Fracasó la reunión por el salario mínimo y ahora deberá fijarlo el Gobierno por decreto
La representación sindical pidió un incremento del 85% y las cámaras empresarias no hicieron ninguna propuesta; en medio de la suba de precios, la administración de Milei establecerá el nuevo valor
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En medio de un clima tensión entre el Gobierno, los sindicatos y con la previa de una manifestación de las organizaciones sociales, la primera reunión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en la administración del presidente Javier Milei terminó sin acuerdo entre los gremios y los empresarios. Ahora, el Poder Ejecutivo deberá fijar el nuevo valor del salario mínimo, algo que hará por decreto. La inflación del 20,6 por ciento en enero, que acumuló 50 por ciento con la de diciembre, es considerada una base para que los ingresos no pierdan con los aumentos de precios.
El SMVM fija los ingresos de los trabajadores que están por fuera de los convenios colectivos de trabajo e impacta en el Salario Social Complementario. El establecimiento del salario mínimo es la referencia que se utiliza para definir prestaciones como los planes Potenciar Trabajo y las becas Progresar, y también para establecer los límites para el pago de Ganancias. Todos aspectos sensibles para la administración libertaria que tuvo a 45 días de asumir el primer paro general de la CGT, que batió su propio récord en materia de paros a un gobierno nuevo, y se encuentra en pleno conflicto con los movimientos sociales a los que busca correr del rol de intermediarios.
Tras no haber llegado a una resolución, ahora el Gobierno deberá laudar entre la propuesta de los gremios, de un salario mínimo de $288.600 a partir del 1° de febrero, y la postura de los empresarios, que fue sin propuesta económica a partir de marzo. El Gobierno no tiene plazo para hacerlo, pero sí tiene facultades para instrumentarlo por decreto. En tanto ya se mira lo que sucederá el próximo miércoles 21, cuando haya reunión por los salarios de las empleadas domésticas.
El clima de la reunión, según pudo saber este diario, fue tenso con los gremios y en tono “agresivo”, según asistentes al encuentro y empresarios “terriblemente callados”, actitud que habría exacerbado aún más lo ánimos de los primeros. El encuentro se hizo de manera virtual y fue el primero de la gestión libertaria y también con la cartera de Trabajo degradada a Secretaría, por el Gobierno estuvo el titular del área, Omar Yasín.
A poco de terminar la reunión, la CGT emitió un duro comunicado, en el que acusó al Gobierno de “hacer fracasar” la reunión. “Rompiendo una larga tradición de dialogo social tripartito y acuerdos colectivos en el ámbito del Consejo del Salario en nuestro país, el gobierno impidió el normal desarrollo de la reunión con el único objetivo de boicotear cualquier posibilidad de acuerdo”, detallaron. A lo que agregaron que la CGT ”viene solicitando desde el mes de diciembre la reunión del Consejo para establecer un nuevo Salario Mínimo y un nuevo valor de la asignación por desempleo”, consignaron.
Rechazo empresarial
“En tiempos de altísima inflación y con aumentos intolerables e injustificables de precios establecer un piso social es necesario e impostergable”, agregaron. Y aludieron a su propuesta de una base de $288.600, sobre la que dijeron que “tuvo el acuerdo de las tres centrales obreras y el rechazo de la contraparte empresarial”. Aseguraron que “el Gobierno evitó por todos los medios posibles que la reunión se desarrollara con normalidad, los empresarios encabezados por la Unión Industrial Argentina fueron complacientes con esa estrategia y no formularon ninguna propuesta”.
En tanto, la CTA advirtió al Gobierno que en caso de que la cifra que se fije esté lejos de “significar una real compensación del Salario Mínimo quedará demostrado que hubo una sincronización entre las patronales y el poder ejecutivo para profundizar el ajuste y seguir licuando los salarios”. Y apuntó que lo “sucedido hoy [por el jueves] demuestra la connivencia entre el gobierno y los empresarios para utilizar el salario como variable de ajuste y nos reafirma la voluntad de seguir accionando con la unidad de las centrales sindicales para evitar que siga hambreando a nuestro pueblo”.
El Gobierno no emitió comunicado y no lo hará hasta que emita su definición en el caso, según pudo saber LA NACION. El último ajuste del salario mínimo se había realizado durante el final del mandato de Alberto Fernández y se ejecutó en diciembre. Con ese ajuste, en 2023, el salario tuvo un incremento del 151,8% contra una inflación que alcanzó el 211,4%, por lo que quedó lejos de hacerle frente a la incesante suba de precios.
La CGT llegó al encuentro con un pedido de aumento “del 85% por la devaluación y la inflación acumulada entre los meses de diciembre 2023 y febrero 2024″. Mientras que la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) Por su parte, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) llegó con el reclamo de un ajuste mensual y un incremento, que “en lo inmediato, supere los valores de la canasta básica de indigencia”.
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