En la Casa Rosada: una mañana de silencios, el llamado a aguantar y los datos del gurú
"Hay que aguantar así como estamos". La frase del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne , quedó fijada en la reunión de gabinete, hacia el final de una mañana en la que la nueva trepada del dólar y la subida del riesgo país alteraron el ánimo de los funcionarios en Balcarce 50.
Mauricio Macri se había resguardado durante la primera parte de la jornada en su despacho para monitorear los mercados y optó por hablar por la tarde, después de que cerrara la rueda en la city.
El jefe de gabinete, Marcos Peña, presidió un almuerzo en Casa Rosada, en el que todos escucharon con atención las palabras del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, quien se quejó por la "irresponsable difusión" de una encuesta de Isonomía que habló de una sustancial ventaja para Cristina Kirchner en un eventual ballottage. "Hay que pasar este chubasco de incertidumbre" dijo el consultor, según recordaron dos ministros del gabinete a LA NACIÓN.
En el Gobierno consideraban que los mercados reaccionaron por el combo entre ese sondeo -al que le adjudicaron "debilidades técnicas"- y la presentación del libro de Cristina Kirchner. "Las encuestas no se envían por mail, se presentan en Power Point, justamente para que no se filtren", se quejó, con algo de bronca, un alto funcionario en el almuerzo de los ministros.
En el plano económico, Dujovne buscó llevar tranquilidad a los ministros. Dijo que el dólar sigue en un nivel "esperado" y que los movimientos bruscos de las últimas 48 horas "obedecieron sólo a motivos políticos".
Desde lo electoral, Durán Barba le explicó al gabinete que, según sus estudios, el techo de Cristina sigue fijo, pero que Cambiemos sufrió una sangría de votantes que cayeron en el desencanto y que engrosaron las filas de los "indecisos". "El día de la elección ese indeciso nos va a votar a nosotros", confió un ministro en diálogo con LA NACIÓN. Otro ministro ya le aclaró a sus colaboradores en una reunión posterior: "Hay que aguantar así hasta las elecciones de agosto".
Mañana de silencio
Macri había llegado bien temprano a la Casa Rosada. Sin reuniones públicas, se juntó con algunos funcionarios y estuvo en contacto telefónico con Dujovne y con el presidente del BCRA Guido Sandleris, aunque no hubo reunión suya con todo el gabinete, aclararon en Casa Rosada. El Presidente también mantuvo, en las últimas horas, una línea directa con Nicolás Caputo, su mejor amigo, quien viene aconsejándole que abra su mesa política y tienda puentes con el círculo rojo.
En lo comunicacional, durante la agitada mañana, el Gobierno dejó en manos de Horacio Rodríguez Larreta la ratificación de que será Macri -y no María Eugenia Vidal- el candidato a Presidente. La entrevista para el programa "Todo pasa" de Radiofónica de Rosario, fue primero cancelada "por cuestiones de agenda", según se explicó oficialmente.
Todo estaba listo en al salón de los Pueblos Originarios para la entrevista telefónica que tenía como objetivo que Macri apuntalara al candidato a gobernador de Cambiemos en Santa Fe, José Corral. Pero a esa misma hora, la escena estaba copada por la evolución del dólar, que tuvo picos de $47,50 y cerró a $46,09.
"Macri está en su despacho, focalizado, siguiendo los mercados y hablando con su equipo", dijo un portavoz oficial a media mañana.
La visión de los mercados y el libro de Cristina
Pasadas las 16, sin embargo, la Casa Rosada reflotó la entrevista con la radio rosarina. Y Macri repitió el mensaje que había dado el miércoles. "Los mercados tienen visión de corto plazo y hoy dudaron de la Argentina. Internacionalmente tuvimos apoyos de todos los países y líderes, pero los mercados son distintos. Son tipos sentados en una oficina, con visión de oportunidad. Lo que pasa con el riesgo país es que dudaron. Pensaron que podemos volver atrás", dijo el mandatario.
Lo que sí quedó claro cerca del Presidente era que la nueva escalada no alterará los planes previstos. "Los mercados creen que Cristina puede ganar, y aunque estén equivocados los que manejan mucha plata actúan", contestó un vocero, quien puntualizaba que "el dólar está dentro de la banda acordada con el FMI, es parte del plan aunque haya turbulencias".
Más allá de las explicaciones, la sensación en la Casa Rosada era de preocupación por el escaso margen de acción que dejan los sobresaltos financieros. "El primer objetivo es terminar la gestión como el primer gobierno no peronista de la Historia que llega al final del mandato. El segundo objetivo es ganar la elección. Está muy difícil si entramos a la campaña con este escenario de volatilidad", explicaba un funcionario.
"No hay un buen clima", resumió otro integrante del gabinete, que tenía prevista una reunión con dirigentes radicales que participarán de la Convención Nacional, y les avisó que no vinieran. Otro funcionario del primer piso de la Casa Rosada recurría a las caras de tristeza del Whatsapp de su teléfono celular para dar una idea de su estado de ánimo.
"El partido no se juega ahora, se juega en agosto y octubre", afirmaban cerca de Peña. El jefe de Gabinete ayer se disponía a dar una entrevista televisiva para defender la postura de Cambiemos ante la crisis y, otra vez, desechar las versiones sobre propuestas electorales alternativas.
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