Cumbre en la Casa Rosada para buscar una distensión con EE.UU. tras el mensaje del Departamento de Estado
En el Gobierno intentaron bajarle el tono a los comentarios de la administración Biden que dio a conocer LA NACION; apuntan a fortalecer una “agenda positiva” y reconocen un apoyo de Washington en el último tramo de las negociaciones
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En medio de la polémica abierta luego de que se conociera el malestar de Estados Unidos por los dichos del Presidente durante su gira por Rusia, China y Barbados, Alberto Fernández se reunió con el canciller Santiago Cafiero y el embajador en Washington, Jorge Arguello, en la Casa Rosada. Pese a los intentos del Gobierno por descalificar públicamente la información, puertas adentro de la Casa Rosada admitieron que existe el enojo que hizo trascender el Departamento de Estado, aunque aseguraron que no está en riesgo el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Fueron tres horas de análisis y catarsis, según pudo reconstruir LA NACION. Cafiero lo hizo desde el mediodía, cuando compartió el almuerzo con Fernández como suele hacer periódicamente, en tanto que Arguello se sumó para la sobremesa. La visita del embajador, que llegó al país este fin de semana, ya se esperaba en Balcarce 50, pero despertó mayores suspicacias luego de conocerse las declaraciones de funcionarios estadounidenses.
Con el correr de las horas y pese al intento de la portavoz Gabriela Cerruti de poner en duda la información que publicó LA NACION, en el Gobierno se activó un plan de contención que quedó en manos del canciller, Arguello, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el silencioso jefe de Gabinete, Juan Manzur, el primero en intentar calmar los ánimos con el embajador estadounidense en Buenos Aires, Marc Stanley, cuando el Presidente se encontraba en China.
“Estamos bien. No es verdad que estemos complicados con el apoyo en el Congreso”, deslizó a este medio uno de los protagonistas de las reuniones en la Casa Rosada. Allí también se escucharon nuevas críticas a Máximo Kirchner, aunque las fuentes consultadas aseguraron que su renuncia a la jefatura del bloque de diputados fue una “jugada personal e individual”.
“Se trabajó en una agenda positiva”, aseguraron altas fuentes del Poder Ejecutivo a este diario, tras lo cual buscaron relativizar el impacto de un posible malestar con Estados Unidos. “No hubo ninguna comunicación oficial (de parte de EEUU) y somos muy conscientes de que no hubo ofensas y menos que menos con la administración de (Joe) Biden”, completaron fuentes al tanto de los pormenores del encuentro. Las mismas fuentes aseguraron que durante la reunión se habló de la “promoción de inversiones, de la agenda “en común” con los Estados Unidos: en este caso, destacaron la política de derechos humanos y el tratado de no proliferación de armas nucleares. Desde el Gobierno también confirmaron el primer viaje de Alberto Fernández a los Estados Unidos. Será el 6 de junio, cuando el Presidente participe del Consejo de las Américas. Según pudo saber LA NACION, es probable una bilateral entre el jefe del Estado y Joe Biden.
“Para nosotros es muy claro que no hay hipótesis de distanciamiento con Estados Unidos”, insistieron. Agregaron que la agenda con Rusia y China que lleva adelante el país “es muy pragmática y es en términos económicos”.
Consultados por LA NACION, distintos funcionarios coincidieron en reconocer y destacar el rol que jugaron los Estados Unidos en las negociaciones que terminaron destrabando un entendimiento con el FMI. Al tiempo que buscaron contextualizar los dichos de Fernández en su paso por Moscú donde, ante Vladimir Putin, sostuvo: “Yo estoy empecinado en que la Argentina tiene que dejar de tener esa dependencia tan grande que tiene con el Fondo y con Estados Unidos”.
“Fue una frase, no hay que tomarla de una forma determinante”; “la frase fue recortada y sobre todo, sobredimensionada”; “fue imprecisa, claramente no fue su mejor oratoria, pero no para que se le dé el nivel de importancia que los medios le dieron”; y “no es nada nuevo, es lo que Alberto viene diciendo desde que asumió”, fueron solo algunas de las explicaciones a las que distintos funcionarios apelaron ante la consulta de este diario sobre los dichos de Fernández el último jueves en el Kremlin. Todos los consultados relativizaron lo expresado por el jefe de Estado.
Como publicó hoy LA NACION, desde el Departamento de Estado norteamericano expresaron su “preocupación” y malestar por las señales políticas y las declaraciones que marcaron la gira. “Hay amigos de la Argentina en el gobierno de Estados Unidos que trabajan muy duro para persuadir a los que son escépticos sobre el compromiso con la Argentina. La aparente falta de apreciación sobre lo que representa la crisis en Ucrania y los comentarios realizados hacen que este trabajo sea más duro”, señaló un alto funcionario de la administración de Biden.
Más allá de los dichos de Fernández, en el Gobierno sí reconocieron el trabajo de los Estados Unidos en el tramo final de las negociaciones con el FMI. Identificaron fundamentalmente el quiebre entre lo que venía sucediendo y lo que finalmente pasó, con la visita de Cafiero al secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, el mes pasado. Aunque insisten en que no hubo una causa si no “multicausalidad” para llegar al entendimiento anunciado, describen esa visita del canciller como un episodio “trascendental”. En especial porque, creen, fue el “broche de oro” a un trabajo político que ya venían haciendo el embajador Argüello y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, por sus vínculos con Jake Sullivan. “Estados Unidos ayudó para que las cosas se encaminaran”, insistieron. También le asignaron un rol importante en las tratativas al jefe de Gabinete, Juan Manzur, que viajó el año pasado junto a Guzmán.
“Está claro que Estados Unidos ayudó, pero también que no lo hizo desde el principio de la gestión de Alberto, cuando se empezó a renegociar la deuda. El compromiso de ellos fue en el último tramo. A eso se refería Alberto cuando dijo lo que dijo”, manifestó un alto funcionario del Poder Ejecutivo. Como el Presidente, distinguió el esfuerzo que aportaron “los países europeos, muchos de América, Rusia, y China, que desde el primer momento apoyaron de forma pública y privada los pedidos de Argentina”.
“Estados Unidos no tuvo esa misma actitud. Los demás dieron un apoyo absoluto, sobre todo en los reclamos centrales como el del alargamiento de los plazos y las sobretasas”, recalcaron.
Las respuestas en off de los funcionarios llegaron en un día cargado de tensión en el que la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, cruzó a este diario por la información vertida en su portada del día de hoy, lo que motivó distintas reacciones, varias de ellas desde la oposición, que repudió su actitud.
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