Elecciones 2021: las diferencias que impiden una alianza de los partidos de izquierda
El diputado del FIT-Unidad Nicolás del Caño se mostró abierto a sumar al Nuevo MAS, aunque desde el espacio de Manuela Castañeira advierten que exigirán que se compartan los cargos
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En medio de la incertidumbre respecto de la celebración de las elecciones primarias –agendadas, por el momento, para el 8 de agosto– , la izquierda dejó abierta la posibilidad de unirse, aunque los partidos principales remarcaron rispideces internas que podrían complicar el acuerdo. El Frente de Izquierda-Unidad (FIT), liderado por el diputado nacional Nicolás del Caño, y el Nuevo MAS, con Manuela Castañeira a la cabeza, intentan canalizar el hueco de demandas sociales que deja el gobierno de Alberto Fernández, pero sus agendas se distancian en al menos dos ejes: el género y las propias PASO.
“No hay dos frentes. Hay un frente que agrupa a cuatro fuerzas [el FIT nuclea al Partido Obrero, la Izquierda Socialista, el Partido de los Trabajadores Socialistas y el Movimiento Socialista de los Trabajadores], y fuerzas minoritarias que están por fuera, que nosotros apostamos a que se sumen. No vemos que haya motivos para que estén por fuera de esta gran unidad que hemos conquistado hace tiempo”, sostuvo Del Caño, en diálogo con LA NACION.
En tanto indicó que aún “no ha habido intercambio en relación al proceso electoral” entre su coalición y el partido de Castañeira, el excandidato presidencial y diputado por Buenos Aires se refirió a la actual discusión acerca de la postergación y/o cancelación de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. “El debate alrededor de las PASO lo vemos como un oportunismo de los gobernadores peronistas y de los gobiernos de Cambiemos, que pretenden cambiar las reglas de juego a último momento, en función de su conveniencia política”, afirmó Del Caño, y agregó: “Nosotros siempre rechazamos el piso proscriptivo de 1,5% [de los votos], que ha dejado a fuerzas fuera de la elección general. Pero acá no hay intención de fuerzas mayoritarias de hacer debate serio electoral, sino una puja por oportunismo político de conveniencia”.
El Nuevo MAS
Desde el frente que encabeza Castañeira miran con recelo la apertura del FIT. “Para dirigir hay que compartir, y ellos no lo hacen”, sostienen militantes del partido. “No es un frente si todos los cargos los tienen ellos”, agregan. En sintonía con sus seguidores, Castañeira detalló a LA NACION: “Siempre hemos querido unidad, pero con el FIT hay dificultades porque han buscado imponer sus criterios”.
"Las PASO no sirven para nada. Son una repetición de la elección general, con el único objetivo de dejar partidos afuera."
Manuela Castañeira, dirigente de Nuevo MAS
La postura del Nuevo MAS respecto de la instancia de elecciones primarias es más radical que la de la coalición que lidera Del Caño y excede el contexto de pandemia. Consideran que las PASO son antidemocráticas. “No sirven para nada. Es una repetición de la elección general, con el único objetivo de dejar partidos afuera. No hablamos de suspensión por la pandemia sino de eliminación. Esa postura es muy distinta al FIT, que quiere que se mantengan”, indicó la exprecandidata presidencial, también referente de la agrupación feminista y socialista Las Rojas. Aún así, la dirigente insistió en que “al no estar claras las reglas de juego, ningún espacio político tiene condiciones claras para poder armar una estrategia”.
Lo que sí está claro es que, en una eventual mesa de diálogo, el Nuevo MAS –que obtuvo 150.000 votos en 2019– exigirá que sean mujeres las que encabecen las listas. “Candidatas hay, por la paridad de género, pero la decisión de poner a mujeres en la posición de visibilidad, habiendo terminado el año con la marea verde, debería darse”, sostuvo Castañeira, e insistió: “La izquierda debe representar a los fenómenos sociales”.
