Elecciones en Tucumán: otorgan un bono de $20.000 que se paga en plena veda y provocó aglomeraciones en los bancos
El Gobierno provincial y el municipal de la capital dieron el plus salarial, que se paga entre hoy y mañana; reconocen que es una medida con oportunismo electoral
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SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.- El folclore electoral tucumano convierte en normal lo que en otros lados sería un escándalo. Cuando faltan pocas horas para que comience la veda, en la calle San Martín, corazón bursátil de esta capital, se formaron filas de hasta 200 metros para acceder a los cajeros automáticos de las casas matrices del Banco Nación y del Banco Macro, que es agente financiero y absorbió el ex Banco de Tucumán. Se paga allí en cash el sueldo de decenas de miles de empleados públicos que no operan por la banca móvil y el bono extra de $20.000 que los gobiernos provinciales y el municipal otorgaron con cálculo para intentar incidir en el resultado de la elección del domingo próximo, cuando se elegirá gobernador, 19 intendentes, 49 legisladores y 93 delegados comunales.
El gobierno provincial, a cargo del peronista Juan Manzur, impedido por un fallo de la Corte Suprema para competir por otro mandato, les dio a los 110.000 empleados públicos un plus salarial de $20.000 no remunerativo y por única vez. La fecha de pago comenzó ayer y termina mañana, al filo de los comicios. La sugestiva medida no dejó a todos contentos: un puñado de jubilados de la policía local se agolpó en la puerta de la Casa de Gobierno para reclamar ser incluidos en el beneficio. “Somos 7500 jubilados que no recibimos el bono y vinimos acá para pedírselo al gobernador”, dijo Sara Lía Nieto a LA NACION mientras hacía sonar una corneta que tapaba su voz.
Para no ser menos y en una suerte de medida espejo, Germán Alfaro, intendente de San Miguel de Tucumán y candidato a vicegobernador de Juntos por el Cambio en fórmula con el radical Roberto Sánchez, también les otorgó el bono a los municipales capitalinos. También es de $20.000 y se paga entre hoy y mañana. En la intendencia capitalina, una de las cuatro de las 19 que no está bajo el mando del PJ, hay 5000 empleados de planta y otros 5000 con contratos temporarios, de los cuales la mitad habrían ingresado en los últimos meses, según precisaron fuentes confiables. Alfaro impulsa para que sea su reemplazante a Beatriz Ávila, su esposa. Ambos ya habían tenido un intercambio de cargos en 2021, cuando Alfaro fue elegido en las urnas senador nacional, pero renunció en tiempo récord para cederle el lugar a su esposa y continuar con su mandato como jefe comunal. Alfaro y Ávila serán esta tarde los anfitriones de Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno porteño que aspira a ser el candidato presidencial de la coalición opositora. “Nosotros nos adherimos a lo que da el gobierno provincial. Si no lo damos, los reclamos se vienen contra nosotros”, justificaron cerca del matrimonio que manda en la capital tucumana.
Tanto desde el oficialismo como desde la oposición relativizaron el oportunismo electoral del pago adicional a los empleados públicos. Sin embargo, fuentes del oficialismo rechazaron de que se trata de clientelismo. “Las filas en los bancos no tienen nada que ver con la elección, todos los días de pago son así. No dan abasto los cajeros automáticos”, dijo a LA NACION Carlos Cisneros, diputado nacional del Frente de Todos y referente del gremio bancario en la provincia. Cisneros, además, desestimó una versión que vinculó al gobierno provincial con el retiro de dinero en efectivo de las casa matriz del Banco Macro para ser utilizado en las elecciones. Una imagen que circuló por las redes sociales alimentó sospechas: fue ayer, en plena siesta y con la city tucumana despoblada, cuando una tropa de 40 cadetes y oficiales de la policía custodió la puerta de la sede bancaria.
Hace cuatro años, cuando Manzur logró su reelección, dispuso por decreto una “ayuda de emergencia” de $3000 que se pagó apenas unos días antes de los comicios a pesar de que la medida oficial (decreto 1328/3) se había publicado un mes y seis días antes. El reparto del dinero se hizo en el Hipódromo y a cuatro cuadras de la Casa de Gobierno, enfrente del edificio de los tribunales, y con la veda electoral en curso. La excusa oficial de aquella vez para justificar la cadena clientelar fue que se destinaron recursos para atender el pago de subsidios de programas sociales y ayudas varias.
Como un reflejo de la economía informal, Tucumán se maneja en efectivo. A las aglomeraciones en los cajeros automáticos se suman las filas en las cuevas financieras, donde reconocen en off the reccord que creció la demanda en los bancos para obtener cash. Los taxis y remises, otro eslabón clave para la maquinaria electoral, cobran por adelantado y en efectivo los servicios que prestarán el domingo para los candidatos. Cobrarían $15.000 por media jornada, de 8 a 13, según dijo un taxista que el día de la elección trasladará votantes del barrio Ejército Norte. “Lamentablemente aquí se mercantilizó la política. Se paga entre 5000 y 7000 pesos por un voto, se traslada gente. Se prostituyó”, admitió a LA NACION en una ligera autocrítica uno de los hombres de peso en el armado del PJ tucumano.
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