En un acto con Kicillof, Fernández dijo que hay “barullo político” y pidió que no vuelva “la derecha maldita”
El Presidente estuvo en Ensenada en medio de una semana con fuertes tensiones y en la que renunció su jefe de Asesores, Antonio Aracre
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En un acto en Ensenada junto al gobernador Axel Kicillof, con quien no se veía desde hacía dos meses, el presidente Alberto Fernández admitió que hubo en este tiempo “barrullo en la política”, justo después de una semana en la que renunció su jefe de Asesores, Antonio Aracre, en medio de versiones cruzadas con el ministro de Economía, Sergio Massa, y de una escalada del dólar que no cesa. Sin embargo, pidió unidad al Frente de Todos, al entender que no debe volver “la derecha maldita” a gobernar el país. Fernández llamó a la unidad del oficialismo pero evitó mencionar a la vicepresidenta Cristina Kirchner, que en cambio fue destacada en varias oportunidades por el gobernador.
“En estos tiempos en que se aproximan elecciones hay mucho barullo en la política; que haya todo el barullo que quiera haber, pero nunca nos olvidemos que tenemos que estar más unidos que nunca porque la división nuestra solo permite que otra vez se frustre la construcción del Canal Magdalena, que el puerto de Ensenada no tenga la dimensión que debe tener, que no se generen puestos de trabajo y que la Argentina una vez más vea postergar sus ilusiones”, enfatizó Fernández en un mensaje directo a sus socios de la coalición. Minutos antes se había reunido con Massa en Olivos, en un encuentro que dejaron trascender a través de fotos en las que a ambos se mostraron sonrientes.
El Presidente y el gobernador volvieron a mostrarse juntos luego de 50 días y en la antesala de la reunión que el Partido Justicialista realizará mañana. Mientras transcurría el acto, donde se anunció la licitación para el dragado del Canal Magdalena, el dólar tocaba un nuevo techo de 440 pesos.
Fernández no compartió tiempo a solas con Kicillof. Se mostraron juntos en la foto institucional, pero nada más. El gobernador nombró cuatro veces en su discurso a Cristina Kirchner. El Presidente la ignoró por completo.
“Miremos hacia el futuro, trabajemos unidos para que la derecha maldita nunca más vuelva a gobernar la Argentina”, pidió el Presidente, luego de semanas complejas por las tensiones cambiarias y políticas, ante la presión de parte de sus compañeros de espacio para que baje su candidatura.
Antes de que Fernández llegara a Ensenada, los anfitriones hicieron circular un off the record insistente: “La situación económica la ordena Cristina o no lo ordena nadie”. El comentario no habría llegado hasta el Presidente, que de todos modos se hizo cargo del malestar que lo circunda. “En tiempos en que se aproximan las elecciones hay mucho barullo en la política. Pero nunca olvidemos que tenemos que estar más unidos que nunca”, dijo. Y cerró: “Miremos hacia el futuro trabajemos unidos para que no vuelva la derecha maldita”, convocó.
Muchos de los intendentes y de los funcionarios presentes leyeron la frase del Presidente como un anticipo de una inminente decisión de no competir por la reelección. “Viva el Canal Magdalena, viva la patria”, arengó Fernández, repitiendo con las que había cerrado su discurso el gobernador, que al final del acto le dio un tibio abrazo.
El Presidente pareció enviarle un mensaje al kirchnerismo al referirse a la distribución del ingreso, uno de los reclamos más repetidos desde el ala dura dura del Frente de Todos. “Estamos recuperando derechos soberanos. Dejar de tener un Estado estúpido que deja en manos privadas lo que podrían ser recursos administrados para la gente. Esos 20 millones que la Argentina ganó [con la hidrovía], se vuelven en distribución en favor de la gente. Tanto se habla de la distribución del ingreso... ¿Cómo piensan que se distribuye? Haciendo hospitales, escuelas, caminos, rutas, trenes, que la sociedad necesita para funcionar. Así se distribuye”, marcó.
El lugar de Cristina
El lugar para la cumbre de hoy no fue casual: el intendente local, Mario Secco, es uno de los mayores articuladores del peronismo, así como uno de los promotores del “operativo clamor” para que Cristina Kirchner acepte ser candidata. Interlocutor de la vicepresidenta, que suele ir a reuniones reservadas en su distrito, oficia también como anfitrión asiduo del gobernador y los intendentes del PJ. De todos modos, mantiene un vínculo de gestión fluido con el Presidente.
El Canal de Magdalena es una obra de envergadura para la zona costera: dragada, la vía permitiría eludir la navegación por el canal de acceso al puerto de Montevideo. La obra permitiría bajar costos logísticos y de fletes de la actividad naviera. Se calcula que el Estado nacional podría ahorrar 4000 millones de dólares al dejar de pagar el tránsito por el canal de Montevideo. También, que el tránsito de barcos pueda duplicarse, de 700 a 1500 por año.
El Presidente no nombró a la vicepresidenta pese a que la obra ya había sido licitada en 2014, cuando el ministro de Transporte era Florencio Randazzo y el actual gobernador encabezaba Economía. “Durante estos cuatro años fui muy asediado, muchos creían que yo tenía desinterés [en la obra]. Si bien es cierto que muchos trabajaron en esto, yo quiero destacar al vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos”, dijo Fernández.
Kicillof, en cambio, fue categórico. “Decisión política primero de Cristina, después de este Presidente. Viva la patria” , dijo el gobernador. “La construcción del canal Magdalena es un hecho histórico”, dijo Kicillof. “No es la primera vez que me toca acompañar el llamado a licitación del canal: lo hice como ministro de Economía de Cristina 2015″, recordó.
“Hoy la Argentina está partida- dijo Kicillof-. Hoy un barco con carga nacional que quiere ir a otro puerto nacional bajando del Paraná tiene que desviarse por Montevideo, pedir autorización a un país extranjero y recién ahí poder dirigirse a otro puerto de nuestro país. Está partida la soberanía. No puede ser que para unir dos puertos Argentinos o bonaerenses haya que pedir permiso a otro país”.
“Hace falta tomar decisiones sobernas y patrióticas como lo hizo Cristina. Y como lo estamos haciendo acá, Alberto”, insistió el gobernador, dejando en claro su posición en el tablero oficialista. El mandatario provincial sí fue vitoreado por el público, en su mayor parte sindicalistas, que incluso lo buscaron una vez concluido el acto para sacarse interminables fotos.
A cargo de la convocatoria estuvieron el Sindicato de Trabajadores Portuarios de la República Argentina, La Bancaria, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Movimiento Patria Grande, la Agrupación Claudia Falcone, Somos Barrios de Pie, y Movimiento Octubres, entre otros.
Los ministros de Transporte y de Defensa, Diego Giuliano y Jorge Taiana, acompañaron a Fernández, que fue recibido por Kicillof, Secco y el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi.
Antes de la foto oficial, Secco avisó que el sábado asistirá al acto porteño por la candidatura de Cristina Kirchner. “Voy a estar en la Ciudad Autónoma como antes estuve en Chaco y en Avellaneda para trabajar por Cristina Presidenta. Ese es nuestro objetivo de acá al 25 de mayo. No hay otra”, afirmó.
LA NACION le preguntó a Kicillof si es necesario que el Presidente baje su candidatura para lograr la unidad del oficialismo. “Hoy hablamos del Canal de Magdalena. Mañana se reúne el PJ”, dijo el gobernador por toda respuesta.
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