Elisa Carrió, en retirada: Alberto Fernández, las charlas con Mauricio Macri y "la maravilla" de Jaime Durán Barba
En la semana, participó en la que podría ser su última sesión antes de que la renuncia a su banca se efectivice; sus días en Capilla del Señor, los preparativos de su funeral y su vínculo con el PJ
Señala con la mano y muestra dónde van a estar los invitados, la comida, la guitarreada. Elisa Carrió tiene planeado su velatorio: "Les prohibí llevarme al Congreso, nada de discursos", enfatiza. Y ya reservó un espacio para su entierro, a la vera del Paraná, junto a los restos de su padre y su hermana.
El Congreso presencia las últimas sesiones de Carrió. Renunció a su banca y se irá el mes próximo. No quiere volver. Durante los últimos 20 años, desde que irrumpió con la estruendosa comisión de lavado de dinero que expuso por primera vez los vínculos entre banqueros y sectores de la dirigencia, la diputada signó la política argentina, renació en diferentes formas, ganó y fue derrotada, hasta que formó parte de una coalición que llegó al gobierno con Mauricio Macri como presidente. Ahora atraviesa una nueva mutación, el tránsito hacia una forma de retiro.
"Me tengo que curar del Parlamento", dice. En la sesión de esta semana, cuando votó a favor de darle al gobierno de Alberto Fernández respaldo para renegociar la deuda, terminó con problemas respiratorios. Se recuesta relajada sobre un sillón en el jardín de su casa en Capilla del Señor y abraza un almohadón de lino. Un atardecer enrojecido, furioso, se abre sobre el campo, al otro lado del alambrado. Macri la llamó hace unas horas para contarle los motivos que lo llevaron a presidir la fundación de la FIFA. Todavía ahora, fuera del gobierno, el expresidente le transmite sus decisiones.
La relación con Macri sobrevivió a crisis de gobierno, enfrentamientos internos y rupturas públicas. Entre risas, Carrió reconstruye en la tranquilidad del presente el fragmento de una discusión iracunda entre ambos, cuando arreciaban los problemas:
-¿Al menos podría hablarme como un par? -le pidió Macri, molesto por la forma altiva del trato de Carrió.
No -le contestó la diputada-. Si quiere, como una hermana mayor.
Bueno, es un avance.
Y Carrió celebra el recuerdo con una carcajada. El expresidente aprendió a contenerla durante sus años de gestión y a evitar que la sangre llegara al río. La diputada supo frenar antes de la ruptura. "Si me alejaban de Macri, lo volvían vulnerable", reflexiona.
La conclusión encierra una verdad, la unidad de Juntos por el Cambio explica gran parte de su supervivencia. "Así superamos la maldición", dice Carrió. Alude al acontecimiento de que un gobierno opuesto al peronismo pudiera terminar su mandato.
Apenas prueba un café servido en una bandeja de cerámica. Sin el peso de un gobierno, Carrió se exhibe distendida. Un yorkshire terrier corretea alrededor. La casa que edificó en Capilla del Señor es una copia del hogar que habitó durante su infancia en Chaco, una herradura de una sola planta con una amplia galería en torno a un patio. Adentro hay una mezcla ecléctica de muebles. En su cuarto, en uno de los extremos de la herradura, reúne las cruces y las vírgenes que la rodean cuando por la mañana se dedica a la meditación.
Hay un brusco cambio de tono político en Carrió con respecto a sus años de denuncias contra la corrupción del kirchnerismo que transmite la decisión de abrir una tregua.
"Alberto Fernández está haciendo esfuerzos, quiere imponer cierta racionalidad", concede. Es una forma de trazar diferencias entre el Presidente y el estilo político del cristinismo acérrimo. Pero evita pronósticos sobre el futuro y el desenlace de la tensión interna con Cristina Kirchner.
Hay una ofensa insalvable que la separa de Alberto Fernández, porque Carrió le atribuye la autoría intelectual de la campaña sucia que sufrió su candidato Enrique Olivera, en 2005, cuando el exfuncionario ibarrista Daniel Bravo lo acusó en plena campaña electoral de tener cuentas no declaradas en el extranjero.
