Juntos por el Cambio se tuvo que conformar con una foto de unidad, pero en la derrota

CÓRDOBA.- Juntos por el Cambio (JxC) logró una foto de “unidad” en la ciudad de Córdoba; fue lo que se llevaron porque Hacemos Unidos por Córdoba, se quedó con la victoria. Daniel Passerini es el intendente electo de la capital provincial y su victoria consolida el inicio de un nuevo ciclo de la mano de Martín Llaryora, el gobernador electo y quien se puso la última campaña al hombro. Se consolida el “cordobesismo”, un fenómeno local en medio de una realidad diferente del peronismo a nivel nacional.

Todos los referentes de JxC: Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales, Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo, Luis Petri y Martín Lousteau llegaron a esta ciudad para acompañar a Rodrigo De Loredo (Mauricio Macri se sumó en la campaña con un video), pero no pudieron repetir el festejo de Santa Fe de hace una semana.

Hicieron la foto “de la unidad” en el búnker de la alianza con un esfuerzo importante por demostrar que las diferencias son “mínimas” entre ellos y que están encaminados a trabajar juntos después de las PASO. Con la derrota confirmada, la foto luce devaluada.

Toda la dirigencia de la alianza repitió frases de ocasión y resaltó que lo positivo era mostrarse “todos juntos”. No se puede negar que la expectativa era un De Loredo victorioso que se jugara por alguno de los precandidatos; una decisión que viene demorando y sobre la que no hay certezas de que vaya a existir después de este resultado. Puso a dirigentes suyos en las listas de diputados nacionales de Larreta y de Bullrich y podría seguir haciendo equilibrio. El mismo pedido escuchó Luis Juez, quien también eludió una respuesta.

Insistieron en que había que “preocuparse” por la baja participación e insistieron en que el oficialismo la alentó. Desde Hacemos Unidos por Córdoba rechazaron el argumento y subrayaron que a esa fuerza también la perjudicó que fueran menos electores a votar.

El gobernador Schiaretti, precandidato presidencial, también estaba interesado en retener un distrito clave en el país. La ciudad de Córdoba, con 1,13 millones de electores, aporta más volumen de votos que 18 provincias de la Argentina.

Schiaretti sabe que el fenómeno del “cordobesismo” es absolutamente local y que no lo proyectará al resto del país. Comienza la sucesión de lo que empezó José Manuel de la Sota (con quien empezó a militar Passerini) y continuó él.

En un distrito que era definido como “radical”, hace 24 años que el peronismo local está en el poder. A eso se le suma que la ciudad capital le fue históricamente adversa al peronismo. Desde el regreso de la democracia, solo dos veces la gobernó. Una, cuando el liberal Germán Kammerath era aliado de De la Sota y la otra, en el 2019, cuando Llaryora se impuso a una oposición dividida.

Para Schiaretti este resultado le sirve para las negociaciones con Rodríguez Larreta si el precandidato ganara las PASO de su espacio; hace unos días el mandatario insistió en que sigue dispuesto a conversar y adelantó que haría lo mismo con Bullrich, si ella quisiera, aunque le apuntó como una de las responsables de profundizar la crisis.

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