Elecciones 2023 | Con las urnas electrónicas como eje de las demoras, hay largas filas para votar en muchas escuelas de CABA
Varios fiscales y autoridades hablan de “mal funcionamiento” de los equipos o de dificultades para operarlos; en algunos colegios las filas para entrar son de hasta una cuadra
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La doble modalidad de voto en la ciudad de Buenos Aires hizo que la jornada comenzara y se esté desarrollando de forma caótica en muchas escuelas porteñas. A la falta de presidentes de mesa en algunos colegios se le sumaron demoras por la dificultad para operar las urnas electrónicas o por el mal funcionamiento de estas en varios barrios de la Ciudad.
María Müller, fiscal en una escuela de Recoleta, cuenta que a las 8 de la mañana recién estaban armando las urnas y que todo se atrasó desde el comienzo. “Hay muchas mesas sin boletas. Si alguien viene temprano es un problema”, fue la primera observación que hizo esta mañana.
A esto se sumaron, rápidamente, los temidos problemas con el voto electrónico. Müller cuenta que los extranjeros son los primeros en pasar, en este caso, y que ellos solo realizan el voto a nivel local (es decir, no eligen candidatos presidenciales). Por lo tanto, deben utilizar esta modalidad de boleta. “Empezó mal. Y están fallando las máquinas. Cuando meten el troquel no les sale el comprobante de que votaron”, explicó Müller.
Con el correr de las horas, en muchos colegios la situación empeoró: “Hay problemas con el voto electrónico. La gente se queja y se pelea con el delegado de la Cámara Electoral”, comentó la fiscal respecto de las demoras por “fallas en la maquinita”.
En otra escuela de CABA, ubicada en Las Heras y Scalabrini Ortiz, Patricia Rodríguez acompañó a su marido a votar y fue testigo de los problemas ocasionados con el voto electrónico. “Abrieron recién 8.35, porque según ellos tuvieron que resetear las máquinas. Cuando mi marido entró a votar, aparecieron los candidatos a Jefe de Gobierno, pero solo de un partido”, relata Rodríguez. A raíz de esto, debieron avisarle al presidente de mesa, quien reinició la máquina una vez más para que finalmente apareciera el resto de los candidatos.
Amadeo Domingo Federico es fiscal de Unión por la Patria en el Instituto Incorporado Vocacional Argentino, en la calle Charcas, y cuenta que la votación fue “normal” al momento de abrir las mesas, aunque con un “pequeño robo de boletas”. Respecto del voto electrónico cuenta que estuvo trabado en una mesa, pero que las autoridades pudieron solucionarlo rápidamente.
Además de los inconvenientes que ocasionaron las máquinas para el voto local, Müller cuenta que todas las mesas tienen muchas personas esperando, y que si bien ya funcionan, “las autoridades de mesa no están muy preparadas y demoran mucho, no cortan bien los troqueles, no los controlan. Ponen mal las urnas. Están de frente a ellos y deberían ubicarse dadas vuelta”.
Dado este contexto, la jueza María Servini advirtió sobre el problema esta mañana y envió una nota a la Cámara Nacional Electoral, máxima autoridad de los comicios, para ponerla en conocimiento de las graves dificultades que detectó en la puesta en marcha de las máquinas para elegir a las autoridades porteñas, a la vez que denunció una “impericia nunca antes vista”.
En el barrio de Balvanera la situación es ambivalente. Si bien en la primera escuela consultada, sobre la calle Juan Domingo Perón al 1900, los votantes aseguraban que todo “funciona bien” y que entraban y salían en dos minutos, a pocos metros, en la escuela Cangallo, la seguridad apostada al frente del lugar contaba que la situación era “un desastre”. Unos señores que aguardaban en la entrada adhirieron al comentario.
“Hay muchos problemas con el voto electrónico. Hay dos máquinas que anduvieron mal desde el principio y generó mucha demora”, explicó una policía. Además, como muchas otras escuelas, la apertura de las urnas, prevista para las 8.00, debió atrasarse, por lo que la gente comenzó a votar cerca de las 8.45 y solamente con tres mesas habilitadas.
“Nunca pasó algo así. Es un caos. Nunca antes hubo demora con los apellidos con ‘z’”, aseguró uno de los vecinos y opinó que, según él, el sistema que implementó el Gobierno de la Ciudad no se explicó bien. Esto se condice con los comentarios de la policía: “La gente grande no entiende. Hay personas que las ayudan, pero igual es un lío”.
Por otro lado, en otros centros de comicios se vive una realidad muy diferente: la gente comenta que no experimentaron problemas ni demoras por el desdoblamiento del voto. Tal es el caso de El Sagrado Corazón de Jesús, sobre Ayacucho al 400, o en la Escuela Normal Sarmiento, donde personal de Prefectura en la entrada cuenta que todo “funciona bien” y que abrieron a horario.
Llegar a Retiro luego de Balvanera cambia el escenario por completo. Las calles aledañas al Congreso, cerca de las 11.00, estaban desiertas y había pocas escuelas abiertas. Pero Retiro colapsaba de autos, de gente, de escuelas abiertas al voto de este domingo. La mayoría, con demoras y problemas con la modalidad electrónica.
