Elecciones 2023 | Massa quedó satisfecho por el debate y siente que expuso las debilidades de Milei
Desde el equipo de comunicación estimaron que cumplió los objetivos pautados y “acorraló” al libertario con acusaciones; esquivó temas conflictivos como la inflación o la relación con el kirchnerismo
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En la previa, desde el equipo de comunicación enfatizaban que la estrategia de Sergio Massa en el debate sería dejar en claras “las contradicciones” de Javier Milei, sus cambios de postura, con hincapié en la etapa que siguió al acuerdo con el expresidente Mauricio Macri incluido. Desde el búnker del tigrense afirmaron, al terminar el tenso intercambio, que el postulante cumplió con creces su objetivo, acorralando a su adversario, obligándolo a definirse en sus temas polémicos y hasta poniendo en duda su equilibrio mental.
“Ganamos y nos llevamos los tres puntos, ahora hay que seguir trabajando y explicando”, dijo el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, en el final de una jornada que terminó con un Massa sonriente tirando besos a la tribuna, dede donde su esposa Malena Galmarini le gritaba “te amo”.
“Logramos que quede claro que Milei no entiende los temas”, acotó, satisfecho, uno de los integrantes de la mesa chica que asesoró al candidato, que atacó desde el minuto uno los puntos polémicos de la propuesta de gestión del libertario, buscando respuestas que en algunos casos no llegaron. “Lo vimos muy flojo a Milei, y a Massa mejor preparado”, enfatizó el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, que pasó el debate junto a sus colegas peronistas, de frente a los dos postulantes.
Los ataques de Massa a Milei por sus elogios a la exprimera ministra Margaret Thatcher, o la mención a su frustrada pasantía en el Banco Central, o la referencia a que Mauricio Macri, Patricia Bullrich y el resto de los referentes de Juntos por el Cambio lo dejaron solo, eran evidente parte de una táctica agresiva que tuvo su correlato en las redes sociales, ya que al mismo tiempo que el candidato las enunciaba aparecían videos con declaraciones de Milei que las convalidaban.
“Esto se juega acá, pero también mañana en las redes y toda la última semana”, reflexionó un intendente bonaerense jugado por la candidatura del tigrense, que también estuvo presente.
Todo había comenzado a las 21, cuando Massa comenzó a caminar el escenario en sus palabras de inicio, algo que repetiría en sus dos minutos finales. Con Galmarini y el vicejefe de gabinete Juan Manuel Olmos en la platea lateral, y el jefe de campaña Eduardo “Wado” de Pedro a pocos pasos, Massa iniciaría su tarea de demolición del candidato libertario, al que varias veces logró hacer dudar, pero que también le retrucó con gracia algunas de sus acusaciones.
“¿Vas a eliminar los subsidios? ¿Vas a dolarizar? ¿Vas a privatizar Vaca Muerta?”, insistía el candidato de Unión por la Patria, para luego cumplir, a juicio de sus colaboradores cercanos, con otro de los objetivos propuestos: mostrar a un Milei exaltado, enojado, sin reflexión. “No te pongas agresivo, lo que esperan los argentinos son propuestas”, agregaba Massa mirando a la cámara, casi sin mirar al adversario.
En ese extenso primer bloque de intercambios, Massa volvió a algunos de los ejes del primer debate, como cuando pidió a Milei que reiterara su pedido de disculpas al Papa Francisco, o cuando acusó a los libertarios de no “prestarle importancia” al reclamo por las Islas Malvinas. “Vino a desmentirse de lo que dijo en la campaña”, dijo mirando a cámara, luego de haber recordado los elogios de Milei a la ex primera ministro británica en tiempos de la guerra de Malvinas. “Malvinas y el Papa fueron dos puntos fuertes de Sergio, y Milei se mostró débil ahí”, comentó uno de los asesores de política exterior del candidato, cuyo referente es el actual embajador en Suiza, Gustavo Martínez Pandiani.
Hubo, además, dos alusiones personales fuertes hacia Milei. La primera, cuando acusó a la familia del candidato de “tener una cuenta afuera”, con los padres de Milei en la platea. La sorpresa de los presentes volvió a repetirse cuando Massa recordó al libertario en la cara que “hiciste una pasantía en el Banco Central, y no te la renovaron”. En el final de esa parte, durante el descanso, las sonrisas se multiplicaron en UP, y allí Martínez Pandiani se llevó los dos dedos índices a las sienes mientras conversaba con Ignacio de Mendiguren, en un gesto que intentaba elogiar la inteligencia del candidato.
En el segundo bloque, Massa pareció algo más contenido. Fue cuando explicó su propuesta de cambiar planes sociales por trabajo genuino, uno de sus caballitos de batalla, aunque allí Milei le respondió enrostrándole el déficit fiscal, con el taquillero “el problema es el Estado”.
“Estamos muy bien, Milei no entiende los temas”, comentaban en la platea massista cuando el candidato de UP comenzaba a coincidir con el libertario por única vez en la noche: cuando hablaron de cómo combatir la inseguridad y citaron al ex alcalde de New York, Rudolph Giuliani, quien fuera asesor del tigrense a su paso por la intendencia de esa localidad del norte bonaerense. ¿ Atacó porque va perdiendo en las encuestas? “Para nada, si estamos bien hasta en la ciudad de Buenos Aires”, comentó a LA NACION el exdiputado y abogado laboralista Héctor Recalde, en comentario optimista.
Massa atinó a dar respuestas preparadas y algo limitadas cuando Milei tocó temas sensibles, como el Juicio a la Corte Suprema que se lleva adelante en la Cámara de Diputados impulsado por el kirchnerismo, los aprietes a la Justicia, el pacto con Irán o la muerte del fiscal Nisman. “Esto no es Cristina contra Macri, ellos ya tuvieron su oportunidad. Esta vez somos vos o yo”, repitió Massa en varias ocasiones, para tirar-en términos futboleros-la pelota afuera. Pareció algo incómodo, aunque siguió mirando sus papeles como si nada ocurriera, cuando Milei apeló a afirmar que “la casta son los políticos ladrones, empresarios prebendarios que son amigos tuyos, sindicalistas con los que vos te reunís”. Allí, Massa retrucó con la relación de muchos años que unió a Milei con el empresario Eduardo Eurnekian, algo que el libertario no negó.
Faltaba el alegato final, y en el medio del salón de actos, el kirchnerismo conformaba rondas para comentar las alternativas del debate. En una de ellas, el gobernador bonaerense Axel Kicillof compartía conceptos con el ex candidato a jefe de gobierno porteño, Leandro Santoro, y la titular de la Cámara baja, Cecilia Moreau. El cristinismo fue amplia minoría, con la legisladora Paula Penacca como una de sus representantes más emblemáticas además de De Pedro, y el albertismo con una representación institucional y discreta como la del secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.
En el final, Massa volvió a caminar, con las manos libres y un discurso que apelaba a sus abuelos y padres inmigrantes, a su deseo de gobernar el país “para dejarle un mejor país a mis hijos”. Sin autocrítica por el espiral inflacionaria, o la escasez de reservas en el Banco Central, aplaudió satisfecho y se rió con el “Massa presidente” que atronó el salón de la planta baja de la Facultad de Derecho. Disfrutó de ser el centro de la escena, antes de irse por el lado contrario del de Milei, ya pensando en la última semana de campaña antes de las elecciones del próximo domingo 19.
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