Elecciones presidenciales 2023 | El análisis en vivo en un domingo clave
Cuáles son las claves de este domingo electoral, quién ganará, cómo descifrar el mensaje de las urnas: una línea de tiempo para ayudar a entender las novedades de un día histórico
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Lo que hay que saber
- Los principales columnistas de LA NACION ofrecen aquí su mirada sobre las elecciones presidenciales que marcarán a fuego el futuro de la Argentina, en un continuado que sigue minuto a minuto las últimas novedades.
22:40 | Las claves de la reelección de Kicillof: arrasó en el conurbano y ganó hasta en el campo
Por Javier Fuego Simondet
El gobernador Axel Kicillof (Unión por la Patria) logró la reelección este domingo en la provincia de Buenos Aires, con una performance que mejoró notablemente su rendimiento con respecto a las PASO de agosto, lo que le permitió sacar una ventaja de alrededor de 20 puntos porcentuales sobre sus principales competidores, Néstor Grindetti (Juntos por el Cambio) y Carolina Píparo (La Libertad Avanza). Un dato notable es que Kicillof ganó en muchas secciones electorales del interior de la provincia de Buenos Aires, territorios de perfil mayormente agroganadero que le resultan hostiles al peronismo.
Además, en el Gran Buenos Aires Kicillof obtuvo triunfos contundentes en las secciones primera y tercera. La diferencia fue mayor en la tercera sección electoral (que aglutina distritos de la zona sur del conurbano bonaerense, más La Matanza), donde la boleta del gobernador ronda el 51% con lo escrutado hasta ahora. Píparo está segunda en ese territorio, con el 22%, aventajando por alrededor de un punto a Grindetti.
En la primera sección electoral (distritos de la zona norte del conurbano bonaerense), el gobernador supera a esta hora el 44%.
22:10 | Un mes incierto para una economía en pausa
Por Ignacio Federico
El “plan platita” y la campaña del miedo surtieron efecto y Sergio Massa no solo entró en el ballottage, sino que terminó primero, según los datos con el 76% de las mesas escrutadas. En el camino, dejó un país en stand by, según la jerga empresaria; paralizado o en pausa, según el argentino de a pie.
Durante la última semana, el dólar blue, una suerte de termómetro instantáneo de la economía, no tuvo precio. Las “pantallas”, que muestran los promedios de las principales cuevas, se paralizaron el jueves al mediodía en $900 y ya no se movieron más. En las calles, por supuesto, la temperatura era otra: pocas financieras operaban y las que lo hacían, vendían a más de $1000. Así llegó el tipo de cambio paralelo a las elecciones de hoy. Y el contado con liquidación (CCL) “libre” reaccionó con una marcada suba para llegar al récord de $1110.
Sin embargo, el dólar tiene que volver a arrancar mañana y la gran pregunta del mercado es a cuánto. Es imposible de predecir, pero una idea la puede dar el dólar critpo, el tipo de cambio que surge de operaciones con criptomonedas y que opera las 24 horas del día, los siete días de la semana. Arrancó el domingo a $1250, igual que el viernes, y ahí se mantuvo incluso hasta el cierre de urnas. Pero pasadas las 19.30 comenzó a moverse, impulsado por las primeras versiones sobre los resultados de la elección: cayó a $1080, un valor todavía “de pánico”, tal como lo definió Gabriel Rubinstein, viceministro de Economía.
Pero el tipo de cambio es solo un precio más de la economía. Y la pausa en la que está inmerso el país abarca también a sectores productivos, tal como publicó LA NACION el viernes. Desde la automotriz General Motors, que estuvo sin producir por falta de piezas, hasta pymes y comercios, que no se animaban a establecer un precio para sus productos pensando en el costo de reposición a partir de lunes. Ferreterías, locales gastronómicos, casas de electrodomésticos, laboratorios y hasta gráficas esperaban el resultado de hoy para volver arrancar.
Pero el resultado no está entre los que entusiasmaba a los mercados en la previa, que ahora esperan más de lo mismo, pero con un deterioro más profundo de las variables, al menos durante el próximo mes hasta la segunda vuelta. Es que el desenlace de la elección estaba entre los cuatro escenarios previstos por Portfolio Personal Inversiones (PPI) el viernes, con Massa y Milei en el ballotage, más allá de cómo quede el orden final. Si se daba esta situación, la sociedad de bolsa analizaba que los “incentivos de los candidatos serán divergentes para la macroeconomía”.
Y ampliaba: “Para Milei será funcional seguir insistiendo con el discurso dolarizador, situación que presiona al alza el CCL y la brecha y esto dañará la percepción sobre el oficialismo en las cuatro semanas que separan la general de la segunda vuelta. El contado con liquidación seguiría escalando. La brecha cambiaria escalaría muy por encima del 200% y dificultaría mantener el tipo de cambio fijado en $350 como viene anunciándose. Vemos al oficialismo intentando evitar el salto discreto con un reinicio del crawling peg y mayores regulaciones, y trabas tanto sobre el MULC como sobre los dólares financieros, lo que de todas maneras implicará que el drenaje de reservas continúe. Con reservas netas negativas que se perfilan a por lo menos -US$11.000 millones a comienzos de noviembre (asumiendo nula intervención en MULC y financieros). La inflación aceleraría a niveles de 20% ya en noviembre”.
21:38 | Massa, a la caza de los votos de Larreta, Schiaretti y Bregman
Por Mariano Spezzapria
En el búnker de Unión por la Patria (UP) ya daban por sentada la victoria de Sergio Massa a nivel nacional antes de que se conocieran los números oficiales. Celebran la mejora de su performance electoral, cimentada en el conurbano bonaerense y en el norte del país, donde el peronismo recuperó votos que le había “tomado prestados” Javier Milei.
“Salimos primeros. Eso lo tenemos así hace 15 días. No hay sorpresa. Pero con mucha humildad tenemos que enfrentar la segunda vuelta”, remarcan en el entorno del candidato presidencial más votado este domingo.
En la misma línea, señalan: “El tema es la diferencia con el segundo de cara al ballottage, donde el 50% va a votar con segunda o tercera preferencia”, completan los operadores massistas.
Así, el oficialismo demuestra que ya está pensando en el 19 de noviembre y en cómo puede atraer votos de JxC –más los de Larreta que los de Bullrich-, de Juan Schiaretti y de Myriam Bregman para enfrentar “mano a mano” a Milei.
21:12 | La consagración del “plan platita”
Por Diego Cabot
Equipo que gana no se cambia, dice una vieja sentencia futbolera. Si se confirman los números que salen a borbotones del los equipos de campaña de los tres candidatos, pues entonces, ¿qué razón habría para que se modifique algo, al menos, hasta el mano a mano de noviembre? Objetivamente, ninguna.
