Elecciones en Córdoba: los candidatos instan a la gente a votar y comienza la batalla de los “boca de urna”
Hasta el mediodía el movimiento en la ciudad capital era escaso; sí había más electores en los lugares del interior que eligen intendentes
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CÓRDOBA.- Las elecciones en Córdoba se desarrollan sin inconvenientes importantes. Este domingo se define si continúa en el poder el peronismo cordobés, ampliado en el “frente de frentes” bajo el rótulo de Hacemos Unidos por Córdoba, o si Juntos por el Cambio (JxC) logra poner fin a ese ciclo de 24 años de gobiernos de Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota. La incógnita a media jornada es cuántos de los 3.050.212 de electores habilitados en toda la provincia (distribuidos en 9060 mesas) concurrirán a votar. El gobernador Juan Schiaretti y los candidatos Luis Juez (JxC) y Martín Llaryora (Hacemos Unidos por Córdoba) insistieron en pedirle a la gente que concurra a las urnas.
Los primeros resultados estarían alrededor de las 20 ya que se utiliza, por cuarta vez, la boleta única de papel.
En la última elección a gobernador, en 2019, la participación fue del 72,6%. Caso igualó la votación provincial con menor presencia de electores, en 2007, con 72%. En las casi 160 elecciones municipales que ya se realizaron en la provincia hubo ciudades importantes -como La Falda y Jesús María-, donde la concurrencia cayó diez puntos respecto a las anteriores.
En el interior de la provincia, particularmente donde hoy se eligen intendentes, hay más movimiento en las escuelas. En total, 229 municipios y comunas (de los 427 que tiene la provincia) renovarán este domingo sus autoridades.
Al salir de la escuela donde votó, Llaryora instó a los cordobeses a participar: “El clima es muy lindo para venir a votar y luego disfrutar de las plazas y parques. Cumplimos 40 años de democracia y hay que sostenerla con el voto popular”. También subrayó que es “importante” el resultado de Córdoba en las elecciones a nivel nacional: ante la presencia de medios de todo el país, aprovechó para defender durante 20 minutos la candidatura presidencial de Schiaretti, que se presentarán en las elecciones del 13 de agosto junto a Florencio Randazzo.
“Tenemos la oportunidad de que Schiaretti sea presidente del país. El modelo de Córdoba sacaría a la Argentina a del atraso”, afirmó Llaryora. E insistió con uno de sus argumentos de campaña: que con el gobernador comparten un “estilo de gestión, de hablar poco y hacer mucho, y que aburre. Si le dieran un lugar a un gobernador como Schiaretti, la Argentina sería un país distinto”.
“Muchos dirigentes viven del insulto, del odio, y cuando les toca gestionar no tienen con quién”, agregó Llaryora. Hablaba del escenario nacional, pero sus dichos parecieron dirigidos a su rival local, Luis Juez.
Juez concurrió a votar acompañado del radical Rodrigo de Loredo, candidato a intendente de la ciudad de Córdoba. Habló mucho y siempre bordeó la ruptura de la veda electoral, ya que repitió sus propuestas de gobierno y siguió con las críticas al oficialismo provincial. Admitió que hay una “gran expectativa” de los referentes nacionales de su espacio en esta compulsa pero dijo “nos vamos a manejar con mesura, con prudencia, ya nos conocen cómo somos”.
Volvió sobre la invitación de Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales para que Schiaretti se sumara a Juntos por el Cambio. “No necesitamos tutores del puerto”, ratificó. Al igual que su rival, Juez pidió no dejar de elegir: “No hay excusa para no ir a votar. Hace un día espectacular; hay que hacer que la gente vote. La apatía es funcional a la continuidad de los modelos”.
Schiaretti, quien a fin de año dejará el Poder Ejecutivo provincial luego de 24 años en los que se alternó con De la Sota, cumplió con su cábala de votar con su tradicional campera roja, aunque esta vez no como candidato provincial, sino como aspirante a la presidencia.
En la charla con los periodistas -en la que no quiso responder preguntas sobre el temas nacionales- pidió varias veces a los cordobeses que concurran “masivamente” a votar. “Se está votando con absoluta normalidad en toda la provincia. Quiero pedirle a todos los cordobeses que ejerzan su derecho a votar, que concurran masivamente a ejercer el voto”.
