Escoltada por Macri, Bullrich llamó a dar vuelta la elección: “Me preocupan las ideas de Milei, son malas y peligrosas”
La postulante presidencial de Juntos por el Cambio encabezó un acto en Lomas de Zamora, epicentro del escándalo por el “yategate”; el exmandatario dijo que el libertario “no puede garantizar ningún cambio”
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Con el objetivo de conseguir un empuje crucial en el conurbano bonaerense para alcanzar el ballottage, Patricia Bullrich, la candidata a presidente de Juntos por el Cambio, cerró hoy su campaña electoral con vistas a las elecciones generales del próximo domingo con un acto militante en Lomas de Zamora, el bastión de Martín Insaurralde, aliado del kirchnerismo y protagonista del escándalo por el “yategate”.
A lo largo de su discurso, Bullrich llamó a revertir el resultado de las PASO y se mostró esperanzada de que JxC podrá forzar una segunda vuelta. Cuando restan pocas horas para el arranque de la veda, la aspirante no solo lanzó una batería de críticas contra Sergio Massa, sino que también arremetió con dureza contra Javier Milei, el ganador de las primarias y favorito para los comicios del domingo. “Me preocupan las ideas de Milei, son malas y peligrosas”, advirtió. En ese marco, rechazó la intención de los libertarios de romper las relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras el papa Francisco siga al frente de la Santa Sede, según expresó Alberto Benegas Lynch (h), referente intelectual de Milei, durante el cierre de campaña que hizo el miércoles La Libertad Avanza en el Movistar Arena, en Villa Crespo.
En un enfático mensaje, Bullrich defendió las banderas y valores de Juntos por el Cambio y ensayó una fuerte arenga para que los argentinos concurran a votar. En el espacio se ilusiona con beneficiarse con una suba significativa de la concurrencia a las urnas. De arranque, Bullrich condenó la corrupción en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, revalorizó la pelea contra el narcotráfico y la integración al mundo, pero enseguida se ocupó de ser muy crítica con Milei y sus propuestas más polémicas. De hecho, buscó machacar en las contradicciones del libertario, como su proclama anticasta y su alianza con Luis Barrionuevo.
“¿Ustedes tirarían a un chico a una pileta vacía para que se rompa la cabeza? Reflexionemos. De un lado, tenemos a los que hace veinte años vienen destruyendo el país y, del otro, a uno que nos dice: ´tirate a la pileta´, ´dolarizamos sin dólares´, ´vendé tus órganos´, ´liberamos las armas´. El único cambio real en Argentina somos nosotros”, puntualizó.
La exministra movilizó a casi toda la cúpula de JxC a nivel nacional y la mayoría de los jefes del espacio en Buenos Aires hasta Lomas de Zamora, epicentro de uno de los casos de corrupción que sacudieron la campaña en el tramo final de la disputa por la Presidencia. Arropan a Bullrich desde el expresidente Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, a quien derrotó la exfuncionaria en las PASO del 13 de agosto, y Diego Santilli, María Eugenia Vidal o Cristian Ritondo hasta Ernesto Sanz, Maximiliano Abad y José Luis Espert.
En varios pasajes de su alocución, se dedicó a confrontar con Unión por la Patria. Aprovechó la puesta en escena en la Plaza Raúl Alfonsín, ubicada a diez cuadras de la sede municipal -debieron modificar la locación por una sorpresiva jugada del oficialismo local- para destacar su lucha contra “las mafias”. “Este domingo es un día muy especial, porque este domingo vamos a terminar con el kirchnerismo de una vez y para siempre. Vine a Lomas de Zamora porque la pornografía brutal de Insaurralde es lo que nos ha llenado el vaso de veinte años de robo y corrupción kirchnerista”, exclamó Bullrich.
Luego, llamó a dar vuelta la elección y apuntó contra los que proponen una “maqueta de cambio”. “Por primera vez, en los cuarenta años de democracia, el cambio tiene más fuerza y más poder que el ‘continuisimo’ y el kirchnerismo. Esto significa que el cambio es mayoría en los votos, pero también es mayoría con los gobiernos, con diez gobernadores, 500 intendentes, con legisladores, con senadores para sacar las leyes que el cambio necesita”, remarcó.