El escenario de Sergio Massa en el ballottage se podría leer desde el plano político. Se podrá decir que el aparato hizo lo suyo, pero no hay que menospreciar las herramientas de política económica con las que contó el candidato oficialista. Fueron semanas de utilización potente de los fondos públicos.
Las semanas anteriores estuvieron marcadas por una fuerte intervención del Gobierno en todas las cotizaciones del dólar que pudo. A eso se limitó la política económica. Unos días antes, Massa, el candidato, abrió un millonario cajero automático de la mano de los fondos públicos. El llamado “plan platita” estuvo basado en una descomunal emisión monetaria que fue directamente a los bolsillos de quienes el oficialismo decidió. Y los beneficiados, en masa, sin doble ese, fueron masivamente a comprar dólares o en su caso, bienes que están atados a la cotización de la moneda norteamericana.
La consecuencia de semejante combo ya no es tema del análisis económico sino del sentido común. Los bienes demandados suben su precio y eso es lo que sucedió en las últimas semanas. Algo cambió en los últimos días. Sucede que los tenedores de esos productos que todos querían prefirieron sacarlos de las góndolas. Ni autos ni dólares en las últimas jornadas, por poner solo dos cosas que brillaron por su ausencia.
Con semejante resultado como se supone, Massa, el ministro de Economía, no tiene demasiados incentivos para ponerse el traje que dejó colgado cuando, después de las PASO, se calzó la remera de candidato. Le tocará, una vez más, lidiar con variables e índices que no le impactan. Volverá a conocerse la inflación de un mes más y el mercado cambiario regresará a la inestabilidad. Pero, como se dijo, equipo que gana no se toca.
19:25 | Segunda vuelta, sorpresas y un gobierno sin mayoría
Por Damián Nabot
Los resultados extraoficiales de la elección anticipan una segunda vuelta, sorpresas y un escenario de tercios que dejará sin mayoría al próximo gobierno. Sin números formales, en el oficialismo existe entusiasmo. Si se confirma la mejora de Sergio Massa con respecto a las primarias, el resultado demostraría que logró gran parte del “voto útil”, es decir, la voluntad de quienes querían expresarse en contra de Javier Milei. Sería un círculo electoral: el peronismo trabajó por revitalizar a Milei en la primera vuelta y ahora Milei, sin buscarlo, podría haber revitalizado al peronismo. Los números oficiales demostrarán si el miedo a un cambio desconocido terminó por ayudar al candidato de la continuidad, más allá de la crisis, la inflación y los escándalos. En todo caso, las diferencias aparecen ajustadas también con Patricia Bullrich. Todos anticipan una sorpresa con respecto al orden de las primarias.
La paridad entre los tres principales candidatos también presagia un gobierno sin mayoría. Las matemáticas preanuncian una negociación inevitable entre las fuerzas políticas.
Pero estas elecciones llegan precedidas por una inestabilidad inédita. Las escenas del sábado con colas infinitas en los supermercados, en las casas de electrodomésticos y en las estaciones de servicio fueron la postal de ese clima social. Nunca antes una elección había llegado tan antecedida por un clima previo de detonación. Lo alimentó el esfuerzo que hizo el Gobierno por ocultar el desmadre financiero, al punto de lograr la semana pasada por primera vez un “dólar blue falso”, un precio de pantalla que nadie conseguía en la realidad. A lo garrotazos, Massa logró días de gracia cambiaria que resultaron vitales. El problema es que, cuando estalla como una burbuja, la realidad puede quedar luego fuera de control. Desde el lunes, el largo camino a la definición se moverá al ritmo de la economía.
El resultado está lejos de despejar la inestabilidad. Y, en el trasfondo, el malestar transita sobre una superficie castigada. La semana pasada, una encuesta de Poliarquía que se realiza desde 2004 mostró que por primera vez la mitad de los argentinos están dispuestos a sacrificar la democracia.
En 1987, la política argentina generó una expectativa inédita de convivencia cuando el peronista Antonio Cafiero acompañó al radical Raúl Alfonsín cuando se mostraron juntos ante una multitud en el balcón de la Casa Rosada para defender la democracia frente a la amenaza golpista. Las décadas siguientes solo mostraron retrocesos. Convertir al adversario en enemigo se volvió un negocio. Fue la forma de inventar una épica donde solo existía cálculo para preservarse en el poder. Los ganadores y perdedores de este domingo enfrentan el desafío de recuperar la democracia, mientras a un costado se asoma el precipicio.
18:40 | El impacto de un ausentismo que es récord
Por Marcelo Veneranda
La participación del 74% del padrón en las elecciones presidenciales de este domingo es la más baja en la historia de los comicios generales desde el regreso de la democracia. La Justicia electoral espera que ese índice se eleve con los ciudadanos que aún no sufragaron pero sí ingresaron a las escuelas antes del cierre de las 18. Pero la participación debería crecer más de dos puntos para superar la marca que dejaron los comicios de 2007, en los que solo votó el 76,2% del padrón.
El escenario de un ausentismo elevado había quedado preconfigurado en las PASO del 13 de agosto, cuando solo votó el 70,4% de los ciudadanos habilitados, la menor marca histórica en una elección nacional desde 1983, por debajo del registro de las PASO de 2015, cuando sufragó el 74,91% del padrón.
El porcentaje importa no solo porque marca el desinterés y la distancia que la sociedad experimenta frente al sistema político luego de años de crisis recurrentes, sino por el impacto que podría tener sobre las expectativas de los actores que buscan quedarse con la Presidencia.
Patricia Bullrich podría ser la más afectada, si se toma en cuenta la expectativa que en Juntos por el Cambio generaba la posibilidad de un salto en la votación entre las PASO y las generales, dado el crecimiento que la coalición experimentó en 2015 y 2019, cuando Mauricio Macri remontó con fuerza la distancia que había marcado el kirchnerismo en las primarias. En el búnker de Juntos por el Cambio se ilusionaban, de todos modos, con haber captado el grueso de los votantes que se sumaron hoy, con el foco en los mayores de 65 años y los argentinos en el exterior.
Claro que la misma lectura podría aplicarse sobre Sergio Massa y Javier Milei. El ministro de Economía esperaba que aumentara la participación en los sectores medios bajos y bajos, donde anida una porción importante del votante histórico del kirchnerismo, para conseguir la llave que lo deposite en el ballottage. Para eso, confiaba en el aporte de la maquinaria electoral del PJ en el conurbano y el interior del país, que pareció no haber reaccionado en las primarias. También, que las últimas declaraciones de Milei sobre las bondades de una fuerte devaluación hayan permeado en los sectores más afectados por los aumentos.
