Las encuestas marcan que el miedo al coronavirus fue desplazado por el miedo a sufrir un delito violento.
Pero, increíblemente, mientras tenemos miedo de que nos peguen un tiro en un asalto, las peleas internas y la falta de coordinación de las políticas de seguridad recrudecen en el Gobierno.
La pregunta es: mientras Sergio Berni y Sabina Frederic protagonizan un show mediático todos los días con sus peleas de cartel, ¿quién conduce y controla a la policía?
La oposición asegura que volvieron, con más fuerza, los "negocios" ilegales dentro de una policía que no tiene conducción.
Te voy a mostrar una encuesta que te va a poner piel de gallina: el 70 por ciento de la sociedad argentina sospecha, con fundadas razones, que la policía, la Justicia y la política están asociadas al narco.
¿Es posible construir un país sano con estos niveles enfermizos de desconfianza en instituciones que, se supone, deberían cuidarnos?
¿Es posible construir poder en el conurbano sin el narco?
El Gobierno aprovecha la activación de nuestros miedos para avanzar sobre nuestros derechos:
La nueva extensión de la cuarentena –que ya lleva cinco meses- prohíbe las reuniones familiares con pena de cárcel.
No estamos hablando de grandes aglomeraciones sociales, por supuesto, sino de criminalizar el hecho de que vos veas a tus hijos, a tus padres, a tus nietos o a tu pareja con la que no convivís.
Como diceel constitucionalista Daniel Sabsay, el Gobierno creó un delito nuevo: las reuniones familiares o con los amigos más íntimos, con penas de entre seis meses a dos años. Imaginate, Boudou libre y vos preso porque quisiste ver a tus hijos que no ves hace cinco meses.
Reapareció Lilita y denunció que la cuarentena es un virtual estado de sitio, sin que Alberto Fernández lo haya declarado formalmente.
Es un truco que vivamos con las restricciones de un estado de sitio, pero que nadie hable de él. ¿Por qué? Porque lo que no se dice, parece que no pasa.
¿Y por qué el Gobierno se resiste a decretar el estado de sitio? Porque eso lo hacen los que están en contra del pueblo, los "malos".
Pero aunque no esté decretado, la realidad se impone aunque no se la nombre: aumentaron los casos de desapariciones y ejecuciones en democracia con la presunta participación de la policía.
El caso más resonante es el de Facundo Astudillo Castro. La familia está denunciando amenazas y un plan de impunidad para encubrir la supuesta "desaparición forzada" de Facundo.
¿Por qué Alberto Fernández no habla del caso? Porque sucedió en el territorio de Axel Kicillof. El Gobierno subestima el caso Astudillo.La mamá de Facundo lo dijo con todas las letras con un frase que te pone la piel de gallina: "Pensaron que esta negrita que limpia los baños en una estación de servicio se iba a quedar callada y no iba a pelear por su hijo".
¿Te imaginas qué hubiera pasado si Facundo hubiera desaparecido en CABA, Jujuy o en Mendoza, territorios gobernados por la oposición?
Este caso no es el único en este virtual estado de sitio.
El caso de Luis Espinosa, en Tucumán, también empezó con una desaparición como la de Astudillo y después se supo que la policía lo había asesinado y había escondido el cuerpo.
También en San Luis hubo dos muertes extrañas, la de un adolescente de 16 años que apareció "ahorcado" en su celda y la de Florencia Morales, que fue detenida por violar la cuarentena y también apareció ahorcada en una comisaría.
¿Escuchaste hablar a Alberto Fernández de estas muertes ocurridas durante el virtual estado de sitio? ¿Sabés por qué no? Porque son provincias gobernadas por sus aliados.
El Presidente rompió su tregua con Rodríguez Larreta, apenas un día después de haber prometido que durante la pandemia había que evitar los debates políticos. ¿Habrá hablado con Cristina Kirchner en el medio?
No solo eso: culpó del derrumbe económico, no a la cuarentena de más larga del mundo, sino al "virus de las malas políticas" económicas de Macri.
A Larreta lo acusa de no atender a los adultos mayores en los hospitales de la ciudad (Quirós le respondió que la cosa era al revés: el 20 por ciento de las camas de terapia intensiva de los hospitales porteños están ocupadas por bonaerenses).
Pero mientras el Presidente habló maravillas de Santa Cruz omitió decir que esta semana ocurrió un hecho dramático en un hospital de Las Heras: gemelos recién nacidos fallecieron en el baño del hospital después de que sus autoridades se negaran a atender a la mamá.
Así lo denunció Miguel Ruiz, el padre de Mateo y Santino.
¿Te imaginás si ese aberrante abandono de persona hubiera ocurrido en un hospital de la ciudad? ¿Te imaginás, no?
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