En Mendoza la reforma judicial recrudeció una fuerte puja entre dos pesos pesados de la política y la Justicia
Los cambios judiciales también son motivo de fuertes pujas políticas en Mendoza, con dos sectores bien diferenciados. De hecho, los proyectos para hacer transformaciones e incorporaciones en el Poder Judicial local, vinculados también a la composición de la Corte, tienen como protagonistas a dos figuras de proyección nacional y enemigos públicos: el exgobernador y actual titular de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, y el ministro del máximo tribunal provincial, Omar Palermo, vinculado al ala peronista del organismo y fundador de Justicia Legítima, con vasta experiencia académica, quien fue convocado por el presidente Alberto Fernández para ser parte del Consejo de Notables en su plan de reforma.
Así, mientras que Cornejo rechaza la iniciativa nacional de incrementar el número de miembros de la Corte Suprema, en la provincia cuyana fue el principal impulsor de un proyecto similar que quedó trunco a fines del 2017: aumentar de 7 a 9 la cantidad de supremos. En tanto, Palermo fue uno de los principales detractores de esta idea en Mendoza, al tiempo que ahora se perfila como uno de los expertos clave para avalar la misión presidencial de reforma judicial.
Bajo estos antecedentes, por estas horas, se da otra pugna en la tierra del sol y del buen vino: la controversial designación del radicalismo de una mujer en la Corte, María Teresa Day, tras la sorpresiva renuncia de su titular, Jorge Nanclares, quien optó por jubilarse, lo que dejó al tribunal con tres ministros "radicales" y "tres peronistas".
A Nanclares le achacaron la "equiparación salarial" que hizo la Corte de funcionarios judiciales con el cargo de magistrado. Su secretaria, Elizabeth María Carbajal, tenía un salario mayor a 400 mil pesos y no pagaba Ganancias. El gobernador Rodolfo Suarez consiguió una ley para regularizar esta situación, aunque todo quedó a mitad de camino.
El punto central de una nueva pelea con Palermo, que tiene como protagonistas al gobernador y a Cornejo detrás, tras elegir como candidata a Day, es el supuesto incumplimiento de los requisitos constitucionales de la abogada para acceder al cargo, al que ya juró de "manera prematura", como reconoció el mandatario para evitar que el máximo tribunal lo impida.
Resulta que la excoordinadora del Ministerio Público Fiscal tiene amplia experiencia en gestión y administración judicial, pero le achacan su nula actividad como "litigante", que iría contra el artículo 152 de la Carta Magna local. Por tal motivo, días atrás, Palermo realizó una audiencia pública de interpretación constitucional, donde se ausentó el ala radical de la Corte y los dirigentes del oficialismo provincial, por lo que se escucharon todas las críticas "peronistas" contra Day.
Ahora, se espera un fallo plenario del máximo tribunal para determinar si Day puede seguir en el puesto, aunque se desconoce si la mujer se excusará, al tiempo que hay pocas certezas, según pudo saber LA NACION, de que la prestigiosa exministra de la Corte, Aída Kemelmajer de Carlucci, convocada por Palermo y sus pares "justicialistas", acepte definir la pulseada, como una especie de "garante de la imparcialidad" de pensamiento.
Así, entre Cornejo y Palermo, ambos pesos pesados de la política y la Justicia local, respectivamente, han sido días de disparos con munición gruesa, no solo por el caso Day sino por la reforma judicial nacional.
Mientras el líder radical salió con los tapones de punta a cuestionar la designación de Palermo en el Consejo de Notables, el supremo, titular de la Sala II de la Corte, fue más allá en las críticas. "No es la primera vez que me falta el respeto. Lo que le molesta es nuestra independencia. A Cornejo lo que le interesa es someter los organismos de control. Tenemos a un hombre que no es gobernador y tiene la suma del poder público. Lo único que no tiene es el sometimiento de la Sala II", sentenció el magistrado al diario local El Sol, tras agregar que "nunca la política se había metido tanto en el Poder Judicial".
Por su parte, Cornejo respondió: "Cuando me acusan de tener la suma del poder público, en realidad me tratan como si yo fuera Gildo Insfrány a Mendoza como si fuera Formosa. Lo que no dicen es que gané las elecciones y que llevamos adelante todas las reformas con el apoyo de los mendocinos. A nadie le puse un revólver en la cabeza para que se fuera, renunciara o dejara su cargo". Sus declaraciones, le valieron también el repudio del mandatario formoseño por los "exabruptos impropios".
En octubre de 2017, tras el triunfo en las legislativas, Cornejo decidió avanzar con uno de sus principales deseos, para "equilibrar" las fuerzas en el principal tribunal provincial: ampliar el número de integrantes de la Suprema Corte de 7 a 9 jueces. El principal argumento del entonces gobernador era el alto grado de litigiosidad que existe en Mendoza y lograr más agilidad ante las demandas de la ciudadanía. Asimismo, se planteó también sumar una sala, principalmente por la cantidad de casos que debe manejar la Sala II, dedicada a los fueros Penal y Laboral. Curiosamente, esta instancia la preside Palermo, a quien el gobernador considera el líder de la oposición desde la Corte, ya que es la principal cara del garantismo judicial.
Por esos días, bajo el argumento de un cambio radical en el Poder Judicial, con el objetivo de reducir el tiempo de resolución de las causas, ya que la tasa no supera el 45%, los cuestionamientos opositores no se hicieron esperar, y finalmente el plan de Cornejo quedó frenado. Los cuestionamientos apuntaron a la "ambición" del mandatario de tener más superpoderes y lograr acercarse a tener el control del máximo tribunal. Es más, se habló hasta la intención de radical de tener una Corte "automática y adicta", como lo fue durante el menemismo.
En lo que finalmente se logró dar un paso adelante en Mendoza en los últimos años, con el sello de Cornejo, fue en materia de procedimientos, sobre todo en la oralidad, con presencia de jueces en las audiencias. "Hubo más de 30 leyes nuevas con reformas importantes. Se modificaron todos los códigos de procedimiento. En cuanto al penal, cambió el sistema tradicional al colegiado. También puso en marcha el sistema de juicios por jurado. Más allá de la puja entre ambos, Cornejo dio vuelta el sistema judicial y logró acortar los tiempos", admitió una fuente del Poder Judicial, que lamentó la salida de Nanclares, y resumió: "Quedó entrampado, en el medio de una fuerte pelea política; no merecía irse así".
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