El candidato libertario, por su lado, apostaba a una masiva participación de los ausentes en las PASO de agosto para lograr el hito de alcanzar el 40% de los votos –con 10 puntos de diferencia sobre el segundo– y consagrarse presidente este domingo.
18:18 | Un resultado que abrirá nuevos interrogantes
Por Luciano Román
Cuando esta noche veamos a los candidatos sobre el escenario, nos veremos, en realidad, a nosotros mismos. La elección determinará, con mayor o menor nitidez, un mapa de ganadores y perdedores. Pero más que un mapa, será un espejo. Los resultados reflejarán el estado de ánimo y también los valores, las expectativas y la madurez de la sociedad.
Llevará tiempo interpretar ese diagnóstico en todas sus aristas y su complejidad. Pero hoy tendremos algunos trazos gruesos a los que valdrá la pena prestar atención.
El nivel de participación será un indicador relevante. ¿Crece la porción del electorado que se desentiende del sistema? ¿O a pesar del desánimo y la frustración se mantiene estable el compromiso ciudadano con el ritual básico de la democracia? La respuesta nos dará pistas sobre la futura gobernabilidad y sobre la solidez institucional, a 40 años de haber salido del túnel de la dictadura.
Habrá que mirar con atención el resultado de la provincia de Buenos Aires y de algunas ciudades clave, como Lomas de Zamora, para saber cuánto pesan en el electorado la demanda ética y el rechazo a la corrupción. ¿El yate de Insaurralde habrá movido el amperímetro? ¿El escándalo de la Legislatura bonaerense impactará en las urnas? Los datos de esta noche nos acercarán las primeras respuestas para saber hasta qué punto la sociedad conecta la corrupción con el dramático deterioro de la situación socio-económica.
Habrá otros datos que serán más difíciles de descifrar. ¿Esta elección produjo una fractura generacional? ¿Se puede hablar de un “voto joven” como factor determinante y homogéneo? ¿Podremos asegurar que los hijos votaron en una dirección opuesta a la de sus padres? ¿Hubo también un corte tajante entre hombres y mujeres? ¿Gravitó el “voto católico” en una elección donde, por primera vez, un candidato explicitó un enfrentamiento con el Papa?
Hará falta un gran trabajo de investigación y de escucha para contestar esos interrogantes con alguna precisión. Pero será fundamental indagar en los pliegues del resultado para interpretar la configuración de una nueva Argentina que hoy empezaría a nacer.
Un hombre o una mujer que hayan concurrido por primera vez a las urnas en el 83, tal vez hayan ido a votar hoy –con menos de 60 años– en un clima que se parece muy poco al de aquella algarabía ciudadana del renacimiento democrático.
¿Habrá votado con rabia e indignación? ¿O lo habrá hecho, a pesar de todo, con la expectativa de un cambio? Y a los hijos de la democracia, ¿los alentará alguna esperanza o les ganarán la resignación y el pesimismo? Esta noche empezaremos a saberlo.
17:25 | De no creer. Lo que más miedo me da este domingo
Por Carlos M. Reymundo Roberts
Según nos vienen diciendo hasta el cansancio los analistas de opinión pública, en estas elecciones la gente vota con miedo. Mucho miedo. Pero los muy cretinos no dicen miedo a qué; seguramente, porque no lo saben. ¿Las urnas muerden? ¿Terror a las colas? ¿Que una cámara oculta grabe cuando estamos en el cuarto oscuro? ¿Miedo a equivocarnos de boleta? Ni idea. Por lo tanto, me dispuse a averiguarlo. Hice el trabajo que esos expertos, unos vaguitos importantes, no hicieron: salí a preguntar. Familiares, amigos, vecinos, y hoy a la mañana incluso me animé a sacarles el tema a personas que estaban en mi misma fila. ¿Resultado? Terminé votando muerto de miedo.
Muchas respuestas –fueran por la positiva o la negativa– me dejaron descuajeringado. Acá van algunas (ni siquiera las más terribles, que son impublicables). “Mi drama es elegir mal. ¿Y si resulta que estoy apoyando a un corrupto, a un inepto, a alguien con bajos instintos? Ya me pasó un par de veces y tuve que arrastrar la culpa durante cuatro años. ¡Cuatro años con esa carga insoportable! Desde entonces tengo insomnio y perdí el hambre”. “Mi miedo es el fraude: que cuando cierre la votación lleguen unos turros a punto de pistola y se afanen las urnas”. “Cero miedo, chabón. Cualquiera que gane va a ser un desastre”. “Estoy asustadísimo: en 2021 fuimos a votar y nos desvalijaron la casa. Después nos desvalijó el presidente al que yo había votado”. “Para mí, esto es un juego. Te cuento, pero, please, no me mandes en cana: yo entro al cuarto oscuro, camino con los ojos cerrados hasta donde están las boletas, tanteo y saco una. Enseguida vuelvo a abrirlos para enterarme a quién elegí jajaja”. Obvio: está de la nuca.
Hice las cuentas y de las 47 personas que entrevisté, 23 sentían una sensación fea, algo que asimilaban al miedo; uno habló de “terror”; tres dijeron que estaban felices de la vida; once se iban a pegar el faltazo, y nueve no entendieron la pregunta.
Sí, fui a votar con miedo. Me dan miedo los votantes.
16.45 | El dólar free shop, símbolo de un país bizarro e inviable
Por Gail Scriven
Las filas daban la vuelta casi hasta la salida de Migraciones: colas y colas de recién llegados, pasaportes y boarding pass en mano, esperando más de dos horas. Todos cargaban canastos (en muchos casos más de uno) repletos de perfumes, chocolates, cosméticos, bebidas alcohólicas y tecnología de todo tipo.
Sábado a las 9 de la mañana en el free shop de Ezeiza. El clima que se respiraba en el hall de llegadas era casi de fin del mundo. El “dólar pánico” en su máxima expresión. Pero un dólar a 365,50 pesos. Una ganga.
“¡Ojo que el lunes esto se acaba!”, gritaba un hombre de mediana edad mientras recorría la cola hasta buscar el final. El resto asentía, entre la preocupación, la resignación y la desesperación. Todo era caos.
En pocos lugares se reflejaban tan intensamente este fin de semana las contradicciones, miserias, preocupaciones, temores y hasta privilegios de todo un país que vota hoy en lo que posiblemente sean las elecciones más tensas e imprevisibles de la historia.
