En el inicio de la gestión de Massa, el Presidente mostró un perfil “social” alejado de la coyuntura
Fernández compartió un acto en Casa Rosada con docentes y alumnos; no hizo referencias a la economía, un área que ahora está monopolizada por el nuevo ministro, con alto perfil político
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La puerta del Ministerio de Economía, por la calle Hipólito Yrigoyen, lucía repleta de militantes de izquierda, ansiosos por entregar un petitorio al flamante titular de la cartera, Sergio Massa, reunido desde hacía horas con su nuevo gabinete. Cruzando la calle, en el Museo de la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández elogiaba al exmandatario desarrollista Arturo Frondizi y recalcaba que “los países y las sociedades ricas son los que invierten en conocimiento”, ante un centenar de docentes y alumnos de escuelas técnicas, con los que luego se sacó interminables selfies.
Con un discurso de 16 minutos, en el que consultó apuntes y gráficos que llevaba entre sus papeles, el Presidente dio otro paso en lo que él mismo denominó una “nueva etapa” de su gestión, en un calculado segundo plano para que sea Massa quien tome el protagonismo principal, con eje en el área económica. Y haciendo, en lo discursivo, más énfasis en lo social y la cercanía que en las cuestiones de la coyuntura, como la inflación, el precio del dólar o la tensión en los mercados.
“No todo es lo mismo en la política, y las diferencias se dan en los hechos”, dijo el Presidente en el inicio de su discurso, enfatizando que Juan Domingo “Perón fue el primero que le prestó atención a la educación técnica”, antes de agregar a Frondizi, de origen radical, a la lista de los mandatarios que continuaron, según él, el legado del fundador del justicialismo.
Había escuchado, con rostro serio y las manos entrelazadas a la altura de la pera, el largo discurso de la directora de la escuela número 8 de Quilmes, Verónica Alzu; la intervención de Mariela Nassif, ministra de Educación de Santiago del Estero; más la exposición del ministro de Educación, Jaime Perczyk, quien se permitió afirmar que su antecesor, Daniel Filmus, “reavivó la educación técnica en la Argentina” y prometió cerca de $6844 millones de inversión en esos establecimientos educativos.
Cerca del Presidente negaron que se haya producido un cambio demasiado profundo. “Era un acto de educación, habló de educación, dijo más o menos lo mismo que dice siempre”, expresó una espada comunicacional del primer mandatario.
Desde el consejo de asesores del Presidente, ahora conducido por el joven chubutense Julián Leunda y que volvió a reunirse a principios de esta semana, sugieren que un “Alberto más cercano” y alejado del barro de la disputa económica y política es el “ideal” al que aspirarían para esta etapa.
Además, la idea además es que el Presidente, que en la intimidad se mostró “afectado” por el cambio de roles, continúe con su protagonismo en la política exterior, en su rol de titular de la Celac y con su estrategia de “equilibrio” entre Estados Unidos y los países considerados “no democráticos” del continente, como Venezuela, Nicaragua o Cuba. El viaje del sábado a Colombia, para asistir a la asunción de Gustavo Petro como presidente de ese país, está inscripta en esa estrategia.
En el acto, Fernández se dio el gusto de ponerse por encima de las antinomias, como la industria contra el campo. “Nunca es un gasto destinar recursos para la formación. Argentina nunca puede ser pujante si solo se dedica a jugar con título y bonos de deudas o apuesta a la producción de productos primarios”, señaló en uno de los pocos párrafos referidos a la coyuntura económica. Hasta rediseñó, en otro tramo de su discurso, su frase contra la “meritocracia”, al afirmar que “el mérito existe si es que todos partimos de las mismas condiciones”, en una versión algo más moderada de la idea.
Con tiempo para los saludos, Fernández pasó un largo rato luego del acto, recibiendo los abrazos (algunos de ellos efusivos) y los saludos de docentes y alumnos. La portavoz Gabriela Cerruti se le acercó minutos después, y de modo sutil lo acompañó hacia la salida. Una exposición que le sentó bien al Presidente, en momentos de bajo perfil y búsqueda de nuevo perfil de gestión.
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