El vínculo entre el fútbol y la política entra en revisión con el proyecto antibarras
La iniciativa podría prohibir que los funcionarios públicos sean dirigentes en los clubes; quiénes serían los dirigentes afectados
Como parte del debate de la ley antibarras , la diputada Elisa Carrió propuso un proyecto que prohíbe a los funcionarios políticos integrar las comisiones directivas de clubes de fútbol para evitar la superposición de cargos. Efectos del violento superclásico de noviembre . Sin embargo, todavía no está claro si la restricción será para todos los cargos públicos o solo para los vinculados a la seguridad y la Justicia.
De aprobarse la medida, quienes tienen cargos en ambos espacios se enfrentarían al dilema de tener que elegir. O el fútbol o la política . Uno de los casos más resonantes es el de Eugenio Burzaco . El secretario de Seguridad no solo es el número dos de la ministra Patricia Bullrich , que es la principal impulsora del proyecto. También integra en simultáneo la comisión directiva de River , como vocal titular.
Otro caso es el de Gustavo Ferrari , ministro de Justicia bonaerense, quien hoy es vocal en Boca . Antes, había sido secretario general, pero renunció al asumir como ministro y se quedó con un cargo menor. "Así como ya renunció al cargo de secretario general, siempre privilegiará la función pública. Está dedicado y comprometido absolutamente con la gestión de María Eugenia Vidal ", dijeron en su entorno a LA NACION, ante la eventualidad de que se apruebe la ley.
También se destacan los casos de Christian Gribaudo y Oscar Moscariello. Gribaudo es secretario general en Boca, el cargo que Ferrari dejó vacante. Además, es presidente del Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires. Moscariello, por su parte, es vocal titular del mismo club y fue el vicepresidente que acompañó a Daniel Angelici en su anterior mandato. Desde 2016, es embajador en Portugal.
También en Racing y San Lorenzo hay cargos superpuestos. En Racing, Gabriel Astarloa es vocal, y es además el procurador general de la Ciudad. El ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín de la Torre, también es vocal en San Lorenzo. "Joaquín estuvo siempre al lado de Matías Lammens y Marcelo Tinelli. De sancionarse la ley, no tendría problemas en renunciar al club", afirmaron fuentes cercanas al ministro.
En la dirigencia millonaria, otro miembro emblemático es Valentín Díaz Gilligan, exsubsecretario de la Presidencia, quien renunció a su cargo luego de estar involucrado en un escándalo por lavado de dinero. En River, Díaz Gilligan no renunció. Sigue en su puesto como vocal titular.
También hay funcionarios que integraron en el pasado las comisiones directivas de los clubes, pero que hoy ya no forman parte, por lo cual no se verían afectados por la ley. Cristian Ritondo, actual ministro de Seguridad bonaerense, fue vocal titular de Independiente entre 2014 y 2016. "Cristian pidió licencia en Independiente cuando ingresó al Gobierno y ahora ya no está más en el club. Hay que combatir la convivencia de dirigentes con barras", dijo su vocero a LA NACION.
Hoy, el club de Avellaneda es presidido por Hugo Moyano y su hijo Pablo, líderes sindicales de Camioneros. Y entre los vocales figuran otros gremialistas, como el bancario Sergio Palazzo y el aeronáutico Ricardo Cirielli.
Sin embargo, hay dirigentes que optaron por hacer a un lado su cercanía al fútbol y dedicarse exclusivamente a la política. Diego Santilli, vicejefe de gobierno porteño, decidió mantenerse al margen de la dirigencia riverplatense, pese a que su hermano Darío es prosecretario del club y su padre, Hugo, fue un histórico dirigente del club de Núñez.
El entramado de política y fútbol también está presente en el interior. El actual presidente del club chaqueño Sarmiento de Resistencia es el exgobernador y exjefe de Gabinete kirchnerista Jorge Capitanich. Y en Tucumán son conocidos los vínculos del exgobernador y actual senador José Alperovich con la dirigencia de Atlético de Tucumán.
La estrecha relación entre el fútbol y la política está lejos de ser una novedad. Tampoco lo es la superposición de cargos entre ambos. "Las relaciones entre la política y el deporte son muy antiguas. Existen desde principios del siglo XX. En 1913 el entonces presidente del Concejo Deliberante de Buenos Aires, Antonio Zolezzi, era también presidente de River. Se dio todo un debate en el Concejo Deliberante para conseguir un subsidio para River. Y el concejo decidió darles el subsidio a River y a Boca", explicó el doctor en sociología Rodrigo Daskal, quien investiga el mundo del deporte.
"Durante el siglo XX, el expresidente de San Lorenzo Pedro Bidegain era diputado radical. José Amalfitani, dirigente de Vélez, fue candidato demoprogresista. Y Liberti, de River, fue cónsul en Génova, nombrado por Perón", completó Daskal. Parte de ese vínculo será debatido con la ley antibarras.
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