismo en relación a los episodios de inseguridad ciudadana. “Suiza es más tranquilo, pero más aburrido. Hay que tratar de hacer este país lo mejor posible. Sigo viviendo en Temperley, yo tengo custodia, pero sí se del miedo. No tenía un auto porque era un factor de riesgo”, dijo la antecesora de Aníbal Fernández, Sabina Frederic, en agosto pasado y en respuesta al deseo de muchos argentinos de dejar el país luego de conocida una violenta entradera (una más) en el conurbano bonaerense que terminara con un jubilado y un delincuente muerto.
Con la presencia de la mayoría de los gobernadores -una especie de previa de la reunión en Casa Rosada por los fondos de la coparticipación- y una discreta delegación de la ciudad de Buenos Aires, a través del subsecretario de Seguridad Aníbal Falivene, el Presidente se centró en “dar soluciones” ante los delitos locales, mientras el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, quien abrió la reunión, se centró en un repaso del “combate al delito organizado” en áreas como el narcotráfico y el lavado de activos. “El pequeño delito es el más recurrente, lo que la gente más padece”, reafirmó el Presidente, y aseguró que esos delitos “deben ser atendidos por la seguridad provincial”. Dejó a salvo el narcotráfico, aunque en diálogo con el gobernador de Santa Fe Omar Perotti se centró de su “desarrollo en Rosario”, ciudad gobernada por el Frente Progresista desde hace tres décadas.
Críticas a la Justicia
En otro tramo de su discurso, y mientras un impresionante despliegue de fuerzas de seguridad rodeaba el edificio del exCorreo, el Presidente volvió a apuntar a la Justicia. “Nada podemos hacer sin una Justicia que sea corresponsable de la solución del problema”, sostuvo, y afirmó que “si la Justicia no actúa como tiene que actuar, la sociedad sufre mucho más. La Justicia debe revisarse”, sostuvo. De todos modos, al inicio de su discurso de 17 minutos, Fernández apeló a las “causalidades” y definió que “el delito prospera menos en dónde hay menos desigualdades”.
El Consejo de Seguridad Interior, al que por primera vez asiste un Presidente, precedió a un Seminario Internacional sobre Criminalidad Organizada denominado “nuevos desafíos de las políticas públicas contra la Narcocriminalidad”, que durante dos días congregará a especialistas y representantes de fuerzas de seguridad nacionales e internacionales.
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