En Santiago, de la sorpresa y el malestar a una rápida reacción
El presidente de Chile ve con preocupación el conflicto con la Argentina por LAN
SANTIAGO, Chile.- En Chile, los mensajes por Twitter de Cristina Kirchner no cayeron nada bien en el gobierno del presidente Sebastián Piñera y fueron considerados más bien un "exabrupto" de la mandataria, según relataron diversas fuentes del oficialismo a la nacion.
Por ello, anteanoche, tras la sorpresa y el malestar que causaron los tuits se le pidió al canciller Alfredo Moreno que desmintiera rápido y con firmeza cualquier asomo de conflicto de interés entre la empresa LAN y el presidente de Chile. Éste fue uno de los fantasmas que han perseguido a Piñera y a varios de sus colaboradores durante gran parte de la actual administración.
Piñera, quien se ha cuidado de no verse involucrado en el conflicto que enfrenta a LAN con el Orsna por el hangar del aeroparque Jorge Newbery, ve con preocupación cómo, sobre el final de su gobierno, se reflota un tema que ya se creía completamente superado.
El oficialismo también resintió especialmente el "tono irónico" y el entrecomillado con el cual la Presidenta se refirió a la venta de LAN.
"En Chile, el presidente y los parlamentarios son democráticamente elegidos, con total transparencia de su trayectoria, patrimonio e intereses [?] Si en Argentina el asunto es de otra forma, bueno, es el gobierno y el país el que debe decidir si es el mejor conducto", aseveró ayer con dureza la vocera del gobierno de Piñera, Cecilia Pérez.
"El tuit de Cristina Fernández sobre LAN es poco prudente, pero la cancillería chilena no puede seguir actuando como relacionador público de una empresa", dijo el senador de oposición y presidente del Partido por la Democracia (PPD), Jaime Quintana, haciendo alusión al protagonismo que ha tomado el gobierno chileno en lo que se considera un conflicto propio de una empresa privada.
Las acciones
Piñera, quien accedió a la propiedad de LAN en 1994 y llegó a tener su control mayoritario, con un 26,34%, a través de sus sociedades Axxion e Inversiones Santa Cecilia, se comprometió durante la campaña de 2009 a deshacerse de sus activos en la aerolínea antes de llegar a la presidencia para evitar cualquier potencial conflicto de interés.
La venta consistió de más de una etapa y le reportó casi US$ 1500 millones, los que fueron delegados a un fideicomiso ciego voluntario, otra de las promesas asumidas en campaña. El primer paso, clave, ocurrió el 22 de febrero de 2010, cuando Piñera enajenó un tercio de su participación (8,56%) en LAN al grupo Cueto por US$ 499,6 millones.
Con ello, los Cueto pasaron a controlar la aerolínea, con el 34,04% de la propiedad, utilizando la opción de compra preferente que tenían como antiguos socios. El 25 de febrero de 2010, un 6,44% de las acciones fueron rematadas por la corredora Celfin en la Bolsa de Santiago.
Sin embargo, el violento sismo del 27 de febrero de 2010 -que devastó la zona centro y sur de Chile- impidió que Piñera cumpliera su palabra, por lo que asumió el poder el 11 de marzo de aquel año con un 11,3% aún bajo su propiedad.
"El presidente dijo que iba a vender antes del 11 de marzo, pero el terremoto ha variado el cronograma. Su compromiso sigue firme y lo hará lo antes posible", dijo la entonces vocera de gobierno, la hoy senadora Ena von Baer. Sólo el 24 de marzo, dos semanas después de llegado al poder, Piñera finalmente vendió un 8% al grupo Bethia, vinculado con los dueños de Falabella, el cual también remató el 3,3% restante en la bolsa.
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