Elecciones 2023 | Axel Kicillof festejó el triunfo, pero perdió dos millones de votos desde que llegó al poder
Con el 36,3%, registró una fuga del 16,4 puntos respecto al pico del 52,7 que tuvo en 2019; uno de los peores marcas del peronismo
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LA PLATA. -”Quiero agradecer al pueblo de la provincia por haber respaldado, en medio de tantas dificultades, este rumbo de desarrollo con inclusión, este modelo de defensa y ampliación de derechos. ¡Ganamos en toda la provincia de Buenos Aires. Muchas Gracias!”, expresó hoy el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, que fue el candidato más votado en las PASO de ayer en el distrito con 2.891.276 sufragios.
El tono triunfal esconde un análisis que inquieta al kircherismo. Kicillof perdió dos millones de votos desde la primaria que le permitió llegar al poder, cuatro años atrás, cuando logró 4.921.535. Más aún: perdió el sufragio de 2,3 millones de electores que lo ungieron con 5.274.511 votos para el cargo en octubre de 2019.
La cosecha de de Kicillof marcó un piso por debajo del histórico del peronismo en los últimos 20 años. El oficialismo de esta provincia solo obtuvo menos votos nominales que ayer en la elección de 2003, cuando sacó 2.563.148.
La fuga de votos del oficialismo en la provincia ya se advirtió en los comicios de medio término: dos años atrás, el Frente de Todos logró 2.905.720 en las primarias y apenas remontó a 3.356.159 en la elección general.
La victoria que celebró hoy Kicillof es real. Es cierto, se impuso como el candidato individual más votado en la provincia de Buenos Aires. Logró, incluso, 3.5 por encima de la suma de los dos candidatos opositores de Juntos por el Cambio que entre ambos obtuvieron 2614037 votos.
Pero tiene poco para celebrar: no pudo apuntalar con una inmensa diferencia de sufragios una victoria nacional de Sergio Massa. El proyecto de Unión por la Patria salió tercero en la carrera por la presidencia de la Nación.
La victoria de Kicillof se sostiene en el 36,4% de los votos contra el 52% de las PASO en que quedó ungido por primera vez candidato a gobernador, en 2019. Una caída del 16 por ciento.
Kicillof saldrá a buscar 4.5 millones de votos de los electores que no fueron a sufragar en este territorio para lograr mejorar su performance. Tiene el aparato del Estado a su favor para esta empresa. El ahora mandatario puede ganar y ser reelecto por diferencia de un voto, en 70 días. En provincia de Buenos Aires no hay ballottage y no hace falta sacar diez puntos de diferencia entre el primero y el segundo de los candidatos. En caso que se repita esta encuesta Kicillof gobernará hasta 2027.
Pero las heridas internas entre los actores de Unión por la Patria le anticipan a Kicillof a dos meses de campaña tensa, en los que quedará expuesto a cortocircuitos con la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y los intendentes. Le podrían recordar que Kicillof no quiso ser candidato a presidente y se empeñó en quedarse en la provincia con el argumento de traccionar votos desde abajo hacia arriba.
La tracción alcanzó, por ahora, para salvar solo su candidatura. Kicillof tuvo el 36,3% contra el 32 por ciento de la suma de Massa y Juan Grabois. La derrota nacional del proyecto de Unión por la Patria lo expone a Kicillof a una fragilidad nunca antes vista.
Los votos de Kicillof se analizan desde este lunes en el prisma interno, con los de Massa y con los de los intendentes peronistas. Es decir: el aparato de Unión por la Patria observa si el discurso del gobernador de quedarse en su territorio para posicionar al candidato presidencial funcionó. O, por el contrario, fue un punto de fuga entre el caudal de los alcaldes y el primer tramo de la boleta.
Un primer análisis sostiene que hubo corte de boleta en el segmento de provincia hacia arriba. Ciertamente Kicillof fue mejor candidato que Massa en este territorio. Pero no cumplió con el objetivo de lograr una diferencia de más del diez por ciento favor del ministro de Economía. La ausencia de electores en las mesas de votación puede ser la explicación que esgrima el gobernador, para salvarse de las críticas. “Hoy los bonaerenses fueron a las urnas a manifestar un mensaje. El pueblo habló y eso es siempre una buena noticia. Nos preocupa la caída de la participación de un sector de la sociedad que se siente que da lo mismo votar o quedarse en su casa. Es una novedad inquietante”, dijo en el cierre de las primarias. “Nos corresponde como dirigentes a interpretar las causas de falta de interés”, reconoció.
Históricamente la participación en las PASO de la provincia de Buenos Aires se mantuvo estable y ronda en tres cuartos sobre el total del electorado. En 2011, cuando se implementaron por primera vez las elecciones primarias, el ausentismo fue del 20,5%. Se superó cuatro años después, en 2015, hasta alcanzar el 25,75%. Pero en cambio, disminuyó levemente al 24,99% en las PASO de 2019, que dieron lugar al triunfo de Kicillof.
El número del ausentismo en torno al 33 por ciento del padrón de 14 millones de electores habilitados para sufragar es observado con atención por todos los políticos que necesitan captar a los que no fueron a votar: obligará a reformular propuestas de cara al 22 de octubre. Son cinco millones de votos.
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