Elecciones 2023 | Debacle electoral de Juntos por el Cambio: Patricia Bullrich sufrió una dura derrota y quedó afuera del ballottage
Lejos de lo esperado, quedó en tercer lugar, detrás de Massa y Milei, y ni siquiera logró retener el 28% de los votos que habían sacado Larreta y ella en las PASO; caídas en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza; evitó felicitar al postulante de Unión por la Patriai
- 11 minutos de lectura'
Juntos por el Cambio sufrió una derrota dolorosa y convive con el trastorno de la peor pesadilla. Patricia Bullrich, la candidata a presidente del conglomerado opositor que integran el Pro, la UCR y la Coalición Cívica, entre otras fuerzas antikirchneristas, no pudo conseguir la remontada ni detener la sangría de votos que había sufrido el sello de JxC en las PASO del 13 de agosto. Al contrario, ni siquiera logró contener los votos que habían sacado Horacio Rodríguez Larreta y ella en la interna de las primarias y quedó afuera del ballottage. Lejos de los esperado, se ubicó en el tercer puesto detrás de Javier Milei (La Libertad Avanza) y Sergio Massa (Unión por la Patria).
El resultado de las elecciones generales significa un duro golpe para JxC, la alianza que nació en 2015 para desbancar al kirchnerismo del poder. Los jefes de la coalición quedaron en estado de shock después de que se conocieran los primeros datos del escrutinio provisorio, que mostraban una victoria de Massa con el 35% de los votos, quien logró una hazaña con su remontada y pudo blindarse de forma inesperada del desgaste del descalabro económico por y los casos de corrupción en Buenos Aires, como el caso de “Chocalate” Rigau o el “yategate”, que sacudieron la campaña en el tramo final.
En segundo lugar llegó Milei, el emergente antisistema, quien desplazó a JxC como la principal fuerza opositora, con el 31% de los sufragios. A ocho puntos quedó Bullrich, que llegaba apenas al 23%. Pese a su intento final por fidelizar los votos de Rodríguez Larreta, su rival en la feroz interna de agosto, al nominarlo como eventual jefe de Gabinete y de cerrar filas con Mauricio Macri, a quien sumó a su campaña en el último tramo de la campaña, la postulante no pudo siquiera asegurarse el 28% que cosechó JxC en agosto. Es que el espacio perdió cinco puntos entre las PASO y las elecciones generales. No rindió sus frutos tampoco la búsqueda de exhibir la marca o los equipos de JxC para contrarrestar a Milei.
Bullrich se subió al escenario en Parque Norte, donde se montó el búnker de JxC, pasadas las 22, cuando las pantallas mostraban la magra cosecha de votos del espacio. Revindicó los ejes de su campaña y dijo que no renunciará a sus convicciones. No hubo un mensaje de concordia o cooperación con el oficialismo. Al contrario, evitó felicitar a Massa, el ganador de los comicios, a quién acusó de haber repartido “plata” por la campaña en plena crisis inflacionaria y haber “rifado el futuro del país” para vencer en las urnas. “Desde el lugar que me toque no me voy a rendir nunca. El populismo ha empobrecido al país y no voy a ser yo quien venga a felicitar a que vuelva al poder a quien ha sido parte del peor gobierno de la historia argentina”, enfatizó, rodeada por Macri, Larreta, Elisa Carrió y Gerardo Morales, entre otros integrantes de los altos mandos de JxC.
Bullrich no hizo un gesto concreto ni a favor ni en contra de Milei, pero hubo malestar de Morales por lo que algunos radicales interpretaron como un guiño al libertario con la dura crítica a Massa. En el medio del escenario, Bullrich evitó ensayar una autocrítica, pero hizo un llamado a la unidad. “Los que somos parte de esta fuerza vamos a representar los valores de los que hoy nos votaron y de muchos argentinos que quizás en el corto plazo vuelvan”, sostuvo.
Y remató: “Nuestros valores no se venden ni se compran. No los vamos a negociar. Vamos al cambio que la Argentina necesita, por más que hoy no ganamos las elecciones”.