Con el dólar paralelo casi sin precio afuera, el free shop estaba regalado. ¿Los únicos en condiciones de poder acceder? Los argentinos con pasaje de ida o vuelta. Otro reflejo de las inviables y bizarras distorsiones de una economía que, más que correr al borde del abismo, ya está en caída libre.
“Nunca en la historia vimos algo así. Estamos batiendo récords y récords de ventas, todos los días. La gente se lleva todo lo que puede, como si se acabara el mundo”, decía una empleada del Duty Free, entre resignada y escandalizada. “He visto incluso a algunos mostrar la tarjeta Alimentar. Así no salimos nunca adelante”, decía, mientras aconsejaba sumar más y más productos “siempre pagando con tarjeta”. Ya a partir del lunes todo puede cambiar, insistía.
“El lunes la Argentina sigue”. La frase del candidato-ministro Sergio Massa al votar al mediodía de hoy fue más que elocuente, otro símbolo más del descalabro del país que acude a votar.
¿La Argentina corre riesgo de implosionar? Que el ministro de Economía y candidato oficialista que deja un país tan devastado esté entre los tres postulantes con mayor intención de voto o incluso con posibilidades de pasar al ballottage muestra hasta qué punto el país está rompiendo todas las reglas y manuales de las campañas a nivel mundial.
Pero esta noche, a eso de las 22, se revelará la gran incógnita de si la tan mencionada frase “Es la economía, estúpido”, acuñada por el equipo de campaña de Bill Clinton en 1992 y que se ha convertido en un axioma sobre los temas que más pesan a la hora de ir a votar, también se cumple en la Argentina.
Compras de pánico en los supermercados, estaciones de servicio en la zona norte que no vendían más de 20 litros, ferreterías que directamente no vendían productos “porque no hay precio hasta el lunes”. Todo un país en suspenso ante lo que ya nadie duda serán unos meses más que difíciles. Esa sensación de estar en caída libre y que todo lo que viene será peor.
Los ojos de buena parte de América Latina están puestos en la Argentina hoy. ¿Es otro Bolsonaro? ¿Otro Trump? ¿Cómo puede ser que la Argentina esté por elegir a un personaje tan excéntrico e imprevisible como Milei? ¿Es cierto que habla con sus perros?
Todas esas preguntas salieron esta semana de la boca de editores de los principales medios de la región en una reunión semestral en México. Las miradas incrédulas acompañaban las descripciones sobre el estado de la economía, la inflación, la pobreza, el cepo. ¿Dólar tarjeta? ¿Dólar Qatar? ¿No hay créditos?
Nadie duda de que hoy la Argentina es un país inviable en lo económico y que las reformas que hacen falta son dolorosas y profundas. Y que esta noche, cuando se abran las urnas, se abre una nueva era. La gran pregunta es cómo es ese nuevo país que emerge.
16.20 | El círculo rojo: angustia e incertidumbre en una economía al “contado rabioso”
Por Francisco Jueguen
Muchas empresas prefirieron no vender en los últimos días. En un marco al que califican como “explosivo”, los precios no existen y la capacidad de reponer los productos que comercializan es una incógnita. La economía vive, dicen, al “contado rabioso” a la expectativa de lo que ocurra en el domingo electoral que se abre. “La cosa está complicadísima”, sentenció un empresario.
“Lo vivo con mucha incertidumbre y bastante angustia”, advirtió el CEO de una importante empresa alimenticia y agregó: “Es un momento crucial para la Argentina”. El favoritismo del círculo rojo sigue cerca de Juntos por el Cambio y por eso, miran la campaña con cierta decepción.
“Hoy no hay precios y obviamente muchas empresas prefieren no vender [sus productos] y también se terminó el crédito, especialmente en la construcción. El que vende lo hace al contado rabioso”, indicó un hombre de negocios, que dijo que muchos le preguntan a quién votar. Afirmó que es “algo que nunca la había ocurrido”, síntoma de cómo incierto envolvió al país.
16:00 | Dos pistas que las elecciones en otros países dejan sobre lo que puede pasar hoy
Por Inés Capdevila
Fragmentación política y polarización, poca legitimidad y baja gobernabilidad, desaceleración económica y recesión democrática. Todos esos fenómenos forman parte de la radiografía de América Latina en la última década. Desde México a Chile, crecen los escándalos de corrupción, la inseguridad, la pobreza, el desempleo y la informalidad. Los problemas de los latinoamericanos son más cada vez más difíciles de resolver y los gobiernos apenas sobreviven. No importa si son de izquierda o de derecha, algunos gobiernos caen rápidamente, como sucedió en Perú o Ecuador; otros subsisten como pueden, entre errores y bajísima popularidad, como en Chile y Bolivia.
La Argentina no es ajena a ninguno de estos fenómenos y su vida política cada vez se asimila más a la del resto de los países de la región. Por eso, algunas pistas dejadas por los últimos comicios generales en América Latina pueden ayudar a leer el voto de hoy de millones de argentinos.
1. Los oficialismos, en crisis. El fenómeno no es una novedad, y más aún después de que la pandemia desnudara la ineficiencia de la mayoría de las administraciones locales y, a su vez, alimentara la frustración y el enojo social. Lo que sí es una novedad es cuán resistente es el fenómeno, tan resistente como la voluntad de cambio de los votantes, que cada vez le tienen menos paciencia a los oficialismos.
Desde 2018 a hoy, hubo 21 elecciones presidenciales en América latina; en 19, prevaleció la oposición. Solo en dos ocasiones el oficialismo logró sortear la indignación de los votantes; ambas fueron en Paraguay, donde el Partido Colorado retuvo el poder, en 2018 y 2023. ¿podrá Sergio Massa evitar la maldición de los oficialismos?
2. Outsiders. candidatos antisistemas y otras extravagancias: Otro fenómeno que definen los escenarios electorales de todos los países es el surgimiento de candidatos inesperados. Algunos ya conocidos por los votantes, otros no tanto; todos dicen encarnar esa necesidad de cambio total que desvela a los votantes latinoamericanos ante la obstinada persistencia de sus problemas más comunes. Javier Milei es uno de ellos.
Como muchos de esos candidatos disruptivos, Milei y su ola de furor reorganizan la vida política de la Argentina en torno a la novedad, el grito antisistema y el miedo. Sucedió en Brasil, en 2018, con Jair Bolsonaro, y en Chile en 2021, con José Antonio Kast. Ambos, muy al estilo del político libertario, proponían un renacer de la derecha más conservadora. Pero ninguno fue el outsider que hoy Milei busca corporeizarse. En todo caso ambos tenían -hasta su irrupción en las elecciones generales, uno con éxito, el otro, no- carreras políticas largas pero en los márgenes.
