Elecciones en Chile: las señales de alerta que dejaron los comicios más polarizados de los últimos años
El ballottage entre Gabriel Boric y José Antonio Kast del próximo 19 de diciembre se anticipa como un espacio que podría generar grados de tensión aún mayores en el debate público, y que exacerbará los extremismos
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SANTIAGO DE CHILE.- En una jornada vibrante y que confirmó el halo de incertidumbre que rodeó la antesala de los comicios más fragmentados de los últimos años, las elecciones presidenciales chilenas reflejaron la profunda polarización que experimenta el país y allanaron el camino para un ballottage que promete exacerbar aquellas diferencias.
Si con siete candidatos en escena las ideas más radicales de cada sector se enfatizaron en el fragor de la contienda electoral, el choque entre Gabriel Boric y José Antonio Kast del próximo 19 de diciembre se anticipa como un espacio que podría generar grados de tensión aún mayores en el debate público y que también visibilizará posiciones más extremas de parte de sus adherentes.
Sin embargo, y pese al ruido que podría generar la evolución de esa contienda en la pelea por el voto, ambos candidatos tienen claro que al contar solamente con un 30% del apoyo, sí o sí deben tender puentes con sectores más moderados y que, si no son capaces de matizar sus posturas, asoma complejo que puedan imponerse en el desempate.
La gran sorpresa corrió por cuenta de Franco Parisi, un candidato que hizo su campaña desde el extranjero y sin pisar territorio chileno, de manera 100% virtual, sin participar en debates, y que sumó un importante apoyo que no estaba en ningún análisis previo. A partir de este lunes, su bolsón de votos será un botín preciado por Kast y Boric, aunque en la práctica ese apoyo podría volcarse hacia el líder del Partido Republicano por su perfil liberal.
El batacazo de Parisi, en tercer lugar con el 50% de los recuentos, también implica una señal contundente hacia la nueva era política que atraviesa el país y la consolidación de una alternativa populista, alejada incluso de los estándares mínimos. Parisi no ha venido al país por una deuda de pensión de alimentos, pero en la práctica aquello no significó un declive.
Con el mapa político completamente reordenado y con la confirmación de una participación que no superó los máximos históricos, el efecto del referéndum que apoyó la creación de una nueva Constitución con un 80% de apoyo al “Apruebo” también quedó completamente diluido y pone puntos suspensivos con respecto al plebiscito de salida que deberá enfrentar la aprobación de una nueva Carta Magna el año próximo.
En ese sentido, otro elemento sorpresivo es el vuelco de la predilección de los chilenos. Si hace dos años, millones de personas salieron a las calles a exigir cambios estructurales y le pusieron la lápida al gobierno de Sebastián Piñera, hoy buena parte de electorado le dio el triunfo a un seguidor del modelo neoliberal que se exacerbó durante el gobierno de Augusto Pinochet.
La derecha, expectante
Otro aspecto que debe considerarse es que, por primera vez desde el retorno a la democracia, no estará en segunda vuelta un representante de los bloques históricos de centroderecha y centroizquierda que gobernaron Chile en los últimos 30, quedaron relegados a un cuarto y quinto lugar. Las derrotas de Yasna Provoste, Sebastián Sichel y Marco Enriquez-Ominami significaron un duro golpe para un sector que navegó en el status quo durante año.
Con todo, la situación del líder de la derecha más dura es expectante. Con un 85% del escrutinio, alcanzó un 28% de apoyo frente a los 25,5% de Gabriel Boric. Para el bollattage, Kast es quien queda mejor parado por los apoyos y el caudal de votos que podrían sumarse a su favor: los simpatizantes de Sebastián Sichel (12,5%) y Franco Parisi (13%) deberían apoyarlo en una negociación, y a Boric no le alcanza con el tándem de Yasna Provoste (11,8%) y Marco Enríquez-Ominami (7,6%).
Las caras largas que se vieron en el comando de Gabriel Boric también respondieron a derrotas en regiones emblemáticas, y que probablemente replantearán su estrategia, en un resultado tibio y que se obtuvo en un contexto favorable, que el líder de la izquierda antiliberal no aprovechó y generó movilización: el peor momento del presidente Piñera.
Por eso, y como han sido conocidos sus intentos de sumar apoyos en los moderados, aquella intención podría chocar con lo que pretende el Partido Comunista y el respeto a un programa de gobierno que se diseñó entre ambas fuerzas. Otro desafío que tiene el líder de Apruebo Dignidad es aumentar su votación en zonas que le dieron la espalda como el norte chileno, un lugar donde el tema de inmigración es prioritario; y en la región de La Araucanía, epicentro del conflicto mapuche, y donde Kast le propinó una contundente derrota al candidato de izquierda.
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