El denunciante después pidió disculpas y reconoció que era una operación política. Pero ya era tarde: los aliados de Fernández habían ganado en las elecciones. "Es un lobista, un dirigente sin partido", dice sobre el perfil político del Presidente. Pero destaca figuras del gobierno: "Vilma Ibarra sabe de derecho, y un hijo de Juampi [Cafiero] tiene que ser un chico honesto", asevera, en referencia a la actual secretaria de Legal y Técnica y al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
La tregua la lleva a pedir que la exceptúen de responder preguntas sobre Cristina Kirchner. E insiste en separar a los hijos, Máximo y Florencia Kirchner. "No hay que meterse con los chicos", advierte y lamenta la "maldad" que implicó involucrarlos en actos ilegales.
"La Justicia podría excluir a Florencia. Es como cuando hacen firmar a un indigente en un negocio para cubrirse, no significa que el indigente sea responsable del delito", compara.
El sol comienza a ocultarse detrás de los eucaliptos. Uno de sus hijos, Ignacio, se mudó a vivir a la casa. Pasa y saluda con una sonrisa. Dos años atrás, Carrió sufrió la muerte de Diego Benítez, hijo de su último esposo, que se había criado con ella. "Amo, pero no extraño", dice. También es madre de Victoria, la hija del medio, y Enrique, que vive en México. Juntos se fueron de viaje poco tiempo atrás.
Carrió promete que abandonará la primera línea de fuego, que no puede ocupar una banca en la Cámara de Diputados bajo la presidencia de Sergio Massa y que no podría integrar un Senado liderado por una persona "procesada y con pedidos de detención".
Sobrevuela una atmósfera de alejamiento, mandó a imprimir un gigantesco libro con su labor parlamentaria de 18.000 páginas; pero el retiro completo es irreal. Carrió incidió en la estrategia de la votación de la deuda y es el epicentro de consultas de los miembros de Juntos por el Cambio. "Se conduce por posición. O conducís o te atropellan", dice con picardía, para dimensionar el alcance real de su paso al costado.
Carrió mantiene su enfrentamiento con los dirigentes de Juntos para el Cambio que se conocieron como los representantes del ala política, Rogelio Frigerio y el extitular de la Cámara baja, Emilio Monzó. Contra el primero presentará un pedido de informes por envíos de ATN a Tierra del Fuego, quiere indagar en la relación con Federico Frigerio, primo del exministro.
Del segundo dice que le negaba la voz en el Congreso. "Querían que entrara el PJ", acusa, y apunta a la molestia que implicaba su postura en la alianza que Monzó pretendía tejer con Massa. Esa era la razón del enojo, interpreta la diputada.
"Enfrentamos tres golpes internos, el primero lo impulsaron los laboratorios", acusa en referencia a las crisis que atravesó el gobierno de Macri. Y menciona a un importante empresario del sector.
Sin embargo, se muestra más incómoda al momento de revisar los desaciertos económicos del gobierno de Macri; reconoce errores en la gestión cambiaria, pero interpreta que el desatino central fue la política tarifaria.
De pronto se pone de pie, extiende los brazos y celebra: "¡Lo de Jaime Durán Barba fue una maravilla!", se refiere a las declaraciones del consultor, con elogios a Cristina Kirchner y distanciamiento de Macri. Para la diputada, quien mantuvo un largo enfrentamiento con Durán Barba, las palabras del encuestador terminaron de exponerlo.
Carrió promueve una rebaja impositiva y, por ello, votó en contra de la suspensión del Pacto Fiscal, que permitió a las provincias volver a subir Ingresos Brutos. "Hay un peligro cierto de rebelión fiscal", alerta, en referencia a la actual presión tributaria.
Días atrás, la casa de Capilla del Señor se llenó del batifondo de una reunión de primas de la familia Carrió. La consigna era llegar solas, sin esposos. "Me buscan un novio montenegrino", confiesa entre risotadas. Se refiere a los miembros de la corriente inmigratoria que se trasladó de los Balcanes a Chaco a principios del siglo XX. "Hay muchos montenegrinos allá, como Capitanich", se divierte.
Después se pone seria y responde a los críticos: "No estoy loca, yo tengo una estrategia; pero en los hombres es lineal y en las mujeres, circular. Por eso a veces no la entienden".
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