En ese sentido, el candidato que más se asemeja a Milei, por su irrupción, es Rodolfo Hernández, el empresario que compitió con Gustavo Petro en el ballottage de Colombia en 2022. Hernández había sido senador antes de candidato presidencial pero nadie esperaba mucho de su postulación a suceder a Iván Duque.
El empresario, sin embargo, sorprendió a las encuestas, los políticos, toda Colombia y al resto del continente al pasar a la segunda vuelta, con un inesperado 28% de los votos y un prédica populista que prometía un Estado mínimo, una lucha mágica contra la corrupción y la reversión de muchos derechos sociales adquiridos. “Todos los otros son los mismos de siempre; yo no”, decía en campaña Hernández.
En la segunda vuelta Hernández dio un salto cuantitativo mayor al de Petro. Del 28% de los votos pasó al 47%, mientras que el dirigente de izquierda creció poco más de 10 puntos porcentuales. Pero el salto fue insuficiente para Hernández; no pudo contra todos los temores desconocidos que sus extravagancias y carencias producían ante los colombianos. Petro también generaba miedos desde hacía décadas, pero menos que Hernández, y finalmente ganó la presidencia. ¿Podrá Milei vencer el miedo a lo desconocido y a los extremos que genera?
15:32 | El “voto silencioso” que decidirá nuestro destino
Por Jorge Fernández Díaz
Como teníamos plena conciencia de que estábamos en las vísperas, alguien puso en el chat “este sábado no hablemos de política” y todos aceptamos sin dudar. Cuando llegamos a los postres y el vino comenzó a soltar las lenguas hubo, no obstante, algunos amagos y risas. Pero la cosa no pasó a mayores. Nos despedimos, y uno de mis amigos mandó luego un mensaje al grupo: “Somos la mesa del voto escondido”. No pude con mi genio y respondí: “Somos entonces los que vamos a decidir la elección”.
Alguien agregó una arenga epigráfica y voluntarista para sacar a la patria del pantano. Vastos sectores silenciosos, que hoy están votando en las escuelas, se encontraban representados efectivamente en esa pequeña reunión sabatina. La polarización universal que trajeron las redes sociales, la grieta argenta que promovió el kirchnerismo y el estilo insultante de los mileístas persuade a muchos ciudadanos de cerrar la boca para no recibir una reprimenda, experimentar un disgusto, dejar de ser seguido o directamente sufrir una cancelación.
Es ese inédito mutismo el que le ha metido un suspenso irrespirable a esta elección general. Millones de ciudadanos han rechazado la chance de responder encuestas y cargan con el secreto íntimo de su decisión. En un país donde todos fracasaron, y quien todavía no lo hizo exhibe flancos escandalosos e indefendibles, nadie quiere mostrar su decisión y hacerse cargo.
Muchos de esos argentinos “silenciosos” dedicaron el fin de semana a invadir los supermercados, llenar los changuitos de mercaderías a un alto precio, pero aun así muy barato en comparación con el que surgiría de los probables movimientos sísmicos del “día después”, y ya en Modo Bunker, como dice Guillermo Oliveto, se disponen esta noche a seguir desde sus casas los resultados más inquietantes de los últimos tiempos, semblanteando rostros y tratando de anticipar qué les deparará el futuro. No los ha registrado el radar durante estos meses de supuesto “empate técnico”, nadie ha podido descifrar qué piensan en realidad, pero son ellos los que inclinarán la balanza, los que provocarán la gran sorpresa, los que labrarán el destino. Serrat les dedicó alguna vez unos versos: “Anónimos y desterrados, en el ruidoso tumulto callejero, con los vientos en contra va el ciudadano, los bolsillos temblando y el alma en cueros”.
15:15 | Una Iglesia metida en la campaña
Por Mariano De Vedia
Como pocas veces en estos 40 años de democracia, la Iglesia jugó un papel activo en el último tramo de la campaña electoral. Lo hizo en respuesta a la ofensiva de la fuerza libertaria de Javier Milei, que insistió en sus ataques contra el papa Francisco. La última estocada fue la propuesta de suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano, lanzada por Alberto Benegas Lynch, mentor intelectual del candidato presidencial, que dejó a un costado su perfil académico y arengó a una multitud enfervorizada en el acto de cierre de campaña. Frente al estilo agresivo, en sus pronunciamientos la Iglesia insiste en el valor de “la prudencia y el diálogo”.
La Iglesia confrontó con Milei en dos perspectivas. Por un lado, el equipo de curas de villas y barrios populares encabezó una misa de desagravio, en la que reivindicaron la justicia social y la “presencia inteligente” del Estado. Por el otro, la estructura más institucional, con el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, a la cabeza, que llamaron a “no dejar el Evangelio en las puertas del cuarto oscuro”. El propio papa Francisco aportó lo suyo, cuando cuestionó en una entrevista con Télam a los “payasos del mesianismo” y a los “encantadores de personas, que las terminan ahogando”. El Papa concedió la entrevista a la presidenta de la agencia estatal, Bernarda Llorente, donde habló del escenario político argentino, en medio del Sínodo que reúne a obispos de todos los continentes en Roma. Señal de la importancia que le asigna al proceso electoral.
Los otros candidatos presidenciales no quedaron afuera del radar de la Iglesia. El equipo de curas villeros mantuvo encuentros con Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) y Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País), a quienes les plantearon la “agenda de los barrios” y las urgencias sociales más acuciantes. No hubo espacio para Myriam Bregman (Frente de Izquierda), a quien no la ayudo su postura confrontativa con Israel a las pocas horas del cruento ataque de Hamas.
15:00 | La zozobra, entre el miedo y el enojo
Por Claudio Jacquelin
Los argentinos llegan a la elección presidencial atravesados por dos sentimientos dominantes, según la mayoría de los trabajaos de opinión pública. El miedo y el enojo asoman como los dos motores más poderosos como articuladores del voto. Miedo a lo que puede pasar y enojo con la dirigencia política por la que ha pasado.
Sin embargo, en las últimas semanas parece haberse colado otra potente sensación: la zozobra, que encarna y refleja el modo supervivencia en que la ciudadanía enfrenta la crisis cotidiana, donde el día día se impone sobre cualquier perspectiva de mediano o largo plazo.
Si la demanda desaforada por el dólar lo llevó a romper la barrera de los 1000 pesos en la semana previa a la elección por parte de quienes tienen alguna capacidad de ahorro y buscaron preservarlo, lo visto en los supermercados en las 48 horas previas terminó por corroborar ese sentimiento de naufragio que se apoderó de la mayoría.