Acompañamiento social
En el frente feminista adjudican tibieza a Del Caño para plantarse frente a las demandas sociales de coyuntura y advierten que los simpatizantes de izquierda esperan “representantes aguerridos”, figuras que no encuentran en el FIT, en particular para plantar bandera acerca de asuntos que ganan terreno en la agenda de la sociedad. “De las preocupaciones que tenemos en este momento, en los primeros órdenes están los femicidios, que contrasta brutalmente con la inacción del Gobierno, que solo tiene discursos para dar y no acciones. No sé si [el FIT] tiene tanta sensibilidad al tema género. Ojalá que sí, por el bien de la izquierda”, dijo a LA NACION la dirigente del Nuevo MAS.
Si bien acompañar la lucha por los femicidios es parte de la agenda de Del Caño, el tema no fue mencionado como parte de sus prioridades. Aún así, el excandidato presidencial –en sintonía con Castañeira– fue crítico respecto del rol del Gobierno en la prevención de este tipo de sucesos. “Hay una responsabilidad del Estado que se demostró de manera elocuente con el homicidio de Úrsula [Bahillo], por la cantidad de denuncias previas e instancias que encubren, de alguna manera, a los femicidas”, sostuvo, y agregó, en referencia a la creación del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta: “Es una política muy clara. Ponen ministerios, pero no recursos suficientes”.
Un paso contra la violencia hacia las mujeres y personas LGBTT es acabar con la complicidad del aparato de Estado con los violentos y dedicar presupuesto real para que los programas no sean puras palabras.#AperturaSesiones2021 #AlbertoEnElCongreso #NiUnaMenos #VivasNosQueremos
— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) March 1, 2021
Quien sí se pronunció con mayor ímpetu respecto de la agenda de género fue Celeste Fierro, la joven referente del MST –y de Juntas y a la Izquierda– que también integra el FIT. “Siendo nuestra agrupación una de las principales en el movimiento feminista, el tema género es prioritario aunque no el único, ya que los bajos salarios y jubilaciones, los derechos de los trabajadores, la sumisión al FMI y el extractivismo son también problemas urgentes a los cuales el Gobierno no responde y serán ejes de nuestra campaña electoral”, dijo a LA NACION. Y advirtió, respecto del armado de la coalición: “En el FIT Unidad, que agrupa al grueso de la izquierda, no sólo compartimos la rotación de bancas para que todas las fuerzas tengamos visibilidad sino que tenemos disposición a ampliar el frente. Ello requiere voluntad política, sin buscar excusas, y acordar mecanismos democráticos para ordenar las listas”.
El FIT tiene el ojo puesto en canalizar las demandas de los desencantados con el oficialismo, en particular, en lo que refiere a salario, desempleo, jubilación y déficit habitacional, reclamos que, según Del Caño, empeoraron con las perlitas del manejo sanitario.
“Hay una situación que se ha desnudado con la vacunación vip, que ha catalizado y canalizado la bronca de muchísimos sectores que están padeciendo la caída del salario, las jubilaciones, la pérdida de los puestos de trabajo y una emergencia sanitaria donde hay una enorme desigualdad, que quedó expuesta”, indicó el excandidato presidencial, y detalló: “Un sector importante de la población trabajadora y la clase media que votó al Frente de Todos para sacarse de encima a [el expresidente, Mauricio] Macri, y al ajuste que sufrieron durante cuatro años, está desilusionado porque esperaba que se tomaran medidas en función de las promesas electorales que se hicieron”. Del Caño concluyó: “No se han tomado medidas de fondo para paliar la emergencia sanitaria sino que la Argentina aumentó la desigualdad durante la pandemia. El Gobierno está en otro camino”.
El diputado tiene fe en que su partido hará “buenas elecciones” legislativas, y apuesta a poder ampliar la representación parlamentaria, tanto en la provincia como en la ciudad de Buenos Aires. Quedará por verse si en esas bancas se hará lugar al Nuevo MAS. Aunque resta sentarse en la misma mesa para negociar y limar asperezas, los frentes comparten algunas preocupaciones. “El problema de la vacuna es la miseria moral de funcionarios, que sacan ventajas en un contexto de miseria sanitaria, sin dosis. A eso se suma el problema del salario y la inflación. Hay un ajuste en curso que es descomunal, una asistencia alimentaria que sigue pendiente y subsidios que no alcanzan para dar respuesta al hambre”, concluyó Castañeira.
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