En un congreso partidario, el Movimiento Evita le bajó el tono a la discusión con el kirchnerismo y ratificó su intención de competir electoralmente en 2023

Desde que Cristina Kirchner puso en tela de juicio la administración de los planes sociales, el Movimiento Evita no abandonó más el ojo de la tormenta. Sin embargo, pese a que los embates del kirchnerismo no cesan, la agrupación comandada por Emilio Pérsico decidió bajarle el tono a la polémica abierta públicamente por la vicepresidenta. Así, al menos, dejaron entrever en su 6° congreso nacional que tuvo lugar el sábado pasado en el microestadio de Argentinos Juniors.

Sin referencias explícitas a la interna que atraviesa al Frente de Todos, miles de militantes de todo el país llegaron al barrio porteño de La Paternal con un propósito central: ratificar la intención de “institucionalizarse” políticamente de cara a la disputa electoral de 2023. Es un objetivo que tiene a la candidatura de la legisladora bonaerense y pareja de Pérsico, Patricia Cubria, en La Matanza, como punta de lanza. En ese bastión histórico del peronismo, el Movimiento Evita está decidido a desafiar el poder del PJ local encabezado por el intendente Fernando Espinoza.

A través de un documento, los organizadores del evento –que contó con la asistencia de más de 2500 congresistas– destacaron que la agrupación ha tenido “un crecimiento enorme en los últimos años” y se detuvieron especialmente en “la necesidad de desarrollar una estrategia de poder integral”. Es que, desde el Movimiento Evita, se imaginan “un espacio político que pueda debatir un proyecto de país que tenga en el centro a la economía popular y el protagonismo de las mayorías en la política”.

“Nuestra apuesta por un espacio político de las organizaciones populares, de trabajadores y productores busca una sola cosa: fortalecer el Frente de Todxs, fortalecer la unidad de más y más sectores”, precisa el escrito difundido una vez finalizado el acto, en el que también se afirma que el 2023 no puede ser recordado como “el año en que el neoliberalismo volvió al gobierno”.

“El principal mandato es ganar, no hay alternativa. El Movimiento Evita, hasta el último día de este gobierno, va a intentar que al Presidente le vaya lo mejor posible, porque si le va bien, a nuestro pueblo le va bien”, enfatizó Pérsico durante el cierre del encuentro, en el que fue ratificado como secretario general de la organización y del que también participaron el secretario de Asuntos Parlamentarios, Fernando “Chino” Navarro; el diputado nacional Leonardo Grosso; la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, y el exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, entre otros referentes.

Por su parte, además de los miembros orgánicos del Movimiento Evita, el evento contó con la presencia de otros dirigentes sociales afines al oficialismo, como Juan Grabois (MTE), Juan Carlos Alderete (CCC) y Daniel Menéndez (Somos Barrios de Pie). Todos ellos forman parte, junto al actual secretario de Economía Social, de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que el próximo jueves protagonizará una movilización a las puertas del Congreso para exigir que se debata una Ley General de Tierra, Techo y Trabajo “que mejore la realidad de los trabajadores y las trabajadoras que más lo necesitan”.

En ese sentido, “la reafirmación de la construcción sindical en la UTEP” fue otro punto central de las conclusiones a las que llegó la organización social más fiel a Alberto Fernández. El Movimiento Evita aboga por imprimirle una impronta “productiva” a la política social, algo que presentan como “un salto de calidad” en el camino hacia el “fortalecimiento” de las cooperativas de trabajo. Es por eso que sus dirigentes insisten en la necesidad de que sean tratados en el recinto de la Cámara de Diputados un conjunto de proyectos de ley que ya cuentan con estado parlamentario, como el monotributo productivo.

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