Carritos desbordados y, en el caso de los clientes más pudientes, hasta por duplicado, competían ayer con los modestos changuitos, todos repletos de productos no perecederos, que formaban larguísimas colas en las cajas.
El miedo a un nuevo salto inflacionario, como el que ocurrió tras las PASO, fue espoleado por los faltantes en las góndolas que ya venían percibiéndose desde semanas atrás. Ayer en un hipermercado de Palermo, los clientes hurgaban y se stockeaban en estantes semivacíos y apenas cubiertos por terceras o cuartas marcas desconocidas, porque las primeras y segundas ya habían desaparecido. Arroz, fideos, latas de conservas, aceite, papel higiénico, bebidas, artículos de tocador y limpieza eran los preferidos.
Entre esos sentimientos de miedo, enojo y zozobra Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich dominaron la conversación y en ellos se centraron las dudas de última hora, en función de lo resultados de las PASO y de la marcha de la campaña. Pero algo parece haber cambiado en la última semana. La impronta del voto útil y la participación de nuevos votantes que no habían concurrido a las primarias podrían haber modificado el escenario.
Las encuestas más confiables y más recientes cerradas en las últimas 48 horas, que no se divulgaron por imperio de la veda electoral, indican que el reparto en tercios se habría roto. Dos postulantes se habrían despegado para asegurarse su participación en ballotage, ya que en ningún sondeo asomaba una definición en primera vuelta. Pero la mayor sorpresa sería que el orden en que quedaron los candidatos en las PASO podría alterarse.
Incertidumbres y angustias de último momento, que en algunas horas se develerán.
14:00 | El símbolo de la “casta” que le aporta a Milei menos fiscales que los prometidos
Por Nicolás Balinotti
Desde Catamarca, Luis Barrionuevo digita a los operadores que puso al servicio de Javier Milei para ayudar a La Libertad Avanza en la fiscalización. Son muchísimos menos que los 200.000 voluntarios que prometió reclutar. El poder territorial del sindicalista se reduce hoy a 45 de las 57 seccionales que Gastronómicos tiene distribuidas en el país y a la mano de obra que le facilita el Sindicato de Maestranza, tal vez el último aliado incondicional que le quedó de su experiencia separatista en la CGT, donde apenas conserva dos o tres peones sin mucha influencia.
Convencido de que en las PASO hubiera obtenido una victoria más holgada si contaba con más fiscales, Milei recurrió a Barrionuevo para embarrarse en la trapisonda electoral. Un aliado que es un símbolo de la “casta” contra la que predica, que llegó al poder de su sindicato en 1979 de la mano de la dictadura militar como delegado normalizador y que desde entonces nunca dejó el mando.
Barrionuevo, que mantiene intactos los lazos con el PJ no kirchnerista y la vieja guardia radical, la que encarna Coty Nosiglia, es hoy más un empresario que un sindicalista. Su novedosa alianza con Milei es mucho más que un apretón de manos: pactaron un acuerdo de financiamiento y fiscalización a cambio de que el gastronómico tenga injerencia en una eventual gestión libertaria. El gremialista prometió apoyar la iniciativa para crear un fondo de cese laboral en reemplazo de las indemnizaciones. El libertario ratificó que su intención es habilitar a las compañías de seguro para que entren en el juego. También las imagina involucrándose en el negocio de la salud. En el polirrubro del gastronómico, hay sociedades vinculadas a los seguros como una empresa que es proveedora de alimentos y servicios para el Estado desde 2017 y que incrementó sus negocios con la actual gestión desde que el sindicalista se alió con el kirchnerismo a través del ministro del Interior, Eduardo De Pedro, a quien apoyó abiertamente hasta hace apenas unos meses. Otra muestra de su gen camaleónico y de que en el sindicalismo las lealtades son frágiles.
13:15 | ¿Qué pasará el lunes? Las claves de la economía que viene
Por Francisco Jueguen
Es un karma cíclico, uno de los únicos patrones que identifican al país. Cada vez que un argentino va a las urnas no sólo debe elegir quién lo representará. Esa decisión tendrá detrás una crisis económica, se tomará surfeando una corrida del tipo de cambio y derivará en un nuevo modelo. Síntomas de la debilidad de los consensos básicos y de las instituciones que los sostienen.
El camino a las urnas de hoy no difiere de este diagnóstico general, pero como toda historia es irrepetible, tendrá algunas características particulares que pueden resumirse en tres claves.
1. El dólar del lunes
El Ministerio de Economía aseguró que el lunes no habrá devaluación. Sin embargo, los actores económicos tienen muy fresco el recuerdo post PASO, y creen que si Sergio Massa no sigue en carrera, perderá herramientas para sostener fijo el tipo de cambio en $350 hasta el 15 de noviembre, como prometió el viceministro, Gabriel Rubinstein. Para echar leña al fuego, Carlos Melconian dijo en la semana que el dólar debería estar en $500 en lunes. En el Gobierno indicaron que el tipo de cambio fijo es parte del acuerdo con el FMI, pese a que el organismo pide explícitamente en su último staff report que no debe atrasarse. Si Massa sigue, intentará sostenerlo con un nuevo dólar soja –ya hay negociaciones- y quemando yuanes. ¿Quién sufrirá? Probablemente las importaciones y, de rebote, la actividad económica.
2. El ministro candidato
“Me quedo hasta el 10 de diciembre, nunca suelto el timón en medio de una tormenta”, dijo Massa en la televisión a mediados de agosto. En el Ministerio de Economía ratificaron que el ministro candidato seguirá al mando después de este domingo. Se verá.
3. Híper o fogonazo
Depósitos cayendo, plazos fijos que no se renuevan, stockeo de mercadería, empresas que se financian con la AFIP, “Plan Platita” con emisión y brecha cambiaria por las nubes. Si para el Gobierno hubo sólo un fogonazo de precios tras la devaluación post PASO, para la oposición se ingresa a un sendero de hiperinflación sólo cauterizado por las expectativas que genera un cambio de gobierno en dos meses. Un escenario puede exacerbar este camino. El ballotage Milei-Massa uniría una mayor emisión de campaña –pesos que Milei caracterizó como “excremento”- con la posibilidad de una dolarización sin dólares, que antes requeriría una Plan Bonex y una hiperinflación. Más tensiones a la vista. Más allá del resultado, hay consenso en que habrá más inflación y crisis social. Son síntomas económicos de una degradación política permanente.
