Massa jugó fuerte y pidió el control total de la economía, pero Fernández tomó otro camino
El presidente de la Cámara de Diputados fue un actor central de la jornada en la quinta de Olivos; aunque perdió terreno después de la comunicación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner; se lo mencionaba como un “superministro”
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Al cabo de una jornada en la que fue uno de los protagonistas de las negociaciones, Sergio Massa no cerró finalmente su incorporación al Gobierno. La designación de Silvina Batakis como ministra de Economía obturó el desembarco del titular de la Cámara de Diputados en la administración de Alberto Fernández. El tigrense jugó fuerte: pidió la jefatura de Gabinete con atribuciones sobre todo el equipo económico, la AFIP y el Banco Central.
“Alberto decidió y él se quedará ayudando desde donde está”, aseguraron a LA NACION fuentes cercanas a Massa.
Convocado por Fernández, Massa estuvo en Olivos desde las 11 de la mañana del domingo, incluso antes de que llegaran a la residencia los integrantes de la mesa chica del albertismo, entre ellos el secretario general Julio Vitobello, el canciller Santiago Cafiero y el influyente Gustavo Beliz. Luego partió hacia Tigre y regresó a la quinta por la tarde, antes de que el Presidente se comunicara telefónicamente con Cristina Kirchner. A partir de esa conversación, que este lunes se retomará, el nombre de Massa dejó de aparecer en las versiones como un nuevo “superministro” para la golpeada gestión del Frente de Todos.
Massa había propuesto, en las negociaciones con el Presidente, los nombres de Martín Redrado y de Marco Lavagna para tomar el control del ministerio de Economía tras la renuncia de Martín Guzmán, pero ambos pusieron condiciones: el expresidente del Banco Central pidió cosas que el Gobierno no le puede garantizar -como un acuerdo político más amplio para facilitar la sanción de leyes de reforma-, mientras que el titular del Indec nunca pareció dispuesto a asumir la responsabilidad. “Marco no quiere agarrar”, dijo anoche una fuente de su entorno.
En ese contexto, con el correr de las próximas horas se definirá si Massa sigue en carrera para pasar de la Cámara de Diputados al Poder Ejecutivo. Según pudo saber LA NACION, existió algún chisporroteo entre el tigrense y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, quien finalmente terminó cediendo a Batakis -que trabajó dos años y medio a su lado en la cartera política- para cubrir la vacante de Guzmán. La economista ya no puede ser considerada afín a Daniel Scioli, sino que responde al kirchnerismo, a tal punto que fue la autora intelectual de la quita de fondos de coparticipación a la ciudad de Buenos Aires.
En Diputados
Mientras tanto, en la Cámara baja -donde asentó su liderazgo Massa en los dos últimos años- se especulaba con la posibilidad de que tener que elegir a un nuevo presidente del cuerpo en caso de que el tigrense pase al Ejecutivo. En ese caso, sería un dirigente oficialista el que tomaría su lugar. Un poco, por los usos y costumbres del Congreso; y otro poco, porque los principales referentes de la oposición no querían “quedar pegados” con lo que juzgan como una “debacle” en ciernes, con el costo político que implicaría.
La encrucijada encuentra a los diputados ante una sesión prevista para el martes, en la que se trataría un proyecto para impulsar la industria automotriz, al que Massa le puso sus fichas como parte de un paquete de iniciativas para “generar divisas”. Esto es, para mejorar el saldo de las exportaciones y ayudar a que el país atraviese el recurrente cuello de botella económico a raíz de la carencia de dólares. Esa obsesión, que se profundizó en los últimos meses en el presidente de la Cámara baja, lo llevó a pensar en un traspaso a Economía. “Vengo estudiando hace siete años”, confesó en su despacho del palacio legislativo.
Precisamente por esas palabras de Massa es que en el Congreso se viene comentando hace rato quién sería, entre los diputados del Frente de Todos, quien tome el cargo que podría dejar el tigrense. En esa lista se ubican la massista Cecilia Moreau, el peronista histórico José Luis Gioja, el jefe del bloque oficialista Germán Martínez y el entrerriano Marcelo Casaretto. Aunque ninguno se probó el traje y se manifiestan renuentes a las consultas, porque la incertidumbre política doblega a las definiciones en el oficialismo.
Otro diputado que es mencionado en las conversaciones informales es Carlos Heller, un dirigente con mucha experiencia que comanda la estratégica comisión de Presupuesto y Hacienda y cuyo perfil no es rechazado por la oposición, porque estableció un piso de diálogo constructivo con alfiles de Juntos por el Cambio como Luciano Laspina (Pro) y Alejandro Cacace (UCR). En cambio, otros legisladores de la lista de posibles sucesores de Massa no son vistos con buenos ojos desde el interbloque mayoritario de la oposición.
En el plano formal y burocrático, la próxima sesión de la Cámara baja -sea la del martes o la que venga, si se postergara por la coyuntura política- será presidida por el macrista Omar de Marchi si es que Massa pasa al Poder Ejecutivo. El mendocino es el vicepresidente primero del cuerpo y es un referente vinculado directamente a Mauricio Macri. Por ello, se considera que no aceptará continuar a cargo y que ni bien ingrese la (posible) carta de renuncia de Massa, someterá a votación la designación del nuevo presidente.
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