Emotivo reencuentro entre el embajador Rogelio Pfirter y el papa Francisco, alumno y maestro en otras épocas
En 1964, el Sumo Pontífice fue profesor de Literatura y Psicología del diplomático en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe
ROMA.- Más que una presentación de cartas credenciales, fue un reencuentro el que tuvieron hoy el flamante embajador ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter y el Papa, que en 1964 fue su profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe.
La ceremonia tuvo lugar a las 13 horas en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el mismo lugar donde el Pontífice recibirá el sábado que viene al presidente Mauricio Macri.
Entonces, más allá de la formalidad del momento, fue evidente la emoción del reencuentro entre Francisco y su ex alumno Pfirter, un diplomático de carrera de gran prestigio que, como indica el protocolo, estaba vestido de riguroso frac, del que colgaban diversas condecoraciones.
Luego de fundirse en un abrazo con Francisco al saludarse, al alcanzarle la carpeta blanca con las cartas credenciales Pfirter risueñamente y en código le dijo: "Santo Padre, un cuento". Así, evocó que, siendo un estudiante secundario en el colegio jesuita de Santa Fé, fue gracias al entonces "maestrillo", Jorge Bergoglio, en ese momento de 28 años, que empezó a entrar en el mundo de la literatura y a escribir cuentos. Esa aventura literaria quedó plasmada en "Cuentos originales", experimento bergogliano que reúne relatos de 7 alumnos –dos de Pfirter-, que fue prologado nada menos que por Jorge Luis Borges.
Fiel reflejo de la familiaridad entre profesor y alumno –que jamás perdieron el contacto a través de los años-, el encuentro fue más largo que lo normal y se extendió más de una hora. Muy diplomático, más tarde Pfirter no quiso dar detalles del cara a cara. "Fue un diálogo extenso, amplio, se rememoraron cosas y se habló de muchas otras", dijo a La Nación el flamante embajador, que admitió que hubo un momento de "emoción mutua". "Salí con la convicción profunda del amor del Papa por la Argentina, a quien quiere que le vaya bien y de las excelentes condiciones dadas para el encuentro del sábado con el Presidente", agregó.
Otro momento emotivo fue cuando, terminada la reunión con el embajador, el Papa saludó a sus familiares. "¡No parece la edad que tiene! ¡Y pasaron cincuenta años!", exclamó Francisco al saludar muy efusivamente al padre del embajador, Rogelio Pfirter, de 94 años perfectamente llevados. Pfirter padre viajó especialmente para la ocasión junto a su segunda esposa.
"En esa época Bergoglio venía a almorzar a casa y muchas veces lo llevé en auto. Me acuerdo cuando organizó para que viniera la escritora María Esther Vázquez", contó a LA NACION el padre del embajador, en un vino de honor que hubo en la residencia del representante diplomático. "Ya entonces, hace 50 años, se veía que el ‘maestrillo’ tenía mucha polenta", destacó Pfirter padre, hincha de Colón de Santa Fe.
Después de la presentación de las cartas credenciales al Papa, Pfirter, que sólo llegó hace unos días a esta capital, también se reunió con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
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