13:00 | La gran ausente de esta campaña
Por Héctor Guyot
Decidí cumplir con mi deber cívico temprano y a las diez caminé las cinco cuadras que separan mi casa del colegio donde voto desde hace unos veinte años. Al llegar, comprobé que muchos habían tenido la misma idea y me ubiqué en la fila correspondiente a mi mesa, en la vereda. Deduje que adentro habría otra cola similar. Sin nada que leer, me dediqué a observar a la gente. Muchos entretenían la espera sumergidos en su celular. ¿Estarían los algoritmos haciendo su trabajo hasta el último minuto? Muy pocos intercambiaban alguna palabra. Sentí de pronto que esa escena ya la había vivido. Acaso por el insidioso temor a la catástrofe con el que me había despertado, todo me hablaba de las elecciones de 2019, aquellas PASO en las que ocurrió lo imposible y que encaminaron al país al pantano en el que está hundido. Entonces pensé en ella, la gran ausente. A fin de cuentas, es la gran artífice de estas elecciones en las que lo imposible corre con grandes chances de imponerse otra vez. Uno de los tres candidatos en danza es creación suya. Fue su socio en aquel regreso sin gloria que, como era previsible, acaba de la peor manera. El candidato en cuestión actúa como si fuera el colmo de la moderación, lo mismo que vendió el tercer socio de aquel pacto electoral (hoy escondido en la presidencia) para poder ser ungido. Reniega tanto de su participación en la génesis misma del gobierno que ahora termina como del aporte que, como ministro en funciones, hace al descalabro general. Y al otro candidato, el de la peluca, ¿no lo trajo ella también? Al menos preparó el terreno, hoy un páramo, para que le apareciera una réplica de signo contrario. Pero ahora ella está en cuarteles de invierno, allá en el sur. Sabe que estas elecciones en las que todo es incertidumbre deparan al menos una certeza: su estrella se apaga, su tiempo ya fue. Pronto sabremos qué es lo que adviene. ¿Será otra cosa o más de lo mismo, en cualquiera de sus dos versiones? De pronto la fila se mueve. De a uno en fondo, entramos al colegio. Y voy camino a depositar mi voto.
12:30 | Massa, un amigo y una cueva a la que nadie molesta
Por Carlos Pagni
El principal rival electoral de Sergio Massa ha sido el dólar. Desde el Ministerio de Economía se hizo todo por controlar el precio de la divisa, que mantiene una relación directa con la inflación. Los entendidos en ese mercado explican: “Los funcionarios arreglaron para que no operen las cuevas grandes, donde están los amigos de ellos. Las chicas son incontrolables”.
Esta última afirmación se verificó, al parecer, en el partido de San Martín. Allí la Policía Federal y la AFIP “persuadieron” a las principales agencias de cambio para que no realizaran compraventas. Por ejemplo, Cambio Baires, debió interrumpir su trabajo en un momento en que el blue ya cotizaba a más de 1000 pesos. Sin embargo, Karuna Group seguía atendiendo a la larguísima fila de clientes que se extendía sobre la calle Ramón Carrillo. Lo curioso es que esa pequeña financiera funciona pared de por medio con el destacamento de la Federal.
Los que buscan una explicación para esta discriminación positiva observan que la filial de Karuna Group de San Martín estaría relacionada con Natalia Eslaiman, la hija de Rubén Eslaiman, uno de los cuatro vicepresidentes de la Cámara de Diputados de la Legislatura bonaerense, en representación del Frente Renovador. Es decir, el hombre más encumbrado de Massa en la cámara en la que otro operador financiero, Julio “Chocolate” Rigau, realizaba sus manualidades con tarjetas de débito de, por decirlo de algún modo, compañeros de trabajo.
Karuna Group es una firma que sorprende por la velocidad con que expandió sus actividades en la provincia de Buenos Aires. También tiene una sucursal muy activa en pleno centro de La Plata, sobre la avenida 7, entre 46 y 47. Quien figura como titular de la empresa es Juan Bautista Melzi. Es el hijo de Carlos Melzi, uno de los más activos dirigentes del Frente Renovador de La Plata que obedece también a Eslaiman. El financista Melzi tiene otra boca de expendio en la localidad City Bell. Como se ve, un ejército al servicio de la lucha de Massa contra los que especulan con los ahorros de los argentinos.
11:30 | Milei “en primera”, ¿fake news estratégica o pronóstico posible?
Por Luciana Vázquez
Hay dos preguntas centrales que atraviesan la jornada de hoy. La primera, si Javier Milei será capaz de garantizar un triunfo en primera vuelta. La segunda, si el nivel de abstención electoral que se registró en las PASO se reducirá lo suficiente como para abrir la posibilidad de desnivelar el escenario de tres tercios imperfectos de la elección de agosto. ¿Cuál de los tres principales candidatos, Milei, Bullrich, Massa, será más exitoso a la hora de captar votos en esa pecera como para desbalancear los resultados en su favor y, finalmente, consagrarse como ganador absoluto o, al menos, como primero y segundo en un eventual ballottage? En este punto, el desafío es mayor para Bullrich y Massa.
“Es probable que ganemos en primera vuelta”, planteó Milei en su cierre de campaña. Los datos conocidos no permiten llegar a esa conclusión. Pero está claro: con los instrumentos de navegación hechos pedazos en medio de la tormenta electoral, la Argentina llega hoy con plena incertidumbre a las urnas. Todo puede pasar.
¿Por qué arriesga ese pronóstico el libertario? Si no se da, ¿quedará expuesto ante la “derrota” de su expectativa? El tema es si es una fake news estratégica o un pronóstico realista. En principio, se ve una estrategia de dos caras. Por un lado, detrás de generar un clima de triunfo anticipado funciona la pretensión de construir una profecía autocumplida de victoria electoral. Por otro lado, de no darse ese triunfo en primera vuelta, se produce otro efecto: sembrar sospechas sobre ese resultado que, para los libertarios, parecía obvio. Milei podrá autopercibirse como víctima de un posible fraude. La Libertad Avanza empezó a construir esa línea interpretativa la semana pasada, cuando denunció esa posibilidad ante la Justicia. En todo caso, Milei sacará ventaja en los dos escenarios.
El resultado final se conocerá después de las 22 horas. Pero hay un dato que se sabrá al cierre del día de votación, a las 18 horas: el nivel de abstención electoral. Si ese indicador baja significativamente en comparación con las PASO, la suerte de los tres candidatos principales seguirá abierta: el quid de la cuestión es quién capturará más votos de ese electorado más apático.
Patricia Bullrich enfrenta el mayor desafío: tiene que asegurar su tercio con el voto dentro de la propia pecera de Juntos por el Cambio, los que optaron por Horacio Rodríguez Larreta en la interna, y, al mismo tiempo, sumar votantes en una pecera más amplia.