Desde hoy el bloque que lideran el Pro y la UCR enfrentará el arduo desafío de evitar una ruptura y ahuyentar los fantasmas de la fragmentación. Con el correr de las horas comenzará un tortuoso proceso de pases de facturas por el el golpe en las urnas. Es una incógnita saber cómo hará el espacio para convivir bajo el mismo paraguas en caso de que se precipiten los alineamientos a favor o en contra de Massa o Milei. ¿Qué postura adoptarán los líderes del radicalismo? ¿Qué rol jugarán los gobernadores electos en provincias influyentes? ¿Y cómo se posicionará Mauricio Macri, quien supo elogiar las ideas de Milei, pese a criticar su falta de sustento político? Esas expresiones del expresidente en plena campaña, sobre todo la noche del revés en las PASO, irritaron por igual a Bullrich o popes radicales, entre otros referentes de JxC.
El expresidente concurrió esta noche al búnker de JxC en Parque Norte, donde se vivió un clima de tristeza y desazón por el mal rendimiento de la coalición opositora en unos comicios decisivos para el futuro del país. La exministra desembarcó en el salón minutos antes de las 20, donde estuvo escoltada por Luis Petri, su compañero de fórmula.
Bullrich vio frustrado su intento de mejorar la performance de JxC en el centro del país, que había sido el motor de la recuperación de Macri en las elecciones generales de 2019. Quedó tercera en Córdoba, cantera histórica de sufragios del macrismo, con apenas el 22%, detrás de Milei y Juan Schiaretti, y tampoco pudo remontar en Santa Fe ni Mendoza, bastión de la UCR. En Santa Fe, donde el radical Maximiliano Pullaro arrasó en las provinciales, también se fugaron votos: lejos de lo esperado, Bullrich quedó tercera en esa provincia con apenas el 26%. En la tierra de Alfredo Cornejo quedó segunda y Milei le sacó una amplia ventaja.
Sin embargo, el estrepitoso derrumbe de JxC se explica en gran medida por la durísima derrota en Buenos Aires, que había sido hasta las PASO presidenciales de agosto uno de los lugares donde la fuerza había pescado casi la mitad de sus votos. En esa vasta geografía, no solo Massa le sacó una diferencia sustancial a Bullrich con el empuje del conurbano, fortaleza electoral del PJ y Cristina Kirchner, sino que Milei desplazó por estrecho margen a JxC del segundo puesto que había obtenido el espacio de Pro y la UCR en las primarias.
El derrumbe en la provincia fue ruidoso: JxC perdía en Lanús, terruño de Grindetti, y en Bahía Blanca. Grindetti, en tanto, lograba un corte de boleta a favor suyo, ya que logró un segundo puesto en la categoría de gobernador y corría a Carolina Píparo (La Libertad Avanza) al tercer casillero. En la previa de la elección se pensaba que Bullrich apalancaba al intendente de Lanús desde la punta de la boleta sábado, pero ocurrió a lo opuesto.
Ni siquiera la suba leve de la participación ayudó a JxC a recuperar capacidad electoral. Si había un punto en el que Bullrich basaba sus esperanzas era en un aumento de la concurrencia a las urnas. Tampoco hubo ayuda de los gobernadores electos: JxC cayó en San Juan, San Luis, Chaco y Chubut. En Jujuy recibió otro cachetazo: el radical Gerardo Morales, jefe de la UCR y mandatario local, no pudo dar vuelta la elección. Massa salió segundo y Bullrich quedó tercera, a veinte puntos del libertario. Tampoco ganó en Corrientes, gobernada por el radical Gustavo Valdés.
La única sonrisa para JxC la daba Rogelio Frigerio, que desbanca al PJ en Entre Ríos. Jorge Macri, en tanto, ganaba por amplio margen en la Capital, bastión de Pro, pero no evitaba hasta ahora por estrechísimo margen la segunda vuelta con Leandro Santoro (UP). En la ciudad fue el único distrito donde Bullrich se impuso como la más votada.
Tristeza e incertidumbre
Bullrich se ilusionaba con lograr un repunte de último momento para alcanzar el ballottage, la instancia decisiva en la que se medirán Massa y Milei para dirimir la sucesión de Alberto Fernández. Pero no hubo milagro ni remontada. Al contrario, la sangría de votos de JxC se profundizó. Pagó caro las secuelas de una puja eterna por el liderazgo del espacio y la pelea de egos entre los jefes de Pro y la UCR.