Comienza la puja de los boca de urna
Antes que la jornada electoral en Córdoba quebrara el mediodía, la habitual batalla de los sondeos de boca de urna se instaló entre Llaryora y Juez. Desde ambas trincheras, como era de esperar, se declararon vencedores en los pronósticos.
Uno de los estudios que difundieron en el oficialismo marcaba una ventaja abultada en favor de Llaryora, superior a la esperada por el propio oficialismo y contraria a la lógica con la que el peronismo cordobés anticipaba resultados en los días previos: el sondeo mostraba una mayor diferencia en el interior provincial que en la ciudad capital, que tiene a Llaryora como intendente.
El informe difería incluso con los números que manejaban cerca del candidato, donde registraban una diferencia menor sobre Juez, aunque mostraban preocupación por la baja cantidad de jóvenes -donde esperan hacerse fuertes- que habían asistido a votar durante la mañana.
El equipo de Juez, por su parte, sostenía números que lo daban ganador, pero por un margen muy estrecho, en torno a los dos puntos. Con el correr de las horas, los boca de urna de los juecistas ampliaban hasta el doble la ventaja. Pero los sondeos de los llaryoristas mostraban la tendencia contraria.
El interés que genera la elección del segundo distrito electoral del país (8,69%) y el hecho de que Schiaretti sea precandidato a presidente, hará que esta tarde lleguen a esta ciudad Patricia Bullrich y Florencio Randazzo. La precandidata de JxC arribará unas dos horas antes de que cierren los comicios para “evitar especulaciones”, dijeron sus allegados. No estará Rodríguez Larreta, quien fue el que más apoyó a Juez hasta que el vínculo se quebró con su propuesta de PASO ampliada. Randazzo viene porque trabajó en el armado de Schiaretti y es su compañero de fórmula.
Cierre de listas con heridos en la previa
Ayer fue una jornada atípica, ya que la veda electoral coincidió con el cierre de listas a nivel nacional, con lo que los candidatos y principales referentes de cada sector estuvieron involucrados en los debates y discusiones. Una “sorpresa” es que, por primera vez en la última década, dos nombres claves de la política cordobesa quedaron afuera de las nóminas, el del kirchnerista Carlos Caserio y el del radical Mario Negri.
Negri, cuando votó, se ocupó de aclarar que quedó afuera de las listas porque propuso una boleta de unidad, pero que Bullrich la rechazó. “Claro que no estoy enojado, no tengo más que agradecimiento con los dos”, dijo en referencia a la precandidata de JxC y a Rodríguez Larreta, el otro jugador de la alianza. En diciembre próximo, Negri termina su mandato en el Congreso: “Si somos gobierno y alguien piensa que puedo ser útil, me sumaré. Sino seguiré mi vida”.
El fin de ciclo que pone en juego la elección
Si se impone el oficialismo, el nuevo ciclo cordobés estará dado por la renovación generacional que encabeza Llaryora dentro de la fuerza que llegó al poder con De la Sota en 1999, desplazando al radicalismo, que gobernaba desde 1983. Si el vencedor es Juez, y pese a su origen peronista, pondrá fin a un cuarto de siglo en el poder de la estructura del PJ.
JxC tuvo su primer banco de pruebas en esta provincia: en la elección municipal de Marcos Juárez, en 2014. Desde entonces, la alianza siempre ganó en las votaciones para Presidente y legisladores nacionales y controla varios municipios. Pero nunca logró imponerse contra el peronismo en el plano provincial.
Si es derrotado, Juez también enfrenta su propio fin de ciclo. Dijo que esta, su tercera postulación a la gobernación, será la última. Continuará como senador, cargo para el que fue electo en 2021, pero en la provincia el “juecismo” deberá analizar cómo se reordena y quiénes son las figuras que cobrarán relevancia. En la UCR también ya comenzó un recambio: apellidos significativos como los de Mestre y Negri perdieron peso frente al ascenso de Rodrigo de Loredo (Evolución Radical), candidato a intendente capitalino en las elecciones del 23 de julio.