En unas horas se define el futuro.
10:30 | Las dos grandes incógnitas de este domingo
Por Jorge Liotti
Naturalmente, la expectativa básica para hoy es saber quién triunfa en la elección. Pero desde el punto de vista del sistema político, también será clave determinar el volumen de apoyo de quién gane, en esencia, si tendremos un presidente que obtiene una diferencia clara sobre sus competidores (ya sea que se imponga en primera vuelta o en el ballottage) o si se repite el escenario de tercios de las PASO.
Si define hoy mismo la contienda, o si saca una ventaja sobre sus rivales de, por ejemplo, ocho puntos, quien sea electo tendrá un margen de maniobra para ordenar un tablero que ya de por sí va a exhibir una alta dosis de fragmentación, con una gran dispersión a nivel de gobernadores, sin mayorías en el Congreso y con ausencia de liderazgos ordenadores a nivel nacional, como los que ejercieron Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Sería una gran sorpresa que le otorgaría una dosis adicional de fortaleza al triunfador. Esa diferencia le permitiría ganar legitimidad y algo de tiempo para encarar el proceso de reformas que todos los candidatos prometen. Solo eso, no mucho más. Con la baja tolerancia social que hoy se percibe, obtener un 39, 40 o 41% de los votos es apenas un plazo fijo, en todo caso renovable si las cosas funcionan.
Pero el otro escenario, que es el que vaticinan las encuestas, implicaría un amesetamiento de los tres candidatos con chances, Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa, en torno de los 28-33 puntos. Demostraría que no hay un preferido claro y que ninguno de ellos logró ejercer algún tipo de atractivo adicional o generar una expectativa especial en dos meses de campaña. También que los votantes son espectadores inmóviles de la devaluación del peso y la escalada del dólar; de los extraños episodios de saqueos/robos que electrizaron al país por unos días; de los casos de inseguridad; de las campañas sucias y las filtraciones; de las frases provocativas de Milei y sus libertarios; de la quita de Ganancias y del uso del aparato estatal que hizo Massa para la campaña; de las internas interminables e indisimulables de Bullrich y JxC; de todo lo que ocurrió tras las PASO. Sería la revancha involuntaria de una sociedad desgastada y desanimada con la política. Implicaría decirles a los candidatos: “Ningún proyecto nos entusiasma demasiado, así que repartimos el voto y arréglense ustedes”.
A 40 años de la restitución democrática, la Argentina se juega hoy la elección más importante en lo que va del siglo XXI. No solo define quién será el próximo presidente; en la bifurcación de caminos está en juego el futuro del país.
9:50 | La campaña más sucia y un final abierto
Por Hugo Alconada Mon
Julio Segundo “Chocolate” Rigau. Martín “Bandido” Insaurralde. Carlos “Audios” Melconian. O la operación de inteligencia ilegal, con cámaras ocultas incluidas, que se desarrolló en el país durante el último año. Además de “fake news” y “operetas”. Los argentinos acuden este domingo a las urnas, en medio de la campaña electoral más sucia desde el retorno de la democracia en 1983. Pero, ¿influyen los escándalos y los “carpetazos” en las urnas?
Los académicos llevan décadas analizando el impacto electoral de las campañas negativas y sucias, que no son lo mismo, con estudios de campo interesantísimos como los desarrollados por los profesores italianos Vincenzo Galasso, Tommaso Nannicini y Salvatore Nunnari, que publicaron sus conclusiones en el “American Journal of Political Science”. O, más atrás en el tiempo y en Estados Unidos, las investigaciones de Spee Kosloff. La respuesta corta es inquietante: depende. ¿De qué? De los votantes.
Escándalos como los que protagonizaron Insaurralde o Rigau, o la filtración de audios de Melconian o de cámaras ocultas no suelen influir en aquellos ciudadanos que decidieron hace tiempo a quién votarán o que acaso militan por un candidato. Pero sí pueden inclinar el voto de los indecisos, que son muchísimos.
¿Un ejemplo? Un estudio desarrollado en 2008 entre estudiantes de la Universidad de Arizona –en su mayoría blancos y no musulmanes- mostró que la creencia de que Barack Obama era musulmán aumentó del 38 al 58% entre los que se declaraban indecisos, del mismo modo que sólo recordarles a los estudiantes su propia edad aumentaba la creencia entre ellos de que John McCain estaba senil. En ambos casos, eso influyó en sus votos.
En ese contexto, los últimos datos de los analistas de opinión en la Argentina mostraron esta última semana que hasta el 20% de los ciudadanos todavía no habían decidido su voto por estas horas. Ese dato no es menor, en un escenario que muestra, también por primera vez desde 1983, que tres candidatos tienen posibilidades serias de llegar a la Presidencia. En ese contexto, cada voto cuenta. Y ese contexto explica la profusión de “carpetazos” y “operetas”.
9:00 | Desayuno de editores
Los argentinos ya están hablando en las urnas: el resultado de estas elecciones presidenciales marcará a fuego el futuro del país. En LA NACION seguimos desde el amanecer la información relevante de este día histórico y, a tono con lo excepcional del momento, abrimos a nuestra audiencia la primera reunión de la mesa de editores. Al comando del secretario general, José Del Rio, los periodistas encargados de coordinar el operativo electoral analizan cuáles son las claves de la jornada, qué consecuencias pueden tener los resultados, dónde mirar cuando empiecen a conocerse los datos del escrutinio, y la perspectiva económica del lunes.
8.00 | El punto de partida de un domingo histórico
Acaban de abrir los colegios de votación. Para empezar el día, tres columnas políticas de la edición de hoy de LA NACION retratan el estado en que se llega a estas presidenciales
- Joaquín Morales Solá anticipa en su habitual columna otro domingo que viene con sorpresas. Describe la perplejidad de los encuestadores ante una sociedad difícil de auscultar y los riesgos que se vislumbran para una economía con síntomas de agotamiento.
- Un artículo de fondo de alto vuelo de Jorge Fernández Díaz, en el que invita a pensar sobre cómo llegamos a esta disyuntiva política. Y plantea que no debe culparse a la democracia, sino más bien mirarnos al espejo.
- Martín Rodríguez Yebra propone mirar el gran desafío de Milei. Convertido en favorito desde su triunfo en las PASO, los focos lo apuntaron y toda la campaña giró alrededor de él. Hoy nos enfrentamos -plantea- a un virtual plebiscito sobre su propuesta de demoler el sistema político argentino. ¿Cómo se reconfigurará esta noche el juego de las expectativas?
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