Empresarios donaron una planta de oxígeno hace un año pero el gobierno de Santa Fe no la habilita
El Ministerio de Salud de Santa Fe argumenta que no cumple requisitos de ANMAT. Desde el grupo Colaborando sospechan que no se pone en marcha por el lobby de las empresas proveedoras
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Hace poco más de un año, cuando comenzó la pandemia, un grupo de empresarios y productores agropecuarios del sur de Santa Fe donaron al hospital de Rufino una planta de oxígeno de tipo PSA, un insumo que en la segunda ola de Covid resulta clave. Pero esa planta nunca fue habilitada por el Ministerio de Salud Santa Fe, con el argumento de que este tipo de tecnología, que aporta autonomía al producir ese insumo, genera un oxígeno de una “pureza” menor –entre un 7 y un 5 por ciento– al que proveen actualmente tres empresas, que -como publicó LA NACION – están sospechadas desde hace más de una década de cartelización en la provisión de oxígeno.
Hay otras provincias, como La Pampa y Buenos Aires, que usan este tipo de generación de oxígeno, a pesar de las regulaciones de ANMAT, que –según coinciden varias fuentes consultadas- apuntan a que la provisión del insumo siga concentrada en pocas compañías desde hace décadas. La alta demanda de oxígeno en plena pandemia llevó a que algunas provincias, como Buenos Aires, La Pampa y Chaco, empezaran a instalar este tipo de tecnología que se usa en Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea.
En la provincia de Buenos Aires funcionan seis plantas y el gobierno anunció la compra a empresas locales de otras 17. Esta semana la Legislatura de Chaco aprobó la creación de plantas PSA para el autoabastecimiento de oxígeno en los 14 hospitales de la provincia.
“La posibilidad de que se autoabastezcan los hospitales, sobre todo en el interior del país, dejarían fuera del negocio a las empresas que históricamente proveen este insumo. Ante la urgencia de tener oxígeno se están dejando de lado las reglamentaciones que se moldearon en base a los intereses de estas compañías que tienen el oligopolio del negocio”, afirmó una fuente del gobierno santafesino, que recordó que el problema no es nuevo, pero que la pandemia lo puso en discusión otra vez.
En 2007 se barajó un proyecto para autorizar las plantas de tipo PSA, tras una reglamentación que hizo dos años antes la ANMAT, pero el lobby de las firmas fue mayor. Esta tecnología fue aprobada en Estados Unidos, Canadá y Brasil, entre otros, donde se valoriza el aspecto lo accesible del sistema y su practicidad. En 2005 la ANMAT habilitó el uso de estas plantas, pero las trabas son las condiciones y requisitos que estableció, casi imposibles de cumplir y que demuelen un factor clave como es la practicidad.
Néstor Falcone, que junto con otros empresarios y productores formaron un grupo que se llama Colaborando, decidieron donar en abril pasado una planta concentradora de oxígeno al hospital de Rufino, en el sur de Santa Fe. Invirtieron unos 4.000.000 de pesos en esta tecnología y más de 6.000.000 en otros insumos para el SAMCO. Notaron que al principio esa labor solidaria fue bien recibida por el gobierno de Omar Perotti, pero tras los cambios que se dieron en el área del Ministerio de Salud esa visión cambió, advirtieron.
Los pacientes graves que padecen Covid en Rufino son derivados al hospital Gutiérrez de Venado Tuerto y si tienen mayor complejidad a Rosario, a 260 kilómetros de esa localidad, que actualmente no posee una sala de terapia con respirador en el área de salud pública. “No tenemos intenciones políticas, sino sólo colaborar para que en esta ciudad mejoren las condiciones sanitarias”, apuntó el empresario. En la Cámara de Diputados de Santa Fe el legislador Gabriel Real pidió explicaciones al Ejecutivo ante la falta de habilitación de la planta de oxígeno en plena pandemia. También hizo lo propio el Concejo Deliberante de esa localidad.
Falcone explicó a LA NACION que “la planta permanece fuera de funcionamiento por la cerrada negativa del Ministerio de Salud de Santa Fe para admitir su incorporación al sistema de salud pública al amparo de dudosas disposiciones reglamentarias del ANMAT redactas bajo la inspiración de las empresas que monopolizan el mercado”.
El 2 de mayo pasado LA NACION publicó que en busca de garantizar la provisión de este insumo y evitar la falta de oferta que podría poner en riesgo a los pacientes afectados con Covid, el gobierno nacional “debió reunirse con empresas que conforman un oligopolio, que ya fueron sancionadas en la Argentina y en Europa por cartelizarse y que se encuentran ahora bajo investigación del Gobierno por presunta colusión”.
El argumento de Falcone -que también admiten fuentes del gobierno de Santa Fe- es que por presión de estas empresas no se habilitan las plantas concentradoras de oxigeno de tipo PSA. La llamada “mesa del oxígeno” se conformó a nivel nacional en abril de 2020, para “intentar minimizar cualquier dificultad en el acceso a este insumo crítico” a medida que aumentaban los contagios por Covid-19, e incluye a las empresas Air Liquide, Indura y Linde, según informó Presidencia. Esas tres empresas son las que proveen de oxígeno a los hospitales de Santa Fe.
La directora de Tercer Nivel de Santa Fe María Alejandra Cena explicó a LA NACION que en la provincia este tipo de generación de oxígeno debe ser aprobada por la Dirección de Farmacia, en base a los requisitos que establece la ANMAT, porque el oxígeno “es considerado un medicamento”.
La funcionaria dijo que se podría evaluar la autorización si existe un problema serio en la provisión de este insumo, algo que hasta ahora no ocurrió. “Se duplicó el uso de oxígeno en los principales hospitales de Santa Fe, donde se pasó de un consumo de 30.000 metros cúbicos a 60.000 en los centros de salud más grandes como Centenario, en Rosario, y Alasia, en Santa Fe. Pero hasta ahora está garantizada la provisión”, afirmó Cena, que aclaró que desde hace décadas que son las mismas empresas las encargadas de dotar de oxígeno a la salud pública.
La directora de Tercer Nivel de Salud de Santa Fe sostuvo además que uno de los inconvenientes es que el oxígeno producido por las plantas PSA no se puede inyectar en las cañerías de los hospitales, sino que la única forma es envasarlo en tubos, por lo que la Dirección de Farmacia debería analizar y autorizar cada recipiente. La principal traba, según argumentó, es la pureza del oxígeno, que de acuerdo a ANMAT, debe ser de 99,9 por ciento y estas plantas producen un insumo entre 94 y 96 por ciento.
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