En el gabinete celebran la llegada de Scioli, pero dudan de sus chances en 2023
Algunos ministros lo ven como un “avance” para la gestión, pero aseguran que podría no ser el mejor candidato el año que viene; Massa, Manzur y De Pedro se reposicionan ante su arribo
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Aseguran asesores de confianza que su nuevo despacho en Diagonal Sur, a escasas dos cuadras de la Plaza de Mayo, no será repintado de naranja, el color que lo acompañó durante los años de gobernador bonaerense que se desembocaron en su frustrada candidatura presidencial en 2015. Eso sí: Daniel Osvaldo Scioli ya mandó a rediseñar una sala de comunicación audiovisual, para que sus proyectadas actividades y prometidas “recorridas por el país” bajo la premisa de la producción lleguen de manera acelerada y eficaz a los medios.
Probablemente desde el lunes, los miembros del gabinete de Alberto Fernández tendrán ya como nuevo compañero al embajador en Brasil, a quien muchos de ellos conocen de sobra. Más allá de los antiguos y conocidos resquemores del presidente de la Cámara baja y antiguo rival, Sergio Massa, por ahora todos son elogios y “buena onda” pública y privada desde el elenco ministerial hacia la llegada del ex vicepresidente de Néstor Kirchner a un Gobierno carcomido por la inflación galopante y las cruentas peleas internas.
Los elogios a su incorporación se transforman en una mezcla de incertidumbre y dudas en relación al próximo paso: que su paso por el gabinete sea para Scioli su trampolín para una eventual nueva intentonta, esta vez exitosa, por la Presidencia en 2023.
“Daniel le suma volumen político al gabinete. No sé si será candidato a 2023 y tampoco si alguien de los nuestros puede ganar esa elección”, resume con resignación uno de los ministros contentos por el desembarco del autodenominado “pichichi” desde las épocas de futbol en su quinta de La Ñata. Otro ex funcionario, cercano a uno de los ministros menos albertistas, celebra el ingreso de Scioli, aunque asegura: “será candidato a Presidente sólo si Mauricio Macri decide jugar. Si no es Macri, hay que buscar a otro”, sentencia. Y justifica su opinión, al afirmar que “si Macri juega, Daniel va a poder decir que todo lo que dijo en el debate entre ambos se terminó dando, y esta vez le puede ganar. Si va alguien nuevo del otro lado, habrá que poner alguien nuevo del nuestro”, afirma. “Estamos contentos porque es bueno para todos. Y además, va a un lugar que es perfecto para él”, tercian cerca del Presidente sin entrar en especulaciones electorales.
Acostumbrado a las críticas y ataques directos desde su ingreso al peronismo, hace casi tres décadas, Scioli se tiene fe para hacer bien su nuevo trabajo y sostiene su capacidad de “diálogo” con todos los referentes del Frente de Todos. Después de aceptar el cargo, llamó incluso a Sergio Massa, quien le hizo saber al Presidente de su incomodidad con la llegada de Scioli, en aquel sábado en el que también él fue candidato a ocupar el lugar de Matías Kulfas. “El le insiste al Presidente con la necesidad de repensar el Gobierno, no tiene nada especial contra Scioli”, aseguran cerca del presidente de la Cámara baja, quien acompaña al Presidente en la Cumbre de las Américas.
De todos modos, el vínculo está lejos de ser el ideal. Massa recuerda que Scioli “se bajó” de enfrentar al kirchnerismo en 2013, horas antes del cierre de listas, y voceros de Scioli acusan a Massa de “operar en su contra” durante las horas previas y posteriores a su designación.
Otro presidenciable del gabinete, Juan Manzur, prefiere enviar señales de paz. “Se llevan muy bien, y tanto Daniel como Juan tienen mucha trayectoria en el PJ de la provincia de Buenos Aires”, dicen cerca del jefe de gabinete, quien de todos modos hace trascender cierta resignación de cara a su rol actual y sus chances de ser candidato a Presidente o cuando menos de integrar la fórmula presidencial del FDT el año que viene. “Ahora, para él es pura pérdida estar en el Gobierno”, dice un ex funcionario que conoce bien al gobernador de Tucumán con licencia, aunque no se arriesga a afirmar que su salida del gabinete se termine produciendo en los próximos meses.
Desde la planta baja de Balcarce 50, en el despacho del ministro del Interior Eduardo de Pedro celebraron casi sin disimulo la salida de Kulfas. “Todo lo que venga será mejor”, aseguran cerca del dirigente de La Cámpora, enemistada con el ya ex ministro de Producción y su “egoísmo” en la relación con sus colegas, entre otras críticas. Con Scioli hay desde el cristinismo pocos reparos, e incluso aducen que el vínculo entre Scioli y De Pedro es fluído, aunque dicen “no saber” si Scioli quiere ser candidato a Presidente. “Wado nos dice que él mismo tampoco va a ser, aunque hace todo el camino de un candidato”, puntualizan desde el mismo piso de Balcarce 50.
“La unidad es una condición necesaria, tal vez no sea suficiente para llegar competitivos a 2023″, reconoció hoy el flamante titular de la AFI, Agustín Rossi, otro de los “experimentados” que volvió al gabinete esta semana y que dio el ingreso de Scioli como un ejemplo de un Gobierno “fortalecido” que “inicia una nueva etapa”.
“Daniel no le pudo decir que no a Alberto”, explican cerca del ex motonauta al recordar su reacción ante el ofrecimiento. Desde ese búnker continúan inalterables con la idea de “priorizar” el apoyo a la eventual candidatura a la reelección de Fernández-cuestionada sotto voce por ministros y miembros del propio Gobierno-pero aseguran que Scioli estará “listo” para presentarse si el Presidente decide no ir por un nuevo período. Desde el gabinete hay quienes se entusiasman con su postulación, mientras otros lo miran con una mezcla de escepticismo y desconfianza.
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