Elecciones en Córdoba: con una fiesta empañada por las demoras, Martín Llaryora habló de un cambio de era: “Empieza una nueva provincia”
El candidato del oficialismo provincial lamentó que no estuviera el escrutinio terminado y estimó que ganará con una diferencia de tres puntos; ratificó la coalición ampliada, también “para gobernar”
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CÓRDOBA.- Martín Llaryora, el delfín de Juan Schiaretti, afirmó que las “tendencias” indican que es el gobernador electo de Córdoba. Cuando habló tenía una diferencia de casi 54.000 votos con su rival de Juntos por el Cambio (JxC), Luis Juez. “Los máximos perjudicados hoy en esta jornada que, a esta altura no tiene resolución, somos todos los cordobeses. A esta altura deberíamos tener todos los resultados y no los tenemos. Pero sí tenemos los escrutinios provisorios que, con el 90%, nos dan 50.000 votos de diferencia. No podemos festejar como nos merecemos. A esta altura todos tienen las actas y la tendencia irreversible, por eso somos los más perjudicados”. Enfatizó que se trata de una “nueva generación” que “empieza una cuenta de cero”.
Un Llaryora visiblemente golpeado en lo anímico subrayó: “Lo que debería ser una fiesta de la democracia se ve empañada porque los resultados no están”, pero calificó de “elección maravillosa” a la de la ciudad capital. Lamentó que “con la tecnología disponible” no estén los resultados. “No podemos festejar como nos merecemos pero no es por culpa nuestra”, dijo, y pidió un “aplauso” para el resto de los candidatos.
“Hoy empieza una cuenta de cero. Tenemos que reconocer y recordar a aquellos que forjaron el gen cordobés, como José Manuel de la Sota y, ni que decir, de quien trabaja todos los días para hacer una Córdoba mejor y que me gustaría que fuera el próximo presidente. Desde el 10 de diciembre vamos a trabajar para todos los cordobeses, para aquellos que nos votaron y los que no nos votaron. Nosotros somos una nueva forma de hacer política. Somos una nueva era. Les agradecemos por estos 24 años, pero empieza una nueva provincia. Entendemos claramente que el signo de nuestro tiempo no es la grieta, no es el odio”.
Llaryora es la renovación generacional del peronismo local que lleva 24 años en el poder. Es la primera vez, desde 1999, que un nombre diferente al de José Manuel de la Sota y Schiaretti asumirá en la Provincia. Con el actual intendente llegarán dirigentes más jóvenes que intentarán darle continuidad al “cordobesismo” pero, seguramente, con sello propio. La de este domingo fue una elección que puso a prueba este modelo y que se enfrentó a una oposición, la de Juntos por el Cambio (JxC), unida.
Reivindicó el haber hecho una coalición ampliada que hizo, que por primera vez en la historia, Córdoba tenga una vicegobernadora radical, Myrian Prunotto. Llaryora subrayó que “ampliarán” el gobierno a distintos sectores para “buscar más diálogo, más consensos, para que la provincia crezca”.
Los candidatos y el gobernador llegaron al búnker después de que Juez dijera que había que esperar el estrutinio definitivo y que el “partido no terminó”, aunque sútilmente reconoció la derrota. Sin embargo, Schiaretti no se dejó ver; su intento de darle proyección nacional se mancó por los problemas técnicos que demoraron el escrutinio. A los festejos del oficialismo se sumaron Florencio Randazzo, compañero de fórmula de Schiaretti a nivel nacional y Diego Bosio.
Llaryora tiene 50 años; fue concejal y dos veces intendente de San Francisco, ministro de Industria de Córdoba, vicegobernador, diputado nacional y en la actualidad es intendente de la capital provincial. En octubre pasado, Schiaretti lo designó candidato y dijo estar convencido de que es el perfil que puede garantizar la continuidad del “modelo cordobés”.
La participación en esta elección terminó cinco puntos por debajo de la del 2019 cuando Schiaretti obtuvo una victoria aplastante con 57% de los votos frente a una oposición dividida en la que Mario Negri sacó 18,8% y el 11,6%, Ramón Mestre. En aquella votación el peronismo local, ya ampliado, perdió solo el departamento Pocho; una actuación que no se repitió este domingo.
Daniel Passerini, viceintendente y candidato a intendente de la ciudad Córdoba, fue el primero en subir al escenario con el 65% de los votos escrutados y anunció que la diferencia lograda en la capital provincial permitió que Llaryora “sea el nuevo gobernador”; pidió seguir trabajando para “construir el triunfo del próximo 23 de julio”, cuando se elige en ese distrito. “Hoy hicimos el primer tiempo -manifestó Llaryora- Y dentro de un mes vamos a ganar la ciudad de Córdoba”.
El triunfo en la capital -aunque por menos de lo esperado- le permitirá a Llaryora pasar “factura” a los jefes departamentales del interior donde se esperaba una mejor performance; se perdieron departamentos grandes claves como Río Cuarto y San Martín. Los dos departamentos en donde el electo gobernador gestionó los ganó: Capital y San Justo (la ciudad cabecera es San Francisco).
Cambio de clima
Después del mediodía comenzó el cruce fuerte de encuestas y, pese a que desde la fórmula opositora, insistían en que tenían una ventaja, los dirigentes de Hacemos Unidos por Córdoba subrayaban que estaban “tranquilos” y adjudicaban a “operaciones” los números que presentaban desde el juecismo.
Cuando empezaron a cargarse los números en la Justicia Electoral, alrededor de las 19, JxC estaba al frente, una diferencia que fue menguando a medida que se empezaron a sumarse mesas. En ese interín, algunos dirigentes hablaron en el búnker del oficialismo y señalaron que, en una votación “polarizada” seguían “confiados” en los resultados.
El clima fue cambiando: arrancó eufórico y después fue tornándose más cauto. Los equipos y candidatos esperaron los resultados divididos en dos áreas del centro de convenciones. Apenas pasadas las 20, se cantó por primera vez la marcha peronista (que se repitió varias veces cuando ni siquiera en el acto de cierre se había entonado); poco después empezó a sonar el “Martín Llaryora gobernador”. El festejo empezó a perfilarse a las 21:20, cuando el oficialismo tomó la delantera en el escrutinio pero la espera hasta casi las 2 de la mañana se hizo tensa y “eterna”.
Las otras fuerzas
Al filo de la medianoche el tercer puesto en una elección polarizada era para Encuentro Vecinal Córdoba que llevó como postulante a Aurelio García Elorrio (cuya incorporación a JxC se barajó y se terminó rechazando).
Por poca diferencia se enlistaron detrás La Libertad Avanza con Agustín Spaccesi, una fuerza por la que Javier Milei no realizó campaña; el Frente de Izquierda y de Trabajadores con la candidata Liliana Olivero y, después, Creo en Córdoba, el nombre con el que compitió el kirchnerismo.
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