El colegio Mallinckrodt, en Juncal 1160, es otro caso de relativa calma. La policía de la puerta comenta que las urnas abrieron a las 8.10 y que todo fluyó desde entonces. Pero añade que sus compañeros de las fuerzas le contaron que, en otros lados, hubo varios problemas: “No andaban las boletas electrónicas en varias escuelas”, sostuvo.
El caos y el mal funcionamiento se evidencia al caminar unos metros y toparse con el Jardín de Infantes N° 4, sobre Manuel Quintana. Pararse en la puerta es ver un desfile de adultos mayores que llegan o salen de votar. Leandro es fiscal general de Juntos por el Cambio en esta locación y contó que desde el comienzo la situación fue “un horror” y que hubo un gran faltante de presidentes de mesa.
En esta escuela hay nueve urnas y las filas son interminables. “Abrimos a las 8.40 y habrá votado recién el 10% del padrón, como mucho”, comentó. Uno de los mayores problemas fue que las máquinas no andaban. “Esto es una malicia”, se quejó, y explicó que, además de todo, no hay lugar físico para que la elección se lleve a cabo de forma ordenada. Dado que mucha gente no está dispuesta a que ingrese a votar otra persona mientras realizan el voto electrónico, por miedo a que se vea la pantalla, las personas se acumulan y aumenta la demora de las máquinas que andan mal y de la gente grande que tiene dificultades con la tecnología. “Mirá lo que es esto”, dijo y señaló el tumulto de gente que aguarda hace horas en fila.
“La gente está enojada porque la fila no avanza”
Una fila que va desde las mesas hasta la esquina de la cuadra donde se encuentra la Universidad Isalud, ubicada en Venezuela 931, en San Telmo. Natalia, una mujer de 45 años, espera hace una hora para entrar a votar: “La gente está enojada porque la fila no avanza y hay una sola para las tres mesas, estamos todos esperando en un lugar ínfimo”, contó indignada.
“Hace media hora que estoy esperando para votar. La gente discute porque está cansada de hacer fila”, agregó Malena, una mujer de la misma edad, y explicó: “Lo que demora es el sistema electrónico porque no funciona bien”.
Rodrigo sostiene a su hijo de dos años en brazos y espera afuera de la universidad para poder entrar y emitir el sufragio. Se encuentra casi en la esquina de la cuadra, y hace 20 minutos que espera su turno. Su madre, quien vota en la misma institución, le advirtió que tenga paciencia porque la espera es larga.
“Mi mamá tuvo problemas con el voto electrónico, al parecer no funciona bien y a la gente mayor le cuesta entender cómo funciona, entonces se demora el trámite cada vez más”, contó. Una señora se acercó indignada a hablar con LA NACION y denunció: “No puede ser que suceda esto. Hay una fila únicamente para las tres mesas, vamos a estar hasta pasado mañana votando. Me dijeron que la demora también es debido a esta nueva modalidad de voto que nadie entiende”.
En el Colegio N° 2 Domingo Faustino Sarmiento, de Retiro, la gente siente la misma frustración ante las largas filas y demoras, pero aseguran que se quedarán ahí lo que sea necesario para emitir su voto. “Está todo mal organizado desde el principio. Estamos hace dos horas esperando. Las máquinas no andan”, comentan de forma catártica los votantes. Además, añaden que tuvieron que arreglar la máquina en varias ocasiones. “No sabemos a quién le interesa que funcione mal, pero acá nadie colabora para que haya orden”, agregan.
Un fiscal general de Unión por la Patria, en la entrada de esta misma escuela, confirma esto al contar que hay 13 máquinas y muchas debieron cambiarse más de una vez por su mal funcionamiento. También cuenta que, antes de venir hasta acá, debió votar en Parque Patricios, en donde hizo una hora de fila.
Rosalino Flores vota en la Comuna 13 (Belgrano), en la escuela Juan Balestra, y su experiencia es similar a la de muchos otros que llevan horas esperando llegar a las urnas. “Todo es muy caótico. No te dejan entrar al colegio. Un agente de la policía de la Ciudad va gritando los números de las mesas a las que se puede pasar”, comenta. La gente de todas las edades espera afuera del establecimiento. Flores llegó a estar una hora en la vereda para enterarse, una vez que ingresó, de que la demora continuaba adentro: “Cuando te dejan entrar no es que ya está, sino que te encontrás con que hay más de 30 personas haciendo fila”. En total, hace tres horas que aguarda su turno, y la frustración va en aumento: “Estoy a punto de irme sin votar”, asegura.
Parte de la gran demora se debe a que, según cuenta, cuando una persona entra a votar debe depositar las dos boletas (papel y electrónica) para que pase el siguiente. Y la tecnología influye todavía más: “Ya tuvieron que reiniciar la máquina dos veces porque se ‘traba’”, se queja, y cuenta que nunca vio tanta demora en esta escuela en donde vota desde 2007.
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