Elecciones 2023; Córdoba, la provincia con más votos disponibles y que puede jugar un papel decisivo
El gobernador Juan Schiaretti mantiene su neutralidad frente al balotaje, en una provincia en la que más de 1,2 millones de votantes no optaron ni por Massa ni por Milei en la primera vuelta; Llaryora también toma distancia del oficialismo nacional
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PARA LA NACIONGabriela Origlia
CÓRDOBA.- El gobernador y excandidato a presidente Juan Schiaretti se mantuvo prescindente frente al balotaje, aunque en las últimas semanas criticó fuerte a Sergio Massa. Eligió el punto que, en esta provincia más que en ningún otro lugar, el postulante se esfuerza por evitar: “el gobierno kirchnerista del ministro”. Del libertario Javier Milei, no habló. Aunque hay dirigentes del peronismo cordobés que se pronunciaron por Massa, la estructura no se movió y el mandatario provincial electo, Martín Llaryora, terminó por aceptar la neutralidad de Schiaretti.
Contra todas las previsiones, el cordobés logró 1,7 millones de votos en todo el país en octubre -duplicó lo alcanzado en las PASO- y la cifra le dio significancia en el escenario político. Además, la provincia que gobierna es la que más “votos huérfanos” acumula en la Argentina (53% de los positivos en la última votación). Por eso, tanto Massa como Milei la privilegiaron. Schiaretti primero se fue al exterior en un viaje oficial y, al regreso, se dedicó a la gestión y a criticar al oficialismo nacional.
Hizo oídos sordos a las críticas sobre su posición que recibió durante la campaña. Ni siquiera respondió a las de su exaliado Juan Manuel Urtubey, quien dijo que “le cuesta soltar la relación traumática” que tuvo con el kirchnerismo, aunque después también sostuvo que no cree que vote a Milei.
Schiaretti está convencido de que construyó su capital político en base a gestión y por su oposición a los K. Con Massa nunca tuvo buen vínculo, pese a haber compartido espacios; considera que no es confiable.
Por las últimas encuestas que circularon, hay quienes hablan de un resultado “fernet”, que se traduciría en 70% para los libertarios y 30% para el massismo. Sin embargo, en La Libertad Avanza arriesgan que la diferencia puede ser más amplia y para cumplir con esa proyección impulsan la mayor participación posible (en octubre fue del 76,9%). El entusiasmo creció después del acto de cierre de campaña en esta ciudad.
El rol clave de Córdoba depende también de cómo sea la ecuación en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más grande del país, donde las proyecciones favorecen a Massa.
El papel que juega Schiaretti impacta tanto en la interna cordobesa como en el contexto nacional. Puertas adentro, podrá mantener un rol clave después de abandonar el gobierno y, al menos en los primeros tiempos, “contener” a Llaryora. Hacia afuera, se convierte en un interlocutor válido, cualquiera sea el ganador del balotaje, a la vez que dejó bien posicionado a su sucesor para las negociaciones de las provincias con la Nación.
En el círculo chico de Schiaretti especulan con que podría ser candidato a diputado nacional en 2027. El dirigente prefiere no alentar expectativas. En los últimos días también corrieron versiones de todo tipo respecto de algunos cargos que le podrían ofrecer -tanto Milei como Massa- si llegan a la Casa Rosada.
El massimo y La Libertad Avanza no solo intentaron romper la prescindencia de Schiaretti, sino que incluso profundizaron el intento con su sucesor. Massa le mandó mensajes públicos, los que no obtuvieron respuesta de Llaryora. En el peronismo local interpretaron que fue “contraproducente” buscar quebrar la alianza entre el actual mandatario y su sucesor.
“Con quien sea Presidente habrá vínculo institucional”, es la respuesta que repitió Llaryora por estos días. Desde el 10 de diciembre, cuando él asuma el poder, habrá un reperfilamiento local. “Más cordobesismo” es la definición que explica cómo ganan espacio en el reparto de puestos en el próximo gabinete los dirigentes de Pro y de la UCR. Por supuesto, hay heridos en el peronismo local, por lo que, si gana Massa a nivel nacional, algunos dirigentes pueden emigrar.
La estrategia del sector de Llaryora pega fuerte a nivel provincial en Juntos por el Cambio (JxC), que más allá de las fotos y declaraciones conjuntas luce deshilachado. Pedro Dellarrossa, exintendente de Marcos Juárez, el “kilómetro cero” nacional de la alianza en 2014, será ministro de Producción (es diputado nacional electo), a la vez que también Darío Capitani, expresidente del Pro, también se sumaría a la administración provincial. La vicegobernadora electa, Myrian Prunotto, es radical y el viceintendente electo de la ciudad capital, Javier Pretto, es de Pro.
Los allegados a Llaryora creen que esa “apertura” y búsqueda de alianzas podría repetirse en el Congreso ya que descuentan que Juntos por el Cambio tendrá a nivel nacional algunos “desprendimientos” una vez que termine el proceso electoral. Fundamentan ese análisis en que los mismos gobernadores electos de JxC no se alinearon con Mauricio Macri y Patricia Bullrich en el apoyo a Milei y prefirieron la neutralidad. “Los que tenemos la respondabilidad de administrar obligadamente tenemos que tener moderación”, indican desde el llaryorismo.
Por Gabriela Origlia
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