En Georgetown, Mauricio Macri abogó por “reformas profundas” para el país y advirtió: “Ser candidato no es mi prioridad”
El expresidente expuso en los Estados Unidos, invitado por el exfuncionario del FMI Alejandro Werner; “Juntos por el Cambio va a ganar, cualquiera sea el candidato”, sostuvo
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WASHINGTON.- Mauricio Macri habla con calma, relajado, sin prisa, deja definiciones que intercalan el pasado con el futuro, con un tono y una postura que parecen más acordes a alguien que mira la pelea política desde un costado, afuera de la cancha. Nunca responde si será o no candidato a la presidencia, pero es muy enfático al hablar del camino para volver al poder: cree que más argentinos entienden, ahora, la necesidad de hacer “reformas profundas”, y que es necesario construir una “narrativa muy fuerte” para convencer a la gente de romper el statu quo.
“Más y más personas entienden que necesitamos impulsar reformas profundas”, dice Macri, al hablar sobre su presidencia, ante un auditorio casi repleto en la Universidad Georgetown, con estudiantes extranjeros y muchos argentinos. “Tenés que invertir mucho tiempo en crear una narrativa muy fuerte que muestre que es para todos los ciudadanos de tu país. Esa es la batalla que tenemos que ganar”, afirmó.
Macri ve al peronismo en una “enorme crisis”, está convencido de que Juntos por el Cambio ganará la elección de 2023 y volverá a la Casa Rosada, y quiere que la coalición ofrezca un plan nítido para liderar la transformación que su gobierno dejó trunca.
“Juntos por el Cambio va a ganar, cualquiera sea el candidato”, dijo en un breve intercambio con corresponsales argentinos en Washington, luego de su exposición. ¿Por qué no dice si será candidato o no? “No es mi prioridad. Mi prioridad es tener más unido que nunca a Juntos por el Cambio y que todo el mundo tenga claro para que volvemos. No puede haber dudas ni diferencias, todos tenemos que estar comprometidos a un cambio profundo en la Argentina”, cerró.
Macri pasó dos días en Washington invitado a dar dos charlas por el Instituto para las Américas de la Universidad Georgetown, que dirige Alejandro Werner, uno de los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) que estuvo involucrado en el diseño de su política económica. Werner lo presentó, destacó que trabajó para mejorar las instituciones y la Justicia pese a gobernar en minoría en el Congreso, y elogió “la transformación más ambiciosa” que realizó su gobierno en energía e infraestructura. No dijo nada del programa que él mismo ayudó a diseñar desde el Fondo, que fracasó en encarrilar la economía luego de la crisis de 2018, y después fue renegociado por el gobierno de Alberto Fernández.
En el auditorio, donde predominó un público joven, se vio a varios funcionarios de la administración macrista: Fulvio Pompeo, asesor de política internacional; Gabriel Sánchez Zinny, quien fue ministro de Educación de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, y dos miembros del equipo económico: Sebastián Galiani, quien trabajó con Nicolás Dujovne, y Vladimir Werning, uno de los expatriados en Estados Unidos que volvió al país al inicio de su gobierno.
Macri habló en inglés, y, como Werner, nunca mencionó al Fondo. Arrancó con una imagen: dijo que cada persona que lo visitaba en su despacho en la Casa Rosada –empresarios, líderes sindicales, políticos, medios– terminaban pidiendo algo. Era uno de los motivos, explicó, por lo cual es difícil empujar reformas profundas en la sociedad. Pero Macri cree que eso ha cambiado.
Macri identificó tres obstáculos que le impidieron avanzar con reformas durante su administración: uno psicológico –el miedo y la resistencia al cambio–, otro son los intereses de grupos específicos, y, finalmente, “ideas erróneas”, que englobó bajo una idea madre: el populismo. Macri dijo que la gente naturalmente respalda la idea del cambio, pero cuando llega la hora de implementarlo, la ambición se desvanece, incluso en la tropa propia. Habló de una “ambivalencia humana”, y las dificultades de ir en contra de los intereses de empresarios, sindicatos, y de otros grupos en el país –los llamó los “tipos malos”, the bad guys– que trabajan para mantener el statu quo.
“Aun los que te votan pueden rechazar tus reformas porque tienen miedo. Y el miedo es un poder muy fuerte”, afirmó. Un buen político es el que encuentra el sendero ideal entre la gobernabilidad y el cambio”, afirmó después.
Macri cree que ahora existe una nueva oportunidad. El peronismo está atravesando una “enorme crisis”. Y dijo, más de una vez, que Juntos por el Cambio debe ser muy claro en qué le ofrece a la gente. Cargó varias veces contra el populismo, y dijo que venía a Estados Unidos, aunque luego aclaró que no se refería a Joe Biden o a Donald Trump.
“Compartimos una hamburguesa espectacular”, dijo sobre su almuerzo con el magnate.
Macri dijo que Trump está convencido de que volverá a buscar la Casa Blanca. Cuando le preguntó que hará, Macri dio la misma respuesta: su prioridad es mantener fuerte a Juntos por el Cambio, y tener muy claro para qué volverán al poder, qué reformas impulsarán. “No es importante quién sea el próximo presidente -afirma–. Tenemos muchos buenos líderes en nuestra coalición”, cerró.
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