Pese a sus esfuerzos en la recta final de la campaña para exhibir unidad, Bullrich no pudo consolidar la base de apoyos de JxC ni sumar nuevos sufragios a la cosecha. Se quedó con el tercer puesto, a ocho puntos de Milei. El salto de Massa, que lidió con una inflación desbocada y escándalos de corrupción, desde el tercer lugar de las PASO a la cima del podio hizo más dolorosa la caída. En la previa del veredicto de las urnas sus asesores desconfiaban de las encuestas pronosticaban su hundimiento en las elecciones generales de este domingo.
Bullrich transitó la jornada electoral en medio de una nube de nervios y hermetismo. La falta de pronósticos claros sobre cuál podría ser el desenlace de los comicios, sobre todo por el abrupto giro que generó en el escenario político el inesperado triunfo de Milei en las PASO del 13 de agosto, había llenado de cautela a los armadores de la exministra en la antesala del veredicto de las urnas.
La aspirante de JxC, de 67 años, esperó con ansiedad el recuento, rodeada de sus familiares más íntimos y sus colaboradores cercanos. A las 13, irrumpió en el predio de la Sociedad Rural, en el barrio de Palermo, para emitir su voto con un aire triunfalista. Cuando enfrentó a los micrófonos, se mostró confiada de que lograría su meta de llegar a la Casa Rosada. “Voy a ser presidenta”, vaticinó. Intentó generar expectativa, pese a que enfrentaba una batalla cuesta arriba.
Por esas horas los integrantes de su equipo se entusiasmaban con los reportes que llegaban de los distritos más poblados de Buenos Aires, donde los fiscales notaban una demanda de boletas de JxC. Bullrich aprovechó su aparición mediática para confrontar con la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien había vuelto a tomar distancia de la gestión de Alberto Fernández cuando se acercó a sufragar en Río Gallegos. “Si dijo no ser escuchada es una excusa para no hacerse cargo de este Gobierno”, planteó Bullrich.
Poco después se recluyó en su departamento de Palermo para almorzar junto a su pareja, Guillermo Yanco, su hijo y sus nietos. Alrededor de las 18 se trasladó a las oficinas de la calle Yrigoyen, ubicadas a pocos metros de la Plaza de Mayo, donde montó su comando de campaña. Allí esperó los datos de las mesas testigos junto a sus colaboradores más estrechos. Antes de las 21, apareció en Parque Norte, donde había una atmósfera pesimista. Se dio un fuerte abrazo con Hernán Lombardi. Allí la esperaban el consultor Derek Hampton, Juan Pablo Arenaza y Damián Arabia, entre otros asesores y armadores.
De inmediato, entró a la “sala de situación”, un espacio cerrado separado por biombos, para participar de una cumbre con las máximas autoridades de Pro y de JxC, donde hizo catarsis y un rápido análisis de la derrota. Estaban Macri, Larreta, María Eugenia Vidal, Jorge Macri, Diego Santilli, Daniel “El Tano” Angelici, Carlos Melconian y Petri, entre otros. Fue antes de que Jorge Macri se subiera al escenario para celebrar su victoria en el territorio porteño, escoltado por el fundador de Pro, con un gesto adusto en el rostro, Larreta y Vidal. En esos momentos ingresaron a Parque Norte Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, aún molestos por el trato del primo del expresidente. También apareció Morales, quien estaba reunido en otro lugar de la Capital con Lousteau. Asistieron por pedido del equipo de Bullrich.
De hecho, Morales accedió a subir al escenario. En un momento de la noche los jerarcas opositores debatieron con Bullrich cómo se posicionarían y el eje del discurso. Según fuentes del espacio, hubo un tironeo entre el ala moderada y Macri, quien reclamaba un contenido netamente antikirchnerista. En los próximos días podría haber una cumbre de la mesa nacional de JxC para discutir una postura frente al ballottage.
El clima de derrota se apoderó del búnker de JxC alrededor de las 22. Apenas hubo unos gritos y cánticos de militantes de Jorge Macri, ganador en la Capital, para matizar la espera. Bullrich salió a escena a las 22:20. La arroparon Elisa Carrió, líder de la CC, Macri, Larreta y Morales, entre otros. Afectada por las cifras del escrutinio, prometió que seguirá defendiendo los valores de JxC y que no renunciará a sus convicciones. “Nunca vamos a ser cómplices del populismo ni de las mafias”, exclamó.