En el cierre de su gira por México, Alberto Fernández pidió por la unidad de América Latina
IGUALA.- Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández caminaron bajo un sol abrasador hasta el pie del mástil más alto del mundo, el Asta Bandera de Iguala, donde vieron izarse la insignia del paíz azteca –un enorme estandarte de 55 metros de largo– al comienzo de una solemne ceremonia que abrió las celebraciones del bicentenario de la independencia de México. El acto sirvió, también, para mostrar la fuerte sintonía que han forjado López Obrador y Fernández, invitado extrnajero de honor a un día puramente mexicano, que esta vez unió a "naciones hermanas".
Fernández y toda la comitiva argentina se trasladaron con AMLO y parte de su gobierno hasta Iguala, en el estado Guerrero, un territorio narco jaqueado por la violencia, para cerrar la gira con la ceremonia que le dio origen al viaje del presidente argentino. El motivo del acto, la conmemoración del Plan de Iguala, que en la comitiva presidencial comparaban con el 25 de mayo de la Argentina, le dio pie a Fernández y a López Obrador para ofrecer mensajes de tinte histórico y con gesta de épica que utilizaron para evocar la lucha de los próceres de México y de la Argentina, y marcar un rumbo.
"Es muy importante que en el tiempo que vivimos recordemos la historia, y recordemos cómo fue, y todas las dificultades que debimos enfrentar como latinoamericanos para poder lograr esta independencia", dijo Fernández, quien volvió a abogar por una región integrada, unida, que "luche en conjunto para sacar de la pobreza" a millones de compatriotas de "la Patria Grande".
Fernández y López Obrador viajaron en helicóptero junto con sus esposas y algunos de sus funcionarios desde la Ciudad de México, hasta un regimiento militar en Iguala de la Independencia, cuna de la bandera mexicana, que ganó fama mundial por ser el escenario de la desaparicion y muerte de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, cuyo asesinato quedó impune, con la investigacion tapada en mentiras y falta de transparencia del gobierno de Enrique Peña Nieto, el antecesor de López Obrador
El resto de la comitiva oficial se trasladó en otro helicóptero y en combis que recorrieron las montañas del centro de México para llegar a una ciudad de poco más de 100.000 habitantes. Pese al calor abrasador, muchas personas salieron a la calle con banderas de México y la Argentina y carteles de apoyo a López Obrador para recibir a ambos mandatarios, que optaron por vestirse con la tradicional guayabera para paliar las inclementes temperaturas. Una parte de la prensa, y toda la comitiva presidencial pasaron toda la ceremonia al sol.
En su discurso, el Presidente destacó que es imperioso "fortalecer la igualdad en América Latina ¿Quién puede decir que viene de movimientos populares y hacerse el distraído en un continente desigual?", se preguntó Fernández y aseguró que no es un sueño "sacar de la pobreza" a los ciudadanos y pidió recordar a los grandes próceres de Latinoamérica que lucharon por "la independencia y la igualdad".
"Usted ha dicho muchas veces y lo repito, Mexico y Argentina son naciones hermanas. Nuestros pueblos han luchado siempre por la libertad, la justicia y la democraica. Porla defensa de la soberanía. Y en no pocas ocasioens esas liuchas se han entrelazado", afirmó el mandatario mexicano.
López Obrador recordó que durante la dictadura argentina hubo argentinos que encontraron refugio en México, un lazo histórico que Fernández recordó más de una vez en su visita a tierra azteca. Y mencionó a Jorge Luis Borges, Diego Armando Maradon y a Enesto "Che" Guevara.
"Yo en especial también le admiro a usted –cerró–, digno presidente de la Argentina, Alberto Fernández".
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