Además, sostuvo que Massa es el “peor ministro de Economía” que tuvo el país en su historia. El postulante de Unión por la Patria fue un blanco recurrente de sus dardos en un mensaje de más de media hora. Es que Massa será su principal oponente en la puja por el segundo puesto, según estiman la mayoría de las encuestas. “Hay que cambiar la angustia por fuerza y convicción. El domingo ganamos”, subrayó. A sabiendas de que necesita un repunte para entrar al ballottage, les pidió a sus fervientes seguidores que vayan a convencer a los indecisos antes de la compulsa del domingo.
“Les propongo un cambio verdadero, definitivo para devolverle al país y a la provincia lo que nos robaron. Para que la plata valga y valga la pena vivir en Argentina”, resaltó la candidata presidencial de JxC, quien destacó que tiene un “plan claro” y experiencia para gobernar el país, que sufre un deterioro por la crisis económica. Y llamó a no darle el control del Estado a “improvisados”, en una clara alusión al elenco de La Libertad Avanza.
Además, Bullrich irrumpió en el escenario escoltada por su compañero de fórmula, Luis Petri, su candidato a ministro de Economía Carlos Melconian y el aspirante a la gobernación bonaerense Néstor Grindetti. Uno de los protagonistas del acto es Guillermo Viñuales, postulante a intendente de JxC en Lomas de Zamora, quien aspira a capitalizar el impacto del “yategate” para desbancar al kirchnerismo de un distrito clave de la tercera sección electoral.
La lucha contra la corrupción fue uno de los ejes discursivos de la exministra. De hecho, prometió que si gana los comicios, “el que roba va preso” en una eventual administración suya. “Insaurralde se fue a Puerto Madero y los dejo a todos solos acá para que los roben”, lanzó. En ese marco, dijo que el gobernador bonaerense Axel Kicillof no podía desconocer los manejos de su jefe de Gabinete.
Antes de que Bullrich agarre el micrófono, Hernán Lombardi, el animador del mitin, le concedió la palabra a Petri, Santilli, Larreta y Grindetti. Pero el mensaje más esperado fue el de Macri, quien se involucró activamente en la campaña de Bullrich en la recta final de la carrera electoral.
Cuando tomó la palabra, el fundador de Pro y expresidente ratificó su respaldo a Bullrich sin ambigüedades y destacó la capacidad política y el sustento legislativo de JxC para impulsar reformas estructurales y garantizar la gobernabilidad. A su vez, fustigó contra Massa (Unión por la Patria) y advirtió que Milei (La Libertad Avanza) encabeza una fuerza “no madura”, sin equipos y “fácilmente infiltrable”. “No puede garantizar ningún cambio”, enfatizó Macri.
“Yo no puedo dejar de recordar, porque lo vivimos juntos, lo que fue gobernar ese prólogo del cambio con solo cuatro gobernadores y solo el 30% de la Cámara de Diputados. Imagínense cómo alguien puede prometer un cambio con cero gobernador, con menos del 20 por ciento de los diputados. Ahí no hay ningún cambio posible”, insistió.
El expresidente consideró que la Argentina atraviesa “un momento histórico, un cambio de era”. “De un lado tenemos a Patricia con su coraje, su fuerza y su determinación, acompañada por un equipo técnico y político de volumen, de experiencia, de gran capacidad”, remarcó. Con críticas a Massa, llamó a dejar atrás las “ideas populistas” del kirchnerismo “que no trajeron paz y felicidad, sino violencia y retroceso”.
Y reiteró que Bullrich es la “única opción” para desbancar al kirchnerismo. Lo escuchaban Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal), María Eugenia Talerico, Karina Banfi, Miguel Fernández, Lombardi y Esteban Bullrich, entre otros asistentes al acto de cierre de campaña en Lomas de Zamora, enclave del PJ en la zona sur del conurbano. No estuvieron Martín Lousteau o Gerardo Morales u otros caciques radicales como Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés, abocados a actividades proselitistas en sus distritos. Todos ellos buscaron apuntalar a Bullrich durante las últimas horas. Un rato antes del acto Macri se subió por primera vez al motorhome con el que su exministra recorrió el país.
De esta forma, la exministra logró que JxC cierre filas y exhiba una postal de unidad en la antesala del veredicto de las urnas. Fue una apuesta fuerte a mostrar equipo y consolidar la idea de que la coalición opositora es la alternativa de poder al kirchnerismo por su capacidad legislativa, su estructura y una futura liga de mandatarios provinciales, sus credenciales de gobernabilidad.
A todo o nada
Bullrich se aferra a la idea de que estará en el ballottage basada en el resultado de las PASO, el agravamiento de la situación económica y la esperanza de que una porción de los votantes que no concurrieron a las urnas en las primarias de agosto se inclinarán por su boleta en el cuarto oscuro en los comicios generales del domingo próximo.