Llaryora fue “bendecido” por Schiaretti en octubre pasado, con lo que adelantó los tiempos de campaña. Su compañera de fórmula es Myrian Prunotto, intendenta radical de Juárez Celman. El oficialismo provincial aprovechó las internas de la alianza opositora y sumó en los últimos dos meses varios dirigentes de sus filas, como el expresidente de Pro, Javier Pretto. Incluso en el último día de campaña incorporó a Gabriel Frizza, exintendente de Jesús María y exjuecista. En JxC los califican de “traidores” y aseguran que no les hace mella en la intención de sus votantes.
Juez competía con De Loredo por la candidatura a gobernador y la puja se resolvió con una encuesta. Juez esperaba que el diputado lo acompañara como vice, para traccionar el voto de la UCR y de la capital cordobesa, distrito clave porque agrupa el 37% del padrón provincial. Allí, Juez batalla contra el recuerdo de las penurias que afrontó su gestión como intendente (2003-2007) y Llaryora, de la mano de un ambicioso plan de obras públicas provinciales, busca fundar su bastión. Marcos Carasso, titular del radicalismo provincial y ligado a Mario Negri, acompaña a Juez en la fórmula.
La campaña fue de baja intensidad y solo cobró temperatura en el sprint final, cuando Rodríguez Larreta y Gerardo Morales propusieron sumar a Schiaretti a la coalición opositora. Juez se subió al ring, donde mejor se mueve, para denunciar los designios “del puerto” y ganó protagonismo. Todos los referentes nacionales del ala dura de Juntos por el Cambio, incluso Mauricio Macri -con quien Juez estuvo distanciado- apoyaron al senador. La jugada pudo haberle costado muy caro a Larreta en el electorado cordobés.
El eje de la campaña de Juez pasó por la inseguridad, el pedido para que le den la “oportunidad” de administrar la provincia y culminó con la advertencia de que, de la mano de Llaryora, el kirchnerismo desembarcará en Córdoba. Llaryora ignoró esos planteos, argumentó en torno a la “continuidad” y a la “gestión”, que tiene como bandera a la obra pública. JxC apuntó a que esos 24 años en el poder son un “riesgo” y se deben terminar.
La última elección provincial, en 2019, fue atípica, porque lo que hoy es JxC se presentó dividido en tres. Juez se separó de la alianza y se postuló para la intendencia de la capital provincial y la UCR llevó una lista encabezada por Mario Negri y otra por Ramón Mestre. Schiaretti, en ese escenario, obtuvo una victoria aplastante. Con una participación del 72,5% de los electores, logró el 57,3%; Negri sumó 18,8% y Mestre 11,6%. Los votos en blanco, hace cuatro años, representaron el 5,8%.
Para el kirchnerismo, Córdoba es “terreno hostil”, como lo calificó el actual presidente Alberto Fernández. En 2015 llevó como candidatos a gobernador a Eduardo Accastello (hoy ministro de Schiaretti) y al humorista “Cacho” Buenaventura. Salieron terceros, con 17,7%. En 2019 no presentaron lista por una decisión del Instituto Patria y ahora -con el nombre Creo en Córdoba- postulan a Federico Alesandri (intendente de Embalse e hijo de un histórico dirigente peronista de Calamuchita) junto a Gabriela Estévez, referente de La Cámpora y diputada nacional. Estévez se anotó ayer como candidata a diputada nacional.
En la pelea por terciar aparecen también los libertarios, pero llegan divididos en dos fórmulas y sin el aval de Milei, que maneja buenos números en los sondeos locales, pero decidió no poner el cuerpo en Córdoba. El abogado Rodolfo Eiben se postula por el Frente Liberal Demócrata Desarrollista y Agustín Spaccesi anotó el nombre La Libertad Avanza.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores postula a Liliana Olivero; Encuentro Vecinal Córdoba lleva como candidato a Aurelio García Elorrio; el Partido Humanista, a Fernado Schüle; el Nuevo MAS, a Julia Di Santi; el Partido Popular, a Patricia Bon, y Unión Popular Federal, a Mario Peral.