Empresas públicas y fondos fiduciarios, las cajas superavitarias del Estado que Silvina Batakis busca controlar
La ministra de Economía anunció que creará una caja única para el manejo de los recursos de todo el sector público nacional; expertos y opositores creen es una “maniobra contable” para financiar al Tesoro
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“No vamos a gastar más de lo que tenemos”. Con esta frase, la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, sintetizó dos de las medidas con las que pretende alcanzar el equilibrio en las cuentas públicas. En primer lugar, buscará sintonizar el nivel de gasto de las distintas partidas presupuestarias con la disponibilidad de caja, esto es, de los recursos efectivos. Segundo, creará una cuenta única con la cual pretenderá centralizar el manejo de los fondos de todos los organismos del sector público nacional y que, según precisó, rondan los $600.000 millones.
“Todos los organismos del sector público nacional tienen que estar contemplados en el manejo eficiente del presupuesto y de las erogaciones –sostuvo Batakis al anunciar su primer paquete de medidas–. Vamos a utilizar el artículo 8 de la ley de administración financiera para incluir todos los recursos efectivos de cada uno de los organismos dentro de la planificación que tiene la administración nacional. Esto nos va a dar a lo largo del año $600.000 millones, que es lo que cuentan hoy esos organismos. Vamos a hacer un sistema de cuentas únicas; el sistema de cuenta única lo que hace es garantizar el uso eficiente de los recursos del Estado”.
En buen romance, lo que pretende Batakis con esta medida es tomar control, por medio del Tesoro, sobre una masa millonaria de recursos que disponen actualmente distintos organismos cuya contabilidad se rige por fuera de los parámetros de la administración nacional. Estos organismos, que están descriptos en el artículo 8 de la ley de administración financiera, son los fondos fiduciarios, los entes públicos y las empresas y sociedades del Estado. Estas últimas abarcan las sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, las sociedades de economía mixta y todas aquellas organizaciones empresariales donde el Estado tenga participación mayoritaria en el capital o en la formación de las decisiones societarias.
El Estado cuenta actualmente con 34 empresas públicas. Entre las más importantes por volumen de ingresos y de gastos figuran Integración Energética Argentina (Ieasa, ahora rebautizada como Energía Argentina), Aerolíneas Argentinas, Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (Sofse), Correo, Nucleoeléctrica Argentina, Intercargo, Corredores Viales y Radio y Televisión Argentina (RTA). Reciben recursos de dos fuentes: de sus ingresos de operación (por ejemplo, venta de servicios) y de las transferencias corrientes que les gira el Estado.
Según la ejecución presupuestaria al primer trimestre de este año (la última disponible en el sitio web del Ministerio de Economía), la mayoría de estas empresas públicas tuvieron un resultado económico (ingresos corrientes menos gastos corrientes) superavitario. Según detalla la cuenta de inversión del año pasado (presupuesto ejecutado), el resultado financiero fue positivo en casi $193.000 millones.
Además de las empresas públicas, el Estado cuenta con 27 fondos fiduciarios, entre los que se destacan, por la magnitud de sus operaciones, los siguientes: el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura de Transporte (FFSIT), el Fondo Fiduciario para la Vivienda Social, el Fondo Fiduciario Subsidios a Consumos Residenciales de Gas Licuado de Petróleo, el Fondo Fiduciario PROCREAR y el Fondo Fiduciario para Subsidios de Consumos Residenciales de Gas (FFGAS). Se nutren en buena medida de ingresos por operaciones propias. Un 43%, en tanto, proviene de transferencias del Tesoro.
Batakis cree en el equilibrio fiscal, sólo que no lo practica. La ejecución del presupuesto 2022 apunta a un déficit de más de 5% del PBI, y nada indica que piense corregirlo. Tampoco hay medidas de política monetaria o cambiaria que indiquen voluntad de estabilizar la economía.
— Alejandro Cacace (@alejandrocacace) July 11, 2022
Al analizar la ejecución presupuestaria del año pasado de estos fondos fiduciarios, se entiende el súbito interés del Ministerio de Economía por controlar esos recursos: según la cuenta de inversión 2021, el resultado financiero fue positivo en poco más de $664.000 millones.
Otros entes del sector público que también quedarían alcanzados por una cuenta única del Tesoro son la AFIP, el PAMI y el Incaa, entre otros.
El gasto público nacional es un monstruo de varías cabezas que no se controla “sentándose sobre la caja”. Se controla con reformas estructurales basadas en leyes. Deberían empezar por derogar alguna de las leyes pro-gasto que se sancionaron en los dos últimos años.
— Luciano Laspina (@LaspinaL) July 11, 2022
¿Por qué querría Batakis concentrar en una cuenta única el manejo de estos recursos? “Indudablemente quiere tener manejo de la liquidez que hoy tienen los fondos fiduciarios y algunas empresas públicas para financiar el déficit del Tesoro, con lo que se evitaría acudir al mercado y refinanciar deuda con tasas de interés astronómicas”, enfatizó Rafael Flores, de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).
En la oposición lamentan que Batakis apele a medidas “cosméticas” para alcanzar el equilibrio fiscal y no se esfuerce por aplicar una reforma integral del gasto público. “No hay ninguna corrección de fondo. Al déficit fiscal no se lo combate con modificaciones al manejo de la caja sino con una reforma profunda del Estado”, enfatizó Luciano Laspina (Pro).
En el mismo sentido se expresó el diputado Alejandro Cacace (Evolución Radical). “Con la cuenta única lo que se procura es incrementar las fuentes de financiamiento para atender el déficit. Es una maniobra contable más, no una modificación presupuestaria profunda”.
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