Deuda: tibio apoyo del G-20 incluye al reclamo argentino para que se revisen los sobrecargos del FMI
Sin ser taxativo, el texto pidió al Fondo que se “siga debatiendo” la sobretasa que pagan los deudores
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ROMA.- El documento final de la cumbre de líderes del G-20 que sesiona en Roma, Italia, incluye dos planteos del gobierno argentino: propone seguir debatiendo los sobrecargos que cobra el FMI y le pide al organismo que establezca un “fondo de resiliencia” a repartir entre países pobres y de renta media con problemas de deuda, como es el caso de la Argentina.
“Nuestros ministros de Finanzas esperan con interés que se siga debatiendo la política de sobrecargos en el Directorio del FMI en el contexto de la revisión intermedia de los saldos precautorios”, señala el apartado del documento final del G-20.
Se trata del planteo que trajo a Roma el presidente Alberto Fernández y que viene sosteniendo el ministro de Economía, Martín Guzmán, en medio de las negociaciones con el FMI para refinanciar los pagos de la deuda con el organismo, antes de que el año que viene venzan 19.100 millones de dólares con los que el país no cuenta.
“Con este texto del G-20 logramos el objetivo de mantener abierto el debate, pero ahora la decisión corresponde al board del FMI”, dijo a LA NACION un funcionario argentino que estuvo involucrado en la redacción del documento final de la cumbre, que concluye este domingo en el palacio La Nuvola, de las afueras de la capital italiana.
“También pedimos al FMI que establezca un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad (RST, por sus siglas en inglés) -en línea con su mandato- para proporcionar financiación asequible a largo plazo para ayudar a los países de ingreso bajo, a los pequeños estados insulares en desarrollo y a los países vulnerables de ingresos medios a reducir los riesgos para la estabilidad de la balanza de pagos futuros, incluidos aquellos derivados de las pandemias y el cambio climático”, agrega el documento final de la cumbre.
En el texto, los países más industrializados del mundo, junto a los que están en vías de desarrollo como la Argentina, también pidieron que haya una “canalización voluntaria” de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario. El organismo aún tiene pendiente de reparto unos 45.000 millones de dólares que no utilizaron los países ricos.
“Acogemos con satisfacción la nueva asignación general de Derechos Especiales de Giro (DEG), implementada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 23 de agosto de 2021, que ha puesto a disposición el equivalente a 650.000 millones de dólares en reservas adicionales a nivel mundial”, señala el documento en ese punto, para agregar: “Estamos trabajando en opciones para que los miembros con fuertes posiciones externas amplíen significativamente su impacto a través de la canalización voluntaria de parte de los DEG asignados para ayudar a los países vulnerables, de acuerdo con las leyes y regulaciones nacionales”.
Antes de dejar Roma y partir hacia Glasgow, Escocia, Fernández se reunió con Jeffrey Sachs, un reconocido economista estadounidense que se convirtió en una voz global contra el capitalismo salvaje y que es un referente del ministro Guzmán, junto al premio Nobel de la Paz Joseph Stiglitz.
El discurso de Fernández
Fernández utilizó el primero de los dos discursos que dará este domingo ante la cumbre de líderes del G-20 para reclamar que se avance en “acuerdos sostenibles en materia de deuda externa”, que contemplen menores tasas de interés y plazos de pago más extensos, demandas que su administración puso sobre la mesa de negociaciones con el FMI.
El Presidente planteó la necesidad de instrumentar “canjes de deuda por acción climática”, ya que a su criterio “la justicia ambiental requiere justicia financiera global” y no se conseguirá “sin financiamiento sostenible”.
“La justicia ambiental requiere justicia financiera global. Sin financiamiento sostenible no habrá desarrollo sostenible. Los recursos para la implementación del Acuerdo de París siguen siendo insuficientes, especialmente para los países más desfavorecidos. Son los países desarrollados quienes más se beneficiaron del uso intensivo de los recursos ambientales del planeta durante los últimos siglos”, advirtió Fernández en Roma.
En la misma línea, consideró “esencial el concepto de responsabilidades comunes pero diferenciadas”, porque “los países que produjeron la mayor huella ambiental son los mismos que dominan las tecnologías que pueden reducir el impacto de la producción sobre el medio ambiente”. No obstante, Fernández remarcó que otras regiones, como Latinoamérica, y dentro de ella para los países “en desarrollo y de renta media”, como definió a la Argentina.
“Para nosotros el impacto de esta transición puede ser negativo en términos de cohesión social”, advirtió el mandatario y agregó: “Al mismo tiempo y dada la primarización de nuestras exportaciones, es imprescindible que las nuevas reglas ambientales estén respaldadas en evidencia científica para que no constituyan una barrera injustificada al comercio”, dijo y completó: “El deterioro de la casa común reclama revisar sus cimientos; no es suficiente con una renovación cosmética”.
Fernández cerró el discurso con una cita del Papa Francisco –”nadie se salva solo”, advirtió- y dijo que “sin multi-lateralismo ambiental”, el mundo estará “corriendo hacia el abismo”. El Presidente concluyó: “Como el general Perón alguna vez lo señalara para nuestra Argentina, al mundo lo salvamos entre todos, o al mundo no lo salva nadie”.
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