La exministra de Seguridad se entusiasma con retener el 28% de los votos que consiguió JxC en la primera ronda electoral y pescar adhesiones en el universo de los indecisos, sobre todo, después de ejecutar la maniobra más arriesgada desde que comenzó su campaña con vistas a la primera vuelta: anunciar que Horacio Rodríguez Larreta, su rival en la interna del espacio opositor del 13 de agosto, será su jefe de Gabinete en caso de un triunfo.
En el elenco de colaboradores de la exministra se ilusionan con que JxC salga beneficiado por el temblor cambiario y la profundización de la crisis inflacionaria, que arrancó post-PASO con la devaluación y siguió la última semana con el salto del dólar blue por encima de los 1000 pesos. Aspiran a que los esfuerzos para exhibir unidad y cohesión interna tributen el día de la batalla decisiva por el poder. Por eso, hicieron una apuesta fuerte por incorporar a Larreta para lograr un golpe de escena y dominar el tramo final de la disputa por la Presidencia. En rigor, pretenden sepultar la chance de que Sergio Massa (Unión por la Patria) seduzca al segmento moderado del electorado antiperonista con su llamado a larretistas y radicales a conformar un gobierno de unidad nacional. “A partir de ahora, nos concentramos en un mano a mano con Milei”, asegura uno de los estrategas de Bullrich. Calculan que la exministra podría contener el 11% de los votos que cosechó Larreta y sumar dos o tres puntos que le permitiría relegar al kirchnerismo al tercer puesto y conseguir la meta de llegar al ballottage.
Atentos a que la marca de JxC mide más en los sondeos que Bullrich como candidata, lo que reflejaría un resurgimiento pese a que perdió votos respecto de 2019, macharon durante toda la campaña con que la exministra contará con unos diez gobernadores, 500 intendentes y mayoría en ambas cámaras del Congreso para poner en marcha las reformas necesarias para sacar al país del estancamiento. A ese scrum sumaron a Carlos Melconian, nominado como ministro de Economía. Es decir, hicieron hincapié en reflejar que JxC es una alternativa de poder que tiene equipos técnicos, capital político y un plan de gobierno para asumir desde el 10 de diciembre. Con la puesta en escena de esta semana por la disparada del dólar blue, Bullrich intentó exhibir que lidera un proyecto que ofrece racionalidad y previsibilidad. De esa forma, quieren contrastar la propuesta de JxC con el “salto al vacío” de Milei, quien atrajo los focos por sus dichos sobre el valor de la moneda y los plazos fijos. “No hay que romper todo. La gente está angustiada e irascible”, dicen en el campamento de la exministra.
En los últimos días Bullrich se dedicó a solidificar la unidad interna y cerrar filas con los principales accionistas de los votos de JxC. Hizo las paces con Mauricio Macri después de las tensiones por los guiños del expresidente a Milei y selló un trato con Larreta para garantizarle un puesto de relevancia en su eventual gestión. En paralelo, Néstor Grindetti se movió en tándem en Buenos Aires con Diego Santilli para aumentar las posibilidades de arrebatarle al cristinismo su último bastión, ante todo, por el terremoto político que provocó el caso de Martín Insaurralde. “Tenemos una oportunidad”, evangelizan los bullrichistas frente a las señales de desánimo en un sector de la tropa de JxC.
Con la mira en el ballottage, Bullrich protagonizó un raid mediático y territorial en los últimos días antes de que comience la veda. No solo hizo hincapié en pescar votos en Buenos Aires, que volverá a ser el escenario crucial de la compulsa y donde se definirá si hay o no segunda vuelta en la pelea presidencial, sino que se dedicó a recuperar adhesiones y movilizar potenciales seguidores de JxC en el interior del país. Fue a San Luis, San Juan, Mendoza, Venado Tuerto (Santa Fe) y Río Cuarto (Córdoba) con el objetivo de sacarle votos a Milei. En Buenos Aires se enfocó en La Plata y Lanús, terruño de Grindetti, su candidato a la gobernación.
Con la idea de exprimir su última chance de garantizarse un lugar en la pelea por el premio mayor, Bullrich y sus laderos juegan a todo o nada y ni se imaginan un escenario en el que queden afuera del ballottage. Confían en que Milei ya alcanzó su techo y tendría dificultades para consagrase en primera vuelta. Por eso, se aferran a la esperanza de que JxC disputará el poder frente a frente con el libertario en la